Historia del Cine

Orígenes e inicios.

Natalia de León
Audiovisual 2019
15 min readSep 7, 2016

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CINÉMATOGRAPHE LUMIÈRE
1896

El nacimiento del cine es el resultado de muchas variables sociales, científicas, tecnológicas y filosóficas que estaban sucediendo en la época post revolución industrial. El cine fue un paso más en la invención técnica de la fotografía, que en el año 1839 había logrado fijar una imagen de la vida real en una superficie (primero fueron placas metálicas, luego vidrio, y finalmente celuloide). Este avance tecnológico revolucionó el arte, el entretenimiento, la prensa, la ciencia, etc.

Sesenta año después, nace el cine. Estas imágenes de la vida real se volvían más reales aún, reproducían el movimiento. Movimiento y proyección en una pantalla, esto es el diferencial del cine (más tarde también el sonido).

En la historia, muchas veces se intentó generear la ilusión de movimiento y la proyección de imágenes en una pantalla. Hubo muchos inventos previos que sirvieron de precursores, pero también el descubrimiento de la llamada persistencia retiniana, un fenómeno visual descubierto por Peter Mark Roget que demostraría como una imagen permanece en la retina humana una décima de segundo antes de desaparecer por completo, permitiendo a nuestro cerebro generar la ilusión de movimiento.

El cine aprovechaba este efecto y provoca ese “enlace” proyectando a más de 10 imágenes por segundo (generalmente 24), lo que genera en nuestro cerebro la ilusión de movimiento (la televisión se da a 29,97 fotogramas por segundo, y 25 en Europa).

Precursores

Las sombras chinas, la linterna mágica (evolución de la cámara oscura, precursora del proyector de diapositivas), el taumatropo (disco con dos imágenes), el zootropo (ranuras), el fenaquistiscopio (espejos), y poco antes, en 1879 Edward Muybridge*** inventó el zoopraxiscopio (proyección del zootropo), y el quinetoscopio de Edison *(premitía la visión de rollos de películas, pero no su proyección en pantalla).

Finalmente, podemos decir que el cine nació con los hermanos Lumière**, quienes inventaron el cinematógrafo y lo patentaron en París el 13 de febrero de 1895. Esta máquina reúne, en un mismo aparato de pequeñas dimensiones y pesando menos de 5 kg, las funciones de cámara, impresora y proyector. Esto permitió a los conocidos operadores Lumière desplazarse y viajar con el aparato fácilmente.

Por un tiempo, los propios inventores, consideraron al cine como una atracción menor, incluso un número de feria, al igual que los anteriores inventos para mostrar imágenes en movimiento. Fue el uso y expansión que otros autores hicieron con el invento, lo que potenció y creó el cine como lo conocemos hoy.

Louis y Auguste Lumière.

El 28 de diciembre de 1895 tuvo lugar la primera exhibición con público del cinematógrafo Lumière en el Salón Indio del Grand Café, en el número 14 del bulevar de los Capuchinos de París. El programa constaba de diez películas de 15 a 20 metros cada una con una duración total de 20 minutos. Estas películas estaban realizadas por Louis Lumière e interpretadas por sus familiares y amigos.

Películas proyectadas:

Para renovar los programas, que en los primeros días de enero de 1896 habían incorporado El Regador Regado (L’Arroseur Arrosé), primer filme cómico de la historia del cine.

Orígenes del cine de ficción: Alice Guy Blaché, la madre del cine.

Alice Guy Blaché

(Fuente wikipedia)

Alice Guy fue la primera persona en dirigir una película de ficción. Fue pionera en los efectos especiales, la ciencia ficción fílmica, el lenguaje cinematográfico (planos, iluminación, attrezzo, montaje, caracterización…) y fundadora de lo que más tarde se ha considerado la profesión de productor o productor ejecutivo. Asimismo, fue la primera persona que logró mantenerse económicamente a través de dicha profesión. Rodó más de 1000 películas a lo largo de su vida, fundó varias productoras en Francia y en Estados Unidos y luchó por ser reconocida internacionalmente como directora, actriz y productora.

