Diseñar para el barrio, la ciudad, el planeta
Lavapiés es el barrio más singular del centro de Madrid, conocido por la cantidad de nacionalidades que lo pueblan, por concentrar una inmensa oferta cultural, por su intensa vida nocturna y por contar con un fuerte tejido asociativo y numerosas iniciativas sociales y vecinales. Además, Lavapiés ha sido la sede de La Nave Nodriza desde su fundación en 2013.
El barrio genera vínculos emocionales
Cada año proponemos a los estudiantes del Programa de Diseño de Experiencia de Usuario un reto, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. En años anteriores, hemos diseñado para la salud y el bienestar de las mujeres, para la emergencia climática, o para la sanidad pública en un contexto post-pandémico.
Cda vez que elegimos un reto, renunciamos a otros que nos encantaría llevar a cabo. Y este era uno de los que íbamos dejando atrás. Por eso, el año que la escuela cumple 10 años en su icónica sede de la calle Doctor Fourquet, hemos querido rendir homenaje a nuestro barrio, lanzando este gran reto de diseño a nuestras grumetes:
Diseñar productos y servicios digitales orientados a favorecer la sostenibilidad de Lavapiés, con especial atención a las necesidades sociales, culturales, económicas y medioambientales.
Las ciudades son nuestra casa, son territorio, espacio económico, lugar de convivencia y también de oportunidades.
Dentro de las ciudades, el barrio, nuestro barrio, es el lugar desde donde se resuelven (o no) nuestras necesidades sociales, culturales, económicas y medioambientales.
Es el espacio donde se perciben con más intensidad los conflictos y problemas cotidianos de la vida urbana y dónde la búsqueda y prototipado de nuevas soluciones resulta más viable para generar cambios tangibles a pequeña y gran escala.
El barrio es un lugar en el que se entretejen necesidades, problemáticas, oportunidades, espacios de vida, de educación, de negocio, de conflicto y de convivencia… y es precisamente esta tensión entre la urgencia de los problemas y la intención de impacto e iteración incremental, lo que hace tan interesante el reto.
Queremos que el grupo de estudiantes deje de pensar en el diseño como un territorio exclusivo de las soluciones digitales dentro de los dispositivos, y que empiece a ser consciente del impacto que sus diseños pueden tener en el entorno cercano. En ese sentido, la reflexión sobre el barrio es imprescindible.
ODS 11: ciudades y comunidades sostenibles
Este reto responde al ODS 11: ciudades y comunidades sostenibles, que se orienta a lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.
Las ciudades son hervideros de ideas, comercio, cultura, ciencia, productividad, desarrollo social y mucho más.
Los problemas que enfrentan las ciudades se pueden vencer de manera que les permita seguir prosperando y creciendo, y al mismo tiempo aprovechar mejor los recursos y reducir la contaminación y la pobreza.
El futuro que queremos incluye a ciudades de oportunidades, con acceso a servicios básicos, energía, vivienda, transporte y más facilidades para todos.
Extracto de la descripción del ODS 11. Naciones Unidas
El barrio más cool del planeta
En 2018 Lavapiés fue elegido como el barrio más cool del planeta por la revista TimeOut, lo cual puso de manifiesto el gran impacto que el barrio sufre a nivel social, económico, cultural y medioambiental.
Hoy día Lavapiés ya no luce la misma etiqueta que en 2018. La pandemia afectó profundamente a las dinámicas del barrio, al cortar de raíz el turismo y la mayoría de las actividades de ocio y comercio, y puso de manifiesto las fuertes carencias de ciertos grupos de población, que viven en condiciones de precariedad.
El comercio tradicional convive con nuevas propuestas de ocio y gastronomía, y con una cantidad enorme de locales vacíos.
El proceso de gentrificación afecta al barrio de manera desigual. Mientras se empieza a hablar de narco-pisos, vecinos de toda la vida se ven obligados a irse por la subida exagerada de los precios de la vivienda.
El barrio con más nacionalidades de Madrid también es el que concentra más denuncias contra la actuación policial, que interviene con dureza en demasiadas ocasiones.
En la calle conviven las personas sin hogar, las que realizan intervenciones artísticas sobre las fachadas, familias nuevas y personas mayores que nacieron en el barrio, activistas que reivindican el derecho a salir “a la fresca” y migrantes en situación irregular que pasan el día en las plazas esperando una oportunidad.
Este ejercicio nos va a permitir abordar los problemas más acuciantes de Lavapiés y proponer algunas soluciones concretas que tal vez ayuden a cambiar la mirada sobre ellos.
Manos a la obra
Para presentar este tema a los estudiantes, nuestra Directora de Experiencias de Aprendizaje, Bea García Glez, diseñó un fin de semana de inmersión total en el barrio en el que no faltó ningún ingrediente: desde la identificación de los vectores de trabajo hasta el paseo por sus calles, la reflexión sobre su evolución, y la inspiración con diversas soluciones que han sido implantadas en este o en otros barrios similares.
