400 años del nacimiento de Molière

Adriana Santa Cruz
Sitio Leedor
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4 min readJan 16, 2022

Ayer se cumplieron 400 años del nacimiento de Molière, autor de piezas de teatro mundialmente conocidas y que ejercieron una gran influencia en escritores posteriores. Para celebrarlo es homenajeado, en especial, en toda Francia. Allí la Comédie-Française le dedicará su temporada completa, que comienza con una puesta en escena de Tartufo dirigida por Ivo van Hove, uno de los grandes nombres de la escena contemporánea europea, a la que seguirán otros títulos como El enfermo imaginario o Los enredos de Scapin.

Molière (Jean-Baptiste Poquelin; París, 1622–1673) fue un dramaturgo y actor francés. Su mérito consistió en adaptar la commedia dell’arte italiana a las formas convencionales del teatro francés −unificó música, danza y texto y privilegió casi siempre los recursos cómicos− y en luchar contra la hipocresía de su tiempo mediante la ironía.

Muy alejado de la devoción o del ascetismo, su principal objetivo fue el de “hacer reír a la gente honrada” e hizo suya la divisa que aparecía sobre los teatros ambulantes italianos a partir de los años 1620 en Francia, con respecto a la comedia: Castigat ridendo mores (Corrige las costumbres riendo).

En 1643, haciéndose ya llamar Molière, fundó L’Illustre Théâtre, junto con la comediante Madeleine Béjart. Dirigida por ella, primero, y luego por él mismo, la joven compañía intentó establecerse en París, pero el proyecto fracasó en 1645, por falta de medios, y el escritor permaneció unos días arrestado por deudas.

Recorrió entonces las regiones del sur de Francia, durante trece años, con el grupo encabezado por Dufresne, al que sustituyó como director a partir de 1650. Ya entonces se destacaba su cualidad de observador, por lo que recibió, años más tarde, el apodo de “El Contemplador” −creado, al parecer, por su amigo Boileau (1636–1711)−. Esta atención constante a los tipos y comportamiento humanos de su entorno inmediato le proporcionó abundante material para la creación de sus personajes.

La compañía se estableció en París, con el nombre de Troupe de Monsieur, en 1658, y obtuvo su primer éxito importante con la sátira Las preciosas ridículas, un año después. En 1860 creó el personaje de Sganarelle, al cual recuperaría muchas veces en otras obras y al que siempre interpretó él mismo, en la comedia del mismo nombre. La escuela de las mujeres (1662) fue su primera obra maestra, con la que se ganaría el favor de Luis XIV.

Sus detractores criticaron su matrimonio con Armande Béjart, celebrado unos meses antes; veinte años más joven que él, no se supo nunca si era hermana o hija de Madeleine (en cuyo caso Molière podría haber sido su padre, aunque la crítica moderna ha desmentido esta posibilidad). Luis XIV apadrinó a su primer hijo, que murió poco después de su nacimiento, en 1864. En respuesta a las acusaciones de incesto, Molière escribió El impromptu de Versalles, que le enemistó con cierta parte de la clase influyente de París.

En 1663, mientras llevaba las tragedias de Racine al escenario y organizaba festivales en el palacio de Versalles, presentó los tres primeros actos de su Tartufo, pero la obra terminó siendo prohibida, lo mismo que sucedería con Don Juan o El festín de piedra, después de solo quince representaciones.

Acosado por sus detractores, especialmente desde la Iglesia, el principal apoyo de Molière era el favor del rey que, sin embargo, resultaba caprichoso: las pensiones se prometían pero no se pagaban, y para hacerse cargo de los gastos, el autor seguía produciendo obras, aunque no todas tenían éxito.

Los problemas con el Tartufo, que proseguían, y las dificultades para mantener la compañía fueron quebrando su salud, mientras disminuía su producción; sin embargo, en estos años aparecen algunas de sus mejores obras: El misántropo, El avaro y El enfermo imaginario. En 1673, durante la cuarta representación de esta última obra, sintió unos violentos dolores; trasladado a su casa, murió a las pocas horas. El rey debió intervenir para que la Iglesia le concediera el derecho a tierra santa, si bien fue enterrado de noche y prácticamente sin ceremonia.

Eva del Palacio, directora y actriz de la compañía Morboria, que festeja el 400 aniversario en España, afirma: “La prosa poética de Molière no ha envejecido con el tiempo. Él recorrió mucha calle con su compañía y eso se percibe en el trazo de sus personajes, en la picaresca”, y agrega luego: “En El enfermo imaginario, por ejemplo, solo hemos cambiado la palabra ‘peste’ por ‘covid’ y hemos introducido los nombres de las farmacéuticas que han creado las vacunas contra el coronavirus. La gente no se cree que, salvo los nombres, el texto es de hace casi cuatro siglos”.

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Adriana Santa Cruz
Sitio Leedor

Profesora y Licenciada en Letras, redactora y gestora cultural