Alejandra Olmos — El Espectro con Pelo Violáceo de La Recoleta
Noticia Preliminar (Página 9 — Sobre Héroes y Tumbas de Ernesto Sabato — 1961)
Las primeras investigaciones revelaron que el antiguo Mirador que servía de dormitorio a Alejandra fue cerrado con llave desde dentro por la propia Alejandra. Luego (aunque, lógicamente, no se puede precisar el lapso transcurrido) mató a su padre de cuatro balazos con una pistola calibre 32. Finalmente, echó nafta y prendió fuego. Esta tragedia, que sacudió a Buenos Aires por el relieve de esa vieja familia argentina, pudo parecer al comienzo la consecuencia de un repentino ataque de locura. Pero ahora un nuevo elementodejuicio ha alterado ese primitivo esquema. Un extraño “Informe sobreciegos”, que Fernando Vidal terminó de escribir la noche misma de su muerte, fue descubierto en el departamento que, con nombre supuesto, ocupaba en VillaDevoto. Es, de acuerdo con nuestras referencias, el manuscrito de un paranoico. Pero no obstante se dice que de él esposible inferir ciertas interpretaciones que echan luz sobre el crimen y hacen ceder la hipótesis del acto de locura ante una hipótesis más tenebrosa. Si esa inferencia es correcta, también se explicaría por qué Alejandra no se suicidó con una de las dos balas que restaban en la pistola, optando por quemarse viva.
[Fragmento de una crónica policial publicada el 28 de junio de1955 por La Razónde Buenos Aires.]
Hace un par de semanas visité mi ciudad natal de Buenos Aires. Con mi amiga, la artista Nora Patrich y nuestra modelo y amiga Yuki nos encontramos en el Cementerio de la Recoleta. Es un lugar hermoso, silencioso con una abundad de gatos. En este lugar uno puede vivir la historia tan interesante que es la de la República Argentina a través de mausoleos barrocos o la extraña oficina del Ministro (y vicepresidente) Juan Pistarini.
Al ver la oficina casi me imagino un hombre algo gordo con bigote caminando de aquí y allá. Pero necesito mi imaginación para ver el fantasma del Señor Ministro.
Un fantasma que no habita La Recoleta es el de Eva Duarte de Perón. Está enterrada en un modesto mausoleo. Todos sabemos como su cuerpo viajó por el mundo. Finalmente ya en La Recoleta, al fin puede descansar como todo muerto se lo merece. En fin no creo que abunden los espíritus allí. Pero no me atrevería a entrar de noche.
Tal fue mi sorpresa que al oscurecer por la repentina lluvia vi un callejón interesante. En el momento de presionar el obturador entró en mi imagen Nora Patrich. Me enojé y le dije, “Me has arruinado la foto.” Se la mostré (tengo un cámara digital Fuji X-E1. Imagínense la sorpresa mía de ver la imagen de una mujer con pelo violáceo. La busqué inmediatamente pero había desaparecido. Me quedé con la duda si en verdad era una mujer de carne y hueso.
Unos días después en un día de sol me senté en un banco sobre el parque de La Iglesia de la Inmaculada Concepción, llamada La Redonda en Juramento casi con Avenida Cabildo. Un anciano ciego se sentó a mi lado. Inicié una conversación (de muy mala educación y con una falta de diplomacia desmesurada), “¿Alguna vez ha vendido usted ballenitas en el subte?” El ciego con un obvio sentido de humor me contestó que no. Seguimos hablando y le conté del espectro del pelo violáceo de La Recoleta. Con una sonrisa me dijo, “Todos creen que la obra de Ernesto Sábato, Sobre Héroes y Tumbas es sólo una novela. No la es. Está basada en incidentes verídicos. La idea para la novela surgió cuando Sábato leyó la página policíaca en la Razón el 28 de junio de 1955. Alejandra Olmos existió y Sábato describe su hermosa cabellera colorada. Tal es la malicia de su padre que intentó llevar a luz nuestra existencia que decidimos en una venganza en la cual el fantasma de Alejandra Olmos recorrería por una eternidad los recintos de La Recoleta y sin su hermosa cabellera colorada. Optamos por el violáceo.”
Antes del fin — Before the end.
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