Yo sabía que algo andaba mal: lo viví, lo sentí, lo sufrí, exploté; pensé muchas veces en terminar con mi vida porque sabía que algo andaba mal, pero no podía identificar qué, ni porqué. La información muchas veces no está, los medios de comunicación y la sociedad se encargan de decirnos que estamos mal, que no se puede vivir una vida “normal” siendo personas trans, que no podemos aspirar a nada siendo como somos. Caer en cuenta y lanzarte a la “aventura” de transicionar es, al mismo tiempo, un arma de doble filo: ir contra corriente de todo lo que se nos ha dicho, sentir rechazo de personas que amamos, pensar que nadie nunca más nos va a querer por ser así, así de “rarxs”.
Pasa el tiempo, estando o no en hormonas, pides un trato diferente a tus cercanos y a la gente que te rodea. A algunos les va bien, a otros no tanto. Nos toca, como a todo el mundo, hacer gestiones, trámites, encararnos ante personas completamente desconocidas en una ventanilla por un simple procedimiento burocrático y la pasamos mal…
“el sistema no reconoce tu nombre”, “¿eres hombre o mujer?”, “esta persona no sos vos”
…y así puedo seguir con cantidad de situaciones que a mi y a muchísimas otras personas trans les ha tocado vivir por el solo hecho de ser trans.
Noviembre 2018 — LATAM Airlines. Hago una consulta por unas millas que me correspondían por vuelos realizados anteriormente con la empresa, la respuesta:
Un tuit viral hizo ruido a la empresa…
Mails y llamadas entrantes me llegaban. Hablo con una gerenta. Me comenta que el error está del lado de ellxs: “sus sistemas no estaban pensados para atender casos como el mio”. Inmediatamente me pidieron foto del DNI para hacer los cambios puntuales y tras muchas disculpas en menos de 48 horas tenía mis millas acreditadas en mi cuenta. Tuvieron que adaptarse rápidamente a una situación que les sobrepasó, les sobrepasó aún estando promulgada la Ley de Identidad de Género desde el año 2012. Así como se les “pasó” a ellos, se les pasa a cientos de empresas, universidades, instituciones que no toman en cuenta nuestras existencias a la hora de desarrollar sus sistemas.
Hay muchas preguntas para hacernos, pero una que me parece importante resaltar desde nuestros roles en sistemas es:
¿Cómo podemos desarrollar productos más inclusivos?
Los roles en el área de sistemas son muy variados. Lo ideal sería que la perspectiva de género sea tomada en cuenta desde la idea del proyecto hasta su implementación en producción. Algunos ejemplos serían:
Product Owner: Planificar los sistemas adaptándose a la anteriormente mencionada Ley de Identidad de Género.
Front-end/UX: A la hora de implementar una interfaz de usuario contemplar la opción de género no binario, así como también colores no estereotipados (típico azul/rosa).
Back-end: Desarrollar sistemas que estén pensados para cambiar el nombre y género sin que esto resulte un problema.
Líder: Concientizando a su equipo sobre la importancia que requiere implementar estas ideas.
Además de estos ínfimos ejemplos, hay mucho que replantearnos: tanto desde sistemas como desde el lugar que ocupamos cada unx como persona en la sociedad.
¿Qué pasa cuando se trata de una persona no binaria? ¿Estamos pensando realmente en que existen personas que no se identifican dentro del normado “femenino/masculino”? ¿Cuánto de responsabilidad tenemos al desarrollar aplicaciones que no contemplan este tipo de cuestiones? ¿Pensamos en el daño que estamos ocasionando en una población que aún lucha día a día por que se respete algo tan básico como su nombre?