Alice Guy trabajaba como secretaria del fotógrafo e inventor francés León Gaumont (quien más tarde creara una de las compañías más grandes de la histoira del cine francés) cuando se realizó la primera proyección de los hermanos Lumière. Al igual que Méliès, Alice estaba sentada entre los invitados en la primera proyección de la historia. Inspirada por el invento, consiguió el permiso de Gaumont para usar la cámara que ellos vendían, para contar una historia. Escribió el guión, produjo y filmó La fée aux choux (El hada de los repollos) en el patio de la compañía, la que hoy se considera la primera película narrativa de la historia del cine, creando así el cine como lo conocemos hoy. Alice Guy tenía 21 años cuando realizó esta versión particular de cómo vienen los bebés al mundo.

León Gaumont se entusiasmó con la creación y creó el departamento de realización cinematográfica dentro de la empresa que hasta el momento vendía cámaras solamente.

En 1907 se casó con un camarógrafo inglés, Herbert Blaché, y se instaló con él en Estados Unidos, allí abrieron un estudio en Nueva Jersey, The Solax Company, donde se produciá una película por semana. Finalmente se divoricaron y Alice quedó en bancarrota, volvió a Francia en 1922 y si bien nunca más volvió a filmar, sí escribió sus memorias, donde afirma que su verdadero príncipe azul fue el cine.

Durante las dos décadas que trabajó filmó más de mil películas, con memorables creaciones e innovaciones.

Film pintado a mano

En 1912 realizó A fool and his money, una de sus obras más reconocidas. Lo que es sorprendente es que el elenco de la película es enteramente afroamericano y no tiene ningún prejuicio y los personajes no están representados con el racismo explícito que tres años después impulsara DW. Griffith con El nacimiento de una nación.

En 1906 filmó la vida de Cristo con más de 300 extras, muchísimos animales y efectos especiales.

A pesar de los rumores históricos, Guy nunca trabajó con los hermanos Lumière, porque a pesar de tener una gran amistad y pertenecer al mismo círculo, los hermanos Lumière jamás creyeron que la grabación de imágenes implicaría la construcción de historias, es decir, hacer películas. Ante el asombro de todos, Guy tuvo un éxito inimaginable e inmediatamente numerosas personas decidieron copiar esta profesión, por ejemplo Méliès, Segundo de Chomón o los mismos Lumière, por ese motivo existen diferencias temporales entre las primeras películas de Guy y las primeras películas de los demás.

PRECURSORA ****

La historia del cine borró su paso por la historia y atribuyó sus películas bien a su marido, bien a anónimos, o bien nunca fueron mencionadas, lo cual es un grave error histórico y artístico porque es imposible entender la obra de Méliès y demás directores del cine primitivo sin su influencia. A pesar de la marginación que ha sufrido por parte de los historiadores por el hecho de ser mujer, en el contexto de la época fue muy apreciada y admirada por los demás profesionales del sector.

La historia situaba a Méliès como el primer director, no como el primer hombre director, esto se debió a que el historiador Georges Sadoul tuvo que inventarse la subcategoría de “mujer directora” con la finalidad de reservar el título de “primer director” para un hombre. Alice Guy no solo fue la fundadora del cine como narración cultural y la primera persona que dirigió películas, sino que también llegó a competir en Hollywood como productora y directora independiente.

Alice Guy se convirtió así no solo en la primera directora sino también en la primera productora ejecutiva de la historia del cine. Fue asimismo pionera en el uso de efectos especiales (Méliès nunca ocultó su influencia), introdujo los primeros rudimentos de la técnica del montaje cinematográfico y sincronizó antes que nadie el sonido de un gramófono con las imágenes (dando así el primer paso en el camino que llevaría a la llegada del cine sonoro).

Actualmente hay un documental en curso sobre la vida y obra de Alice Guy.

El relato hegemónico

Al igual que Alice Guy, uno de los presentes en la sala de la primera proyección de cine, fue George Méliès, , hijo de un industrial zapatero que en 1885 abandonó el negocio familiar para aprender magia y espectáculos de feria, comprando finalmente el teatro Robert Houdin para realizar sus obras.

