Los árboles astillados

ReiAral
Las reglas del elefante

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Cuantas veces desearía tener el superpoder de la justicia, y poner en su sitio a cualquiera que se crea más poderoso que otro por el hecho de haber nacido. El poder de la fuerza, el poder del miedo, el poder de “yo soy quien manda”….El poder de quitar la libertad, la sonrisa, la capacidad de vivir, las ganas de luchar…..A esa gente que bajo su manto de camisas planchadas, sonrisas de buenvecino, maletín ordenado de buen compañero, mirada perfumada…A ese que nadie conoce más que tú. A ese le quitaría todas sus prebendas. Todo su cuello almidonado, todos sus gemelos de oro y le arrancaría la máscara para mostrar el rostro del demonio.

Y mientras, la otra parte del mundo se astilla. Se resquebraja. Pero en silencio. Por si la caída es tan fuerte que el bosque se sobresalta. Por si asombrandose de su ceguera huyen ante el horror de la realidad.

Con mi superpoder volverá a tus ojos la sonrisa y a tus sueños el descanso merecido. Yo aniquilaré la prepotencia del poder. De la incultura. De la sumisión. Y volveremos a ser libres, como algún día fuimos. Donde nada ni nadie nos diga como funciona el ingenio. Porque seremos nosotros los que desdibujaremos este mundo para esbozar otro mucho más justo. Mucho más verde. Mucho más infinito.

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ReiAral
Las reglas del elefante

Nadie aguanta más allá de lo que es capaz de resistir, salvo que resista más de lo que es capaz de aguantar