100 años del nacimiento de Patricia Highsmith

“Desde muy pequeña aprendí a vivir con un intenso odio que me hacía tener sentimientos asesinos”, escribió Patricia Highsmith, la escritora que sobrevivió a un intento de aborto de su madre, Mary Coates, con la que tuvo una relación de amor/odio durante toda su vida. A los tres años y medio, conoció al segundo marido de Mary, Stanley Highsmith, con el que tampoco se llevó bien.

Hoy se cumplen cien años del nacimiento de esta autora que dejó 8000 páginas en las que se destacan sus 38 cuadernos con ideas para sus novelas y relatos, 18 diarios personales, álbumes con recortes de periódicos, una gran cantidad de correspondencia y textos varios.

Comenzó en la editorial Ned Pines escribiendo cómics, aunque se sentía avergonzada. Sin embargo, este fue un trabajo estable que le permitió dedicarse a escribir su literatura, cuyos temas y motivos aparecen ya premonitoriamente en un brindis de Año Nuevo a los 26 años: “Brindo por todos los demonios, por las lujurias, pasiones, avaricias, envidias, amores, odios, extraños deseos, enemigos reales e irreales, por el ejército de recuerdos contra el que lucho: que nunca me den descanso”.

Su torturada vida también se trasladó a sus relaciones amorosas. Su gran amor fue Caroline Bestermann (seudónimo), a quien conoció en 1962, pero tampoco funcionó.

Se la considera una gran creadora de personajes, especialmente marginales, y uno de los más conocidos es Tom Ripley. Graham Greene afirmó acerca de ella: “Uno no cesa de releerla. Ha creado un mundo original, cerrado, irracional, opresivo, donde no penetramos sino con un sentimiento personal de peligro y casi a pesar nuestro, pues tenemos enfrente un placer mezclado con escalofrío”.

Recibió varios premios, y algunos de sus libros fueron llevados al cine. Entre sus obras están Extraños en un tren, Carol, El talento de Mr. Ripley, El cuchillo, El grito de la lechuza.

Finalmente, murió en el hospital de Locarno (Suiza), en febrero de 1995, a causa de dos enfermedades simultáneas, anemia aplásica y cáncer.