25 BAFICI: Imprenteros, de Lorena Vega y Gonzalo Javier Zapico. Letra viva.

Raul Manrupe
Sitio Leedor
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3 min readApr 29, 2024

Desde su estreno en el Rojas/UBA se repone ocasionalmente en espacios (el Konex el último hasta hoy) por una o dos funciones que agotan localidades.

En una obra, un libro y ahora un film, los Vega vuelven al taller que fuera de su padre, Alfredo.

El protagonista ausente es el padre ya fallecido de la actriz Lorena Vega. Dueño de una imprenta ubicada en Lomas del Mirador, Lorena y sus dos hermanos Sergio y Federico no pudieron ingresar nunca más al establecimiento (los hijos de otro matrimonio del padre cambiaron la cerradura). La obra explora esa pérdida a través de la reunión de los tres hermanos entre sí y el reencuentro con el padre sumando la presencia tutelar de la madre, que no aparece en el escenario.

Autobiografica, incluye proyecciones de videos familiares, re actuaciones de situaciones vividas por la directora y sus hermanos, audios y videos históricos y hasta puestas coreográficas a partir de rutinas del oficio gráfico. Como fenómeno teatral, una experiencia altamente recomendable y emocionante no exenta de humor: vale la pena estar atento a cuando la vuelvan a poner en escena para no perdérsela.

Ahora el documental.

En el BAFICI Imprenteros se estrenó en su formato cinematográfico.

Quien vio la obra puede preguntarse a priori en qué se diferenciará del largometraje. Quien no la vio, llegará curioso a presenciar un documental que reflexiona sobre las relaciones entre padres, hijas e hijos y que es aún más catártico para los Vega que la obra misma.

El comienzo reúne una mayoría de registros de distintas representaciones de la obra. A partir de ahí es notorio el esfuerzo de la directora y el director por separarse de aquellas tomas documentales (de gran efectividad humorística y ajustado texto).

Así se incluyen los intentos y angustias de la pandemia con intento de hacer película experimental o nos llevarán a la residencia en Córdoba para la creación del documental y el libro adjunto, donde la editora (de libros, no de películas) Gabriela Halac tiene presencia creciente y a quien se la ve decisiva al momento de orientar a los Vega para elegir el camino a la obra/documental/libro. Por momentos no queda claro si se habla de una, otro u otro. En otros parece que el libro es lo más importante: “escribir un libro para estar con los muertos”, dicen. El objetivo de los hermanos de Lorena es dejar constancia en papel impreso, actividad que voluntariamente o no, los une con su padre como no así Lorena. Las diferentes versiones del libro hablan de una letra viva y de una historia que post-mortem y post-scriptum, con este nuevo capítulo en video, se sigue escribiendo para proceso de los protagonistas. La magia de un retoque fotográfico los hará entrar nuevamente a ese lugar al que nunca más pudieron volver…hasta ahora.

El salto de la obra a la película, muestra a Lorena Vega en un registro un poco sardónico y endurecido al menos en comparación al visionado de la obra en 2022. En aquella oportunidad, un momento memorable es cuando uno de los hermanos reconoce que imprimir las participaciones para una fiesta de 15 efectivamente no estaba dentro de lo que las máquinas del padre podían hacer. Este detalle ha sido omitido en la película y queda como el capricho o desaire del padre que afectó a la adolescente de entonces. Cuestiones de edición tal vez (de películas, no de libros). Cada representación suele tener cambios en el tono de un mismo texto y este documental es una más, diferente a las demás, pero cristalizada como una foto impresa para siempre, independiente de la obra y el libro complementario que le dieron origen. Como aquella, es material a atesorar.

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Raul Manrupe
Sitio Leedor

Investigador, Curador, Documentalista, Creativo, Gestor cultural