Vectores de acción
Para abordar de forma digerible una problemática tan amplia, definimos cuatro vectores, en torno a los cuales articular los hallazgos de los estudiantes sobre el barrio y las soluciones que puedan proponer:
- Urbanismo: en este vector incluímos las infraestructuras, los servicios básicos, energía, slow & smart cities, la ciudad de los 15 minutos…
- Movilidad: engloba todas las cuestiones relacionadas con el transporte, el tráfico, la movilidad urbana y la contaminación
- Participación ciudadana: interesan los procesos de asociación y participación, los modelos de gobernanza, asociaciones de vecinos, uso del espacio público, protestas por el ruido…
- Gentrificación: este eje incluye vivienda, ocio, turismo, diversidad cultural, consumo y comercio
Empezar con inspiración
Dice la fotógrafa María Artiaga que “tomar la responsabilidad sobre lo que miramos puede llevarnos a construir de manera colectiva un mundo más llevadero y habitable”. Y así comenzamos la indagación, entrenando la mirada atenta, empática y crítica sobre nuestro barrio a lo largo de una semana en la que cada grumete desarrolló sus propias “misiones” individuales para ir afinando la observación de cara a la presentación del reto.
La presentación comenzó con Aurora Adalid, miembro de Zuloark, una oficina abierta de Arquitectura y Urbanismo fundada en 2001 que trabaja en modelos profesionales líquidos y colaborativos, construyendo entornos de corresponsabilidad en los que compartir la autoría de los proyectos con el mayor número de agentes posibles.
Aurora presentó a los estudiantes los grandes retos del barrio, y además compartió con la clase numerosos proyectos realizados por todo el mundo, que les sirvieron de inspiración y ayudaron a comprender cómo abordar problemáticas tan complejas.
Paseo de Jane
No se puede diseñar para el barrio sin conocerlo, así es que nos lanzamos a vivenciar el barrio y sus retos en primera persona, diseñando un itinerario a partir de la propuesta metodológica de Jane Jacobs.
Las encargadas de guiar este paseo fueron las creadoras de La Liminal, un colectivo de mediación cultural que investiga sobre la ciudad y utiliza el recorrido urbano como herramienta central para analizar el espacio público de forma colectiva.
La mentorización de proyectos es parte del proceso
A partir de aquí, han sido dos meses de intenso trabajo por parte de todo el grupo de estudiantes y del equipo de mentorización: diseñadores y diseñadoras con amplia experiencia profesional, con ganas de acompañar en esta etapa a las grumetes, y que además tienen un vínculo muy especial con La Nave Nodriza.
Las mentorías son espacios de intenso aprendizaje a través de las necesidades que los proyectos de cada estudiante van planteando, y la labor de las mentoras, por ello, es fundamental.
Apoyando los proyectos de Diseño Estratégico han estado Abraham Navas, Lola Martín-Gil, Amalia Calvo, Juan Aballe y Carol López.
En el curso de Diseño de Interacción las mentoras han sido Daniela Rogoza, Marcelino Llano, Nacho Fernández y Andrea Marqués.
¡Gracias a todas por vuestro acompañamiento!
Por qué un reto conjunto
Los dos cursos de largo recorrido de La Nave Nodriza conforman el Programa de Diseño de Experiencia de Usuario, y sus dos itinerarios de aprendizaje: Diseño Estratégico y Diseño de Interacción.
Los cursos suceden de forma paralela, y aunque cada disciplina tiene su propio temario, a lo largo del curso se intercalan clases transversales con contenidos que son relevantes para las dos especialidades.
Productos, servicios, juegos, protocolos…
El primer aprendizaje a la hora de abordar un reto tan amplio, es que ningún problema se resuelve con un producto digital. Sin embargo, estos son de gran utilidad a la hora de llevar a cabo ciertas tareas, que son necesarias en cualquier ámbito de actuación. Desde esa perspectiva, los productos digitales diseñados en este curso son presentados como parte de un sistema más amplio. En esos casos, se muestran pantallas que reflejan una profunda reflexión sobre la usabilidad y accesibilidad, la experiencia de uso desde la interacción directa.
Las soluciones que se proponen desde el diseño estratégico pueden estar más centradas en la conceptualización e ideación, que se traducen no siempre en un producto o servicio con una interfaz acabada y de alta fidelidad, sino que buscan definir procesos y metodologías de actuación, propuestas de soluciones que puede ser implementadas tanto en el mundo digital como en el analógico.
Creemos que la mayor ventaja de esta forma de aprender, en el tiempo acotado que dura el Programa, es que permite profundizar en ámbitos diferentes que requieren habilidades distintas, pero poniendo en valor al otro profesional que se centra en otra parte del proceso, sus labores, sus aportes y sobre todo, la importancia de la colaboración.
Os damos la bienvenida a esta publicación, Lavapiés nodrizo, donde encontraréis todos los casos de estudio que reflejan el enorme esfuerzo y compromiso de nuestras grumetes. ¡#MapachionaLavapiés!
