¿Sueñan las niñas con ser mujeres científicas?
El 22 de diciembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 11 de Febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. De esta manera se busca visibilizar el rol crítico de ellas en el área, establecer como prioridad global para la UNESCO la igualdad entre hombres y mujeres, apoyar a estas en su educación y formación, y colaborar en hacer oír las ideas para el desarrollo de ellas.
¿Qué es la ciencia y quiénes la hacen?
Podemos definir a la ciencia como un conjunto de conocimientos que se desprenden a partir de la observación, experimentación y razonamiento, organizado de manera sistémica en distintas áreas. La ciencia tiene métodos y todo conocimiento que se comunica es verificado. A la ciencia la hacemos todos y también es social. Esto quiere decir, que por más que represente la voz de la razón, la ciencia es producto de la creación humana, conllevando a través de la historia errores, sesgos, disputas de poder, invisibilizaciones e historias perdidas.
Juguemos a algo: démonos 60 segundos para pensar 5 científicos. ¿Listo? Seguramente vinieron a tu mente Albert Einstein, Isaac Newton, Stephen Hawking, Nikola Tesla y Thomas Edison. Por citar los más conocidos por todos. ¿No te llama la atención un detalle? No hay ninguna mujer ¿Será que nunca existieron en la Ciencia? Eso está por verse…
La mujer en la ciencia
Cuando queremos recordar a una mujer en la ciencia seguramente venga a nosotros Maria Skłodowska. De hecho tuviste que apretar el link para saber que se trata de la gran Marie Curie, primera persona en recibir dos Premios Nobel en distintas especialidades, descubridora del Radio y del Polonio. Hay muchas más, que merecen su reconocimiento y que la historia las ha borrado, víctimas de no poder mostrar sus investigaciones, o hasta algunas de ellas, han sufrido el robo de su trabajo, como es el caso de Rosalind Franklin, persona clave en la comprensión de la estructura del ADN. Otras han pasado a la historia siendo pioneras, como Valentina Tereshkova la primera mujer astronauta o Margaret Hamilton la ingeniera y científica que dirigió el equipo de Apolo.
Podría estar mencionando muchos nombres que quizás hoy leas por primera vez. ¿Esto es porque a las mujeres no les gusta la ciencia? ¿Será que genéticamente están marcadas para no elegirlo? Claramente estoy siendo irónica y la respuesta es NO. Las mujeres están subrepresentadas en el área de la ciencia y la tecnología. Esto se debe a que abunda un estereotipo que a las niñas las deja claramente en desventaja: todos nos vemos reflejados en héroes y figuras, lo cual no es demasiado alentador para nosotras cuando somos pequeñas, ya que abunda la imagen del científico canoso encerrado en su laboratorio. Lo más común es que no se vean en esa representación. Sin embargo, para las que si logran sortear esta sombra, el panorama no es mucho mejor. En un informe de género presentado en Febrero de 2019, por el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología demostró que las mujeres acceden en menor medida en las carreras de investigación, a las categorías más altas. Hay una subrepresentación en lo que es Ingenierías y Tecnología y que solo ocupan el 11% de los puestos de rectorado.
¿Parece ser que además de lo difícil que es imaginarse cómo científica, es dedicarse a ello no?
La mujer en programación
Tiempo atrás, cuando se creaban las primeras computadoras, las personas encargadas del software eran mujeres. De hecho hasta que en nuestras mentes habitara la idea de que un programador sea un hombre rubio con anteojos y bastante joven, antes de que la programación se volviera cool, era considerado un trabajo femenino. Así podemos verlo en el libro de Michaela Bach El ABC de la mujer de Hoy, donde sugiere el trabajo de programadora para alguien con “inteligencia media”.
¿Pero esto es real? ¡Claro! En los 60 las programadoras dominaban el mercado de la informática, aunque la historia haya querido borrarlas. En un tiempo donde la parte jugosa y con prestigio estaba en el hardware porque los gobiernos invertían más en la construcción de las computadoras, las mujeres estaban detrás con tarjetas perforadas.
Grace Hopper, una de las informáticas pioneras en el mundo, colaboradora en la creación de la ENIAC decía en una edición de la revista Cosmopolitan de fines de los 60:
“Es como preparar una cena. Tenés que planificar los detalles con paciencia. Las mujeres están hechas para programar computadoras”
Pero seguramente Grace no salía de la cocina de su casa. ¡Ah no, pará! Desarrolló el primer compilador y creó el popular lenguaje de programación COBOL.
Cuando sea grande quiero ser…
Lamentablemente la construcción de estereotipos influye enormemente en las elecciones de las niñas, estableciendo sus propios límites con sesgos. En un estudio publicado en Enero de 2017 los investigadores Lin Bian, Sarah-Jane Leslie, Andrei Cimpian realizaron una publicación acerca de una investigación con 400 infantes de 5 años, donde se les contó una historia de una persona muy inteligente, omitiendo su género. Cuando les preguntaron qué genero creían que tenia esta persona, no hubo demasiada diferencia entre niños y niñas, cada uno de ellos, asociaba su género con la persona protagonista de la historia. Pero a partir de los 6 y 7 años, comenzaba a verse un desvío con respecto a cómo las niñas se veían representadas: ya no asociaban una mente brillante con su género. Esto nos permite observar que ya desde muy temprana edad, las niñas tienen que esforzarse si quieren elegir algo científico, lo que para el sentido común es de una persona super dotada y algo muy difícil.
Conclusiones
El camino a nuestros sueños siempre es complicado y lleno de obstáculos, pero para otro grupo de personas lo es aún mas si crecen con un techo tan tempranamente y con una voz interior que le indica que son incapaces para realizar una tarea. Por eso hoy, en un día especial como este, unámonos y hagamos que una niña pueda soñar con ir a la Luna, en vez de solo mirarla desde su ventana.