Mujeres en STEAM: ¿Quién fue Victoria Raquel Bajar Simsolo?
Doctora en Ciencias, docente universitaria y primera mujer graduada de la carrera de Computador Científico en Argentina
Victoria nació en Buenos Aires un 6 de julio de 1942.
Empezó a estudiar su licenciatura en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA en 1961. Fue alumna de Manuel Sadosky. Realizó investigaciones en el Instituto de Cálculo desempeñándose como desarrolladora de Software de base y Lingüística Computacional entre 1961 y 1965. En ese periodo, también trabajó de maestra en escuelas primarias.
Cuando se creó la carrera de Computador Científico, fue parte de la primera camada en estudiarlo, siendo la primera mujer graduada con dicho titulo el 30 de julio de 1964. Junto a ella se graduó Juan Carlos Angió.
Entre 1964 y 1965, aparte de trabajar para el IC, desarrolló el código para la computadora CEUNS para la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca, teniendo su experiencia previa con la Clementina. Este proyecto era dirigido por el Ing. Jorge Santos y contaba con fondos asignados por Arturo Frondizi, en ese momento Presidente de la Nación Argentina, pero el proyecto se canceló luego del Golpe de Estado de 1962.
En la entrevista que figura al final de nuestro articulo, Victoria manifestaba sobre sus comienzos en la informática:
“Desde los comienzos sentí gusto y mucho respeto por la programación. Puedo decir que en el comienzo de la década de los 60 algunos entendíamos que programar bien, con estilo, con rigurosidad constructiva, con metodología era muy importante y vislumbrábamos hasta donde nuestro saber y entender alcanzaba que había de ser mucho mas importante, y no nos equivocamos.”
En enero de 1966 se fue a México con una beca de la UNESCO para realizar un curso de posgrado de Ciencias de la Computación y de la Información. Victoria planificó quedarse un año allí pero debido a La Noche de los Bastones Largos y la dictadura iniciada en ese mismo año, decidió quedarse.
En 1968 ingresó a la Universidad de Grenoble en Francia para integrarse al equipo de desarrollo de compiladores. Además hizo docencia y se doctoró en Ciencias con especialidad en Computación.
Entre 1973 y 1974 volvió a Argentina nuevamente para pasar por la FCEyN y por la Universidad del Sur, pero decidió volver a México que se convirtió en su casa.
Fue investigadora por cinco años en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados en el Instituto Politécnico Nacional (México). Luego pasa al Instituto Tecnológico Autónomo de México donde conformó la parte académica y de servicio de computación dando forma y contenido a dos ingenierías y a varios diplomados. El siguiente paso fue por la Universidad Intercontinental, donde creó la facultad de informática y estuvo a cargo de la dirección. Luego de unos años planeó y diseñó la Escuela Superior de Cómputos del Instituto Politécnico Nacional. Todos estos años fueron síntesis de un gran trabajo formador de recursos humanos y del avance de la informática en todo México.
También escribió dos libros, uno acerca de sistemas operativos y otro sobre el lenguaje Pascal que se utilizaron en diferentes casas de estudios. Dialogando, Victoria da sus razones de porque escribió sobre ese lenguaje:
“Yo me enamoré de Pascal. Tanto me enamoré que después escribí un libro.”
En los años 90 su trabajo pasó por la gestión académica escribiendo nuevamente un libro sobre pautas normativas y criterios para hacer autenticas carreras magisteriales en educación superior. Se desempeñó durante un año como Directora fundadora de la Escuela de Informática de la UIC, además de ser la Presidenta de la Asociación Nacional de Instituciones de Educación en Informática ANIEI entre 1988 y 1990.
Hacia los 2000 se convierte en la Subdirectora del Centro de Investigación de Computación del Instituto Politécnico Nacional.
El 24 de marzo de 2016, fallece en Monterrey en el país que la acogió y donde formó su familia.
Victoria fue parte de una generación dorada que visionaron lo que la informática significaría en nuestro presente. En la época donde todo era a pulmón e inalcanzable, el trabajo arduo, el entusiasmo y las matemáticas orquestaron el mundo que hoy muchas de nosotras tratamos de rescatar en la historia de nuestra vocación.
Material de Interés
La siguiente entrevista a la doctora es altamente recomendable, donde cuenta su labor de un periodo de ¡46 años!
