“El mayor desafío es poder crear un hábito que en la región no está para nada desarrollado”
En el 2014, Augusto Mancuso participó de nuestro primer Programa de Entrepreneurship. Tres años después, ha viajado con su emprendimiento Glupa a países como Estados Unidos y Chile, para seguir formándose o ser incubado.
Hasta ahora se recibió de licenciado en Comunicación a los 21 y lideró el centro de estudiantes de su facultad por dos años. También tuvo 3 emprendimientos: un servicio de barra libre, una productora audiovisual y, actualmente, Glupa -la plataforma de crowdfunding para proyectos sociales que brinda reportes de transparencia y recompensas a quienes los apoyan.
- ¿Quién es Augusto Mancuso? ¿Qué más hizo hasta ahora?
Augusto Mancuso, es un joven con muchas ganas de hacer cosas, proyectos, que valgan la pena. Lo caracterizan las ganas de ayudar a otros, la perseverancia y el humor.
Fue seleccionado como YLAI fellow 2016 para ser uno de los 10 emprendedores que representaron a Argentina. Y con Glupa fue acelerado por Start Up Chile, la incubadora más importante de América Latina y vivió en el país vecino por 8 meses.
- ¿Qué es Glupa?
Glupa es una plataforma de crowdfunding para proyectos sociales que brinda reportes de transparencia y recompensas a las personas que los apoyan. Somos un comunidad solidaria, que busca que todos tengan una forma simple y transparente de ayudar, y sean recompensados por eso.
Nos asociamos con ONGS o empresas sociales, quienes postulan proyectos de impacto social que necesitan fondos, y cualquier persona que quiera puede apoyarlos aportando dinero por única vez o de forma mensual. Quienes los apoyan reciben reportes mensuales con el estado del proyecto — para que sepan qué pasa con su aporte — y, al mismo tiempo, el 100% de lo que dan lo pueden canjear por giftcards de distintas marcas y rubros. Es decir, que si alguien dona $100 lo puede canjear por una giftcard de $100 en un retail. Cuanto más dan, más reciben.
- ¿Cómo surgió la idea de Glupa?
La idea surgió porque estábamos con muchas ganas de hacer algo que sea escalable, con base de internet y que, por sobre todas las cosas, ayude a las personas. Trabajando del lado de ONGs y proyectos sociales, nos dimos cuenta de que hoy los jóvenes tenemos cada vez más ganas de participar e involucrarnos en causas sociales, y queremos mejorar la realidad que nos rodea. Sin embargo, si bien esas ganas están, eso no se ve reflejado en cuánto jóvenes de LatAm son los que apoyan finalmente los proyectos en los que creen.
Encontramos un dato que nos sorprendió: en 2016 LatAm, 2 de 10 personas aportan regularmente a una causa social, y quienes lo hacen tienen en promedio más de 40/45 años. Comparado con USA, en el mismo año el 80% de los millennials hicieron una donación.
Empezamos a investigar, y encontramos que había tres razones por las que existe está diferencia. En primer lugar, la falta de confianza en las entidades que recaudan los fondos. En segundo lugar, la falta de ver resultados, es decir, la falta de transparencia de lo que pasa con nuestro aporte. Y por último, falta de incentivos.
Frente a esto, queríamos cambiar esta situación. Partimos de la base de que para nosotros la mejor manera de que algo funcione es involucrando a distintos actores de la sociedad en una forma en la que todos los que participamos damos y recibimos algo al mismo tiempo.
- ¿Cuál creés que es o fue el desafío más grande en un emprendimiento como Glupa?
Poder crear una conciencia y un hábito que en la región no está para nada desarrollado. Al mismo tiempo, creo que hoy los emprendimientos de impacto social en América Latina tenemos un problema que es la falta de fondos de inversión, ya que muchas veces se considera que no podemos ser tan rentables.
- Has tenido experiencias internacionales, ¿qué te han dejado YLAI 2016 y Startup Chile?
Creo que ambas me han dejado muchísimas experiencias, aprendizajes y nuevos conocimientos, cada uno en áreas distintas, pero sin duda lo más importante que me dejaron ambas experiencias son las personas que conocí en el camino, y la comunidad de amigos y emprendedores que hoy tengo.
Creé una red de personas increíble, que me van a poder apoyar a lo largo de toda mi vida, así como yo los voy a poder apoyar a ellos. Encontrar y conocer tantas personas de todo el mundo que están, al igual que vos, emprendiendo para generar un cambio o crear algo innovador es una experiencia muy rica y que te alienta cada vez a realizar más cosas, y trabajar más duro para alcanzar lo que uno quiere lograr.
- ¿Qué le dirías a alguien que quiere empezar un emprendimiento social?
Lo que le diría es que no ponga el impacto social como el eje de su propuesta de valor, porque hoy las personas no compran productos y servicios por el simple hecho de generar impacto social. La calidad del producto y servicio, tienen que ser excelentes, y el impacto social tiene que ser algo que la empresa genere como uno de sus pilares.
Porque si uno piensa que la gente le va a comprar su producto/servicio por el simple hecho de que es social, primero que se va a llevar una desilusión, y segundo, que va a estar usando lo social como una estrategia de marketing y no una preocupación real de generar un impacto positivo.
Al mismo tiempo, le diría que sea persistente, que hoy en día se nos está escuchando más y dando más espacios, pero igualmente todavía tenemos que perseverar más, para poder inspirar a más personas a virar a un modelo de emprendimiento con impacto social.
- Me puedo imaginar la respuesta pero, ¿recomendás emprender?
Sí, recomiendo emprender. Sin embargo, recomiendo emprender cuando encuentren algo que realmente los apasione, que realmente les guste e interese, porque si no van a emprender porque está de moda ser “emprendedor” y cuando se den cuenta lo difícil que es, se van a chocar contra una pared bastante dura. Mientras que si están haciendo algo que realmente les gusta y apasiona, cuando se den cuenta lo difícil que es, van a seguir igual, sin importar qué.
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