A Méliès le encantó el invento de los Lumière, tanto que les pidió que le vendieran una cámara, ellos no accedieron, principalmente porque no creían que el invento fuera a durar mucho. El mago consiguió una cámara (algunos dicen que se la compró a un inglés, otros que la construyó), y empezó a filmar a partir de 1897, primero imitando a los Lumière, sin manipulaciones ni interferencias de ningún tipo, haciendo documentales.

El gran cambio apareció de casualidad, en una de sus películas, mientras filmaba unas escenas en la Place de l’Opéra de París, su cámara se quedó bloqueada durante más de un minuto. Transcurrido ese lapso, los vehículos y las personas que llenaban la calle habían cambiado, naturalmente, de posición. Cuando Méliès proyectó más tarde el fragmento filmado, vio como “un tranvía se había convertido en un coche fúnebre, y los hombres eran ahora mujeres”, evidenciando las posibilidades del trucaje cinematográfico, y con él la inmensa capacidad del cine para hacer soñar al espectador. Simplemente con detener la cámara para volver a ponerla en funcionamiento poco después, Méliès había comprobado que podía jugar a las transformaciones y a las desapariciones.

Este descubrimiento fortuito hizo caer en la cuenta que el cine no sólo servía como posible representación de “la realidad” sino que también para “engañar al público” haciendo creíble hechos irreales. Si bien su técnica era básicamente teatral, con una cámara estática en el plano frontal hacia el “escenario”, creó una gramática estrictamente cinematográfica, una narrativa nueva. Hay que tener en cuenta lo difícil que era filmar en esa época donde las máquinas para registrar las tomas eran tremendos y complejos andamiajes mecánicos, lo cual hacía difícil y peligroso mover una cámara.

En el año 1902 Georges Méliès maravilla a todos con una producción de 20 minutos de duración (todo un récord para la época), dividida en 30 escenas y con un costo superior a los 30.000 francos. La película era Viaje a la Luna (Le Voyage dans la Lune), una obra que toma (con sus licencias) de modelo dos novelas: De la Tierra a la Luna de Jules Verne y Los Primeros Hombres en la Luna de H.G. Wells. En ella se mostraba el primer alunizaje cinematográfico:

Viaje a la luna” narra la decisión de dos sabios del congreso científico del club de astrónomos de ir a la luna. Para ello construyen un gigantesco obús en el que se instalan para el viaje, este es introducido por unas coristas (del propio teatro de Méliès) en un gigantesco cañón para ser disparado hacia el satélite terrestre. Los científicos alunizan en un ojo de la luna (una de las escenas clásicas de la historia del cine) donde aparecen el rey y los selenitas (interpretados por los acróbatas del Folies Bergère) que se convertían en polvo cuando eran golpeados por los paraguas de los terrícolas. Vuelven a la tierra con el obús cayendo desde un precipicio de la luna y arrastrando sin querer a un selenita que se había agarrado a su cola y que es exhibido en nuestro planeta con un gran regocijo popular.

La continuidad narrativa cinematográfica da un paso de gigante al montar la secuencia del disparo del cañón que lleva a los astrónomos a la Luna con una escena de un decorado con la cara animada del satélite, que va creciendo en travelling inverso y sobre la que acaba aterrizando la nave/bala de cañón, clavándose en ella.

Utilizaba las técnicas aprendidas en sus shows ilusionistas como trampillas, fuegos artificiales, decorados pintados… a lo que sumaba la incipiente magia del cine: sobreimpresiones, simulaciones de imágenes submarinas (utilizando un acuario como tosco filtro), exposiciones múltiples y fondos negros.

Méliès intentó distribuir comercialmente Viaje a la Luna en Estados Unidos. Técnicos que trabajaban para Thomas Alva Edison lograron hacer copias de la película y las distribuyeron por toda Norteamérica. A pesar de que fue un éxito, Méliès nunca recibió dinero por su explotación.

Retiro

De 1915 a 1923, Méliès montó, con la ayuda de su familia, numerosos espectáculos en uno de sus dos estudios cinematográficos transformado en teatro. En 1923, acosado por las deudas, tuvo que vender propiedades y abandonar Montreuil.

