Último recurso, comicidad y misterio para la apertura del 24° BAFICI

Ezequiel Obregón
Sitio Leedor
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2 min readApr 24, 2023

La película de Matías Szulanski, responsable de inaugurar el Festival, es una comedia que se enaltece por la interpretación de sus dos protagonistas.

El prolífico director Matías Szulanski entrega con su décimo filme una variopinta cantidad de situaciones cómicas alrededor de las periodistas que componen María Villar y Tamara Leschner. La primera, más experimentada; la segunda, una pasante que acaba de llegar a la decadente (y anacrónica) revista Último recurso, precisamente. El tiempo que le ha dedicado cada una a la profesión no es un dato menor, porque es lo que le da pie a la más veterana para aprovecharse de la inexperta.

Laura, el personaje de Villar, es una mujer de alrededor de cuarenta años que cría sola a su hija y junta tickets del piso para lograr que le den dinero a cambio. El de Leschner, Julia, ronda los veintipico, cursa en la universidad, toca la flauta y subsiste gracias a subir videos y fotos a la plataforma Only fans. Queda claro que está todo servido para que entre las dos se saquen chispas (terminan golpeándose en una comisaría) y en la mayor parte de los casos el humor funciona gracias a ellas.

La trama está construida sobre una versión que ambas son responsables de investigar: habría existido un primer Mundial de fútbol en 1926 con Argentina como país ganador, que por cuestiones geopolíticas y racistas terminó siendo tergiversado y hasta dejado en el olvido. A partir de esta historia al comienzo casi inverosímil, las dos periodistas se ven forzosamente a convivir horas (días) enteros para desentrañar el misterio.

El tipo de comicidad que construye Szulanski es parco, monocorde adrede; recuerda a las comedias de Martín Rejtman. Hay una casi invasiva presencia de una composición en flauta (vinculada al personaje de Leschner) que al comienzo funciona pero que, a fuerza de reiteración, termina agotando. Por otra parte, hay una cuestión del guión que no termina de potenciarse; la investigación está tan subsumida al esquema cómico dual que pierde un tanto de interés y así queda marginada la vertiente policial que debería quedar más potenciada. Por fortuna, con dos sólidas actrices, Último recurso cumple el noble objetivo de entretener.

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Ezequiel Obregón
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Escribo sobre cine, teatro y literatura. Cuenta de Medium para Leedor.