El mal humano

Después de leer este artículo de Pablo Malo, creo que no se puede hacer una mejor reflexión sobre el origen del mal en el ser humano. El psiquiatra nos hace un buenísimo resumen del libro “Convirtiéndose en el Mal. Cómo la gente normal comete genocidio y asesinatos de masas.” Y desde luego creo que no tiene desperdicio echarle un ojo.

En situaciones como la vivida en Barcelona (y en muchos lugares recientemente), se suele recurrir en muchas ocasiones a la explicación psicopatológica. A justificar de alguna manera las barbaridades que cometen estas personas apelando a la enfermedad mental o “locura”. Hacer esto nos tranquiliza, nos hace pensar que estas cosas las hacen enfermos lunáticos y de esta manera nos distanciamos psicológicamente de ellos.

Pero nada más lejos de la realidad, estas personas son tan humanos como nosotros. Y la verdad es que gente normal como tú y como yo puede verse metida en un contexto social determinado y “seguir a sus líderes por el camino de la masacre.”

Esta es, de hecho, la tesis principal del libro, que puede sorprender a muchos: “son los individuos normales, como tú o como yo, los que cometen actos de Mal extraordinario. Los autores de un Mal extraordinario son extraordinarios por lo que han hecho no por lo que son.”

Una de las explicaciones que da el autor es la referida al contexto. Es decir, “las personas pueden verse inmersas en una situación tal que producen una transformación de quiénes son y desafían la estabilidad, carácter y moralidad de la persona.” Esto se consigue mediante cosas como la desensibilización, la difusión de la responsabilidad, la culpabilización de las victimas, hasta llegar a pensar que realmente lo que están haciendo se justifica moralmente, y de hecho, está bien y es justo.

La tendencia a dividir el mundo en Ellos y Nosotros es uno de los llamados universales humanos, es algo que se ha hecho y se hace en todas las épocas y lugares. Es otro de los factores que el autor nombra como base para desarrollar conductas antisociales. Cuando se separa entre nosotros (los que estamos actuando justamente) y ellos (las víctimas a las que vamos a asesinar, que para nosotros no son víctimas sino culpables a los que hay que exterminar) se crea el escenario idóneo para legitimar cualquier masacre.

Es curioso que uno de los factores que influye en la consecución de esta redicalización sea , a la vez, la reacción que están llevando a cabo muchos colectivos ante estas desgracias. NOSOTROS los occidentales estamos siendo “invadidos” por ELLOS, por los extranjeros que solo vienen a destruirnos. “Un aspecto de este pensamiento dicotómico es el moral: nuestro grupo es superior moralmente al grupo exterior. Nosotros somos buenos, ellos son malos. Nuestra causa es sagrada, la de ellos es el Mal. Nosotros somos justos, ellos son injustos. Nosotros somos inocentes, ellos son culpables. Nosotros somos las víctimas, ellos son los victimarios. El psicólogo social Robert Zajonc cree que los imperativos morales son la clave para movilizar a un colectivo para realizar acciones extraordinariamente malas. Los imperativos morales suelen ser generados por fuerzas políticas, circunstancias económicas, ideologías nacionalistas, fervor religioso, presiones ecológicas, condiciones de salud, políticas de bienestar e incontables razones. Pero estos imperativos morales especifican lo que es bueno y lo que es malo, lo que está bien y lo que es peligroso. Una vez que los imperativos morales han aparecido pueden provocar que una colectividad haga cosas virtuosas y maravillosas o atrocidades sin nombre. La moral es un arma de doble filo.

Y es que ya lo dice el autor, es algo que está en nuestra biología. Enfrentar a la gente es muy fácil. Pero que exista un mecanismo psicológico que ha evolucionado en respuesta a ciertas presiones evolutivas no quiere decir que ese mecanismo se va a expresar. “Las adaptaciones existen porque son favorables en ciertos ambientes y podemos cambiar el ambiente. Tenemos adaptaciones para ponernos morenos cuando nos da el sol produciendo melanina, etc. Pero si cuando voy a la playa uso una gorra o una sombrilla no me pondré moreno. (…) Si hacemos que no ocurra A no ocurrirá B. Pero si no estudiamos el problema y seguimos dejando que ocurra A seguirá ocurriendo B.”

Un conocido experimento , el del campamento de Robber´s Cave, fue realizado para señalar lo fácil que fue enfrentar a los estudiantes de una acampada solo con dividirlos en dos grupos. No obstante, el final de este mostró tambien como la unión ayuda a la cooperación. Al final de la estancia los profesores pusieron a los estudiantes a trabajar para arreglar el sistema de suministro de agua y así se consiguió restablecer la armonía. “Al compartir objetivos se redefinieron los límites de los grupos y se fundieron en un grupo mayor. Ellos pasó a ser parte del Nosotros. Se crearon amistades entre grupos distintos y la hostilidad disminuyó. Cuando gente de diferentes razas o grupos trabajan juntos por un objetivo común las diferencias se borran. Si estamos todos remando juntos en el mismo barco y en la misma dirección no puedo considerar al otro como un extraño o como un enemigo.”

La solución no es separar en un ELLOS y un NOSOTROS. Sino en tratar el tema como lo que es, un problema real, un problema de personas, personas que han llegado a un punto que desgraciadamente perjudica tanto al ellos como al nosotros (no un problema de demonios contra el que nada se puede hacer). Radicalizarse lleva un proceso, proceso que lamentablemente puede ocurrir a personas totalmente “normales” (siempre tiniendo en cuenta varios factores, claro está).

Así pues, la respuesta no es tomar distancia de estas personas y dejar el tema apartado en el campo de lo inexplicable y de la locura, en el que nada tiene solución. Debemos entender de dónde viene todo esto. ¿Cómo la gente NORMAL se convierte en un genocida, en un terrorista? Partamos de eso, de que son (eran) gente normal. Como dice el autor “comprender psicológicamente una cosa no es justificarla, pero rechazar entender el Mal humano sería huir del estudio de nuestra naturaleza humana y facilitar la continuación de estos actos monstruosos.”

Si creamos grupos, si nos distanciamos del resto, si no creamos unión sino que al contrario nos dividimos, ¿no estamos pues encaminándonos hacia la misma dirección, no estamos actuando de igual manera; no estamos sacando ese mal que, de alguna forma, todos tenemos dentro?

Ojalá existiera la gente mala en un sitio cometiendo malas acciones , y solo fuera necesario separarles del resto de nosotros y destruirles. Pero la linea que divide el bien del mal corta por el medio del corazón de cada ser humano. ¿Y quién quiere destruir una parte de su propio corazón?

— Aleksandr Solzhenitsyn (1974) The Gulag Archipelago 1918–1956