En 1925, se reencontró con una de sus principales actrices, Jeanne d’Alcy, que entonces regentaba un quiosco de juguetes y golosinas en la estación de Montparnasse. Méliès se casó con ella y comenzaron a regentar juntos la tienda. Allí será reconocido más tarde por Léon Druhot, director de Ciné-Journal, quien lo rescató del olvido.

Cine narrativo en planos

Se considera que The Great Train Robbery fue la primera película con un desarrollo narrativo y una tensión dramática típica del cine como lenguaje, narrativa en planos.

para superar la acumulación de tableaux en beneficio de la sucesividad de las acciones. A ello contribuye el raccord entre los planos y las secuencias, como cuando se observa la continuidad de la dirección entre los planos B y C de la secuencia 4 (los ladrones salen del encuadre por la izquierda y entran por la derecha) o entre la sec. 4 y la 5 (en ambos casos el tren se mueve de derecha a izquierda). La inserción de las secuencias 6 y 7 en medio de la huida de los ladrones establece una acción paralela que proporciona tensión dramática al texto; tensión incrementada por la ralentización del ritmo mantenido hasta ese momento que supone la secuencia del baile. Por su parte, las imágenes de exteriores insertadas en ventanas en las secuencias primera y tercera otorgan realismo y desteatralización al relato. Los movimientos de cámara, aunque breves, muestran el interés en que sea el encuadre quien esté subordinado a la acción y no al contrario (como era entonces habitual), al mismo tiempo que dirigen la mirada del espectador en función de la acción dramática. A pesar de que el encuadre se mantiene en todo momento en plano general, la puesta en escena permite que los movimientos de los personajes otorguen dinamismo a la acción y varíe la escala, como es evidente en la secuencia 7. (wikipedia)

Louis le Prince

¿Leyenda?

Sin embargo, otros consideran que fue Louis Aimé Augustin Le Prince el verdadero inventor del cine, con su película en octubre de 1888, La escena del jardín de Roundhay (en inglés: Roundhay Garden Scene), de dos segundos de duración, y con la ayuda de una lente única y una película de papel. Sin embargo, Le Prince nunca fue capaz de presentar su obra en los Estados Unidos, puesto que desapareció misteriosamente el 16 de septiembre de 1890, en un tren que unía Dijon y París, justamente cuando se dirigía a patentar su invención en Londres. No hubo rastros de él o su equipaje, lo cual generó muchísima controversia. En 2003 –106 años más tarde–, se encontró en los archivos policíacos la fotografía de un hombre ahogado, que podría ser Le Prince. Teorías de su muerte.

*Thomas Alva Edison (Milan, Ohio, 11 de febrero de 1847-West Orange, Nueva Jersey, 18 de octubre de 1931) fue un empresario y un prolífico inventor estadounidense que patentó más de mil inventos y contribuyó a proporcionar, tanto a Estados Unidos como a Europa, los perfiles tecnológicos del mundo contemporáneo: las industrias eléctricas, un sistema telefónico viable, el fonógrafo, las películas, etc. En 1855 a los ocho años y medio Edison entra a la escuela. Después de tres meses de estar asistiendo, regresó a su casa llorando, informando que el maestro lo había calificado de alumno “estéril e improductivo”.

Empezó vendiendo diarios y demás en un tren, y en las horas de espera leía, y empezó a hacer sus invenciones. Tras salvar a un niño en las vías del tren en Port Huron, el agradecido padre de la criatura J. U. Mackenzie (telegrafista de la estación) le enseñó código morse y telegrafía. A los quince años obtuvo su primer trabajo como telegrafista, reemplazando a uno de los operadores de telégrafo que habían ido a servir en la Guerra Civil.

Hasta 1890, los científicos estaban interesados principalmente en el desarrollo de la fotografía más que en el de la cinematografía. Esto cambió cuando el antiguo inventor y entonces ya industrial Thomas Alva Edison construyó el Black Maria, una casucha cerca de West Orange, Nueva Jersey, que se convirtió en los laboratorios donde realizaba sus experimentos sobre imágenes en movimiento y el primer estudio de cine del mundo.

Edison inventó el fonógrafo en 1877, y se convirtió en el entretenimiento mas popular del siglo. Para proporcionar un acompañamiento visual al fonógrafo, Edison encargó a William Kennedy-Laurie Dickson, un joven asistente de laboratorio, un sistema de movimiento de imágenes, en 1888. Dickson se basó en el trabajo de Muybridge y Marey, pero fue el primero en combinar los dos fundamentos de la cara de imágenes en movimiento y la tecnología de la proyección. Estos fueron un dispositivo para asegurar el movimiento intermitente pero regular de la tira de película de la cámara y una tira de película de celuloide con perforaciones regularmente distribuidas para asegurar el transporte de la película

Edison está considerado por algunos como el diseñador de la primera máquina de cine, el kinetoscopio, pero en realidad ni fue él el inventor ni el invento era propiamente una cámara de cine. Su ayudante, William K.L. Dickson fue quien hizo en realidad casi todo el trabajo, diseñando el sistema de engranajes, todavía empleado en las cámaras actuales, que permite que la película corra dentro de la cámara, e incluso fue él quien por vez primera logró en 1889 una rudimentaria imagen con sonido. El kinetoscopio, patentado por Edison en 1891, tenía unos 15 metros de película en un bucle interminable que el espectador — individual — tenía que ver a través de una pantalla de aumento. El artefacto, que funcionaba depositando una moneda, no puede considerarse por tanto un espectáculo público, y quedó como una curiosidad de salón que en 1894 se veía en Nueva York, y antes de finalizar ese año en Londres, Berlín y París.

***Edward Muybridge fue un fotógrafo que había emigrado a San Francisco (Estados Unidos) en 1850, especializándose en fotografía del paisaje y antropológica. Muybridge era ya muy reconocido por sus viajes desde Centroamérica hasta Alaska, cuando el millonario americano Leland Stanford lo convocó para ganar una apuesta en 1872.

Stanford había tomado conocimiento de las investigaciones de Marey, médico y fotógrafo francés Étienne Jules Marey comenzó una serie de investigaciones sobre los movimientos que realizaban los caballos para caminar, trotar y correr. Intentó demostrar que durante el galope el caballo tenía momentos en que sus cuatro patas estaban simultáneamente en el aire. Diseñó ingeniosos dispositivos con hilos atados a las patas para demostrarlo, pero no pudo lograrlo. Stanford se entusiasmó con la idea debido a que él sostenía ya la hipótesis de que el caballo al galope tiene en ciertos momentos las cuatro patas simultáneamente en el aire, y había realizado una apuesta defendiendo la misma posición. Contrató para demostrar la hipótesis a Muybridge y puso a su disposición los recursos necesarios y uno de sus caballos. Muybridge diseñó un sistema de aberturas-trampa de madera que revolucionó la velocidad de obturación: de medio segundo a casi un dosmilavo de segundo. La imagen, sin embargo, salió borrosa y fue imposible corroborar la hipótesis. Esto favoreció aún más las investigaciones de Muybridge.

Tras varios intentos y dispositivos, en 1878 incorporó el uso de gatillos electromagnéticos activados por el paso del caballo (en este caso, una yegua llamada Sally) logrando dos series de 12 fotografías. Proyectó en público los resultados utilizando el proyector fenakitoscópico, que a partir de algunas mejoras él rebautizó zoopraxinoscopio, logrando un enorme éxito en la prensa de la época. Con ello se había logrado la descomposición fotográfica del movimiento rápido, quedando libre la vía para la transición del dibujo a la fotografía en la ilusión del movimiento.

Al enterarse de los éxitos de Muybridge, Marey redobló su interés y esfuerzos por la descomposición del movimiento, buscando nuevas mejoras, pues se había interesado por el registro de movimientos más difíciles aún, como el del vuelo de las aves. Adaptando el revólver fotográfico, inventado por Jules Jansson en 1874 para registrar el movimiento de los planetas, a los avances logrados por Muybridge, logró en 1882 registrar el movimiento de aves en vuelo gracias a su “fusil fotográfico”, cuyo mecanismo de obturación y apertura era análogo al de un fusil común.

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