80º Muestra del Cine de Venecia: Green Border de Agniezca Holland

Cristina Taquini
Sitio Leedor
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3 min readSep 6, 2023

La veterana realizadora polaca Agniezca Holland irrumpió en la hasta ahora bastante patinada Mostra de Venecia con una docu ficción, “Green Border”, un crudo relato sin concesiones sobre los padecimientos de sirios, afganos y otros pueblos de la región, rechazados en la frontera polaca-bielorusa a donde llegan víctimas inocentes de intereses políticos.

Es un golpe durísimo, inesperado el J´'accuse de la Holland — 76 años- filmado en blanco y negro, con poca iluminación para narrar la fuga desesperada de una a otra parte de la frontera perseguidos por policías adiestrados para no dejarse apiadar — lo muestra una escena- atrapados en una crisis geopolitica a las puertas de Europa.

A lo largo de dos horas se entrelazan las historias de una familia siria de clase media que llega con un vuelo de linea a Bielorusia con el proyecto de entrar a Europa a través de la frontera polaca y proseguir hasta Suecia, a donde los esperan algunos parientes. A este grupo del que forma parte Samir, el hijo mayor de la familia de unos 9 años, se suma una profesora de inglés afgana, que accompañará al grupo de sirios hasta el trágico final que los espera.

Holland sigue simultáneamente un grupo de activistas polacos que actúan en clandestinidad para llevar ayuda a los inmigrantes que llegan a los bosques y lodasales junto al Green Border con toda suerte de materiales y una eficiencia que denota los largos años que llevan en esa actividad para contrarrestar la politica de su paìs con los refugiados mediorientales.

Se comunican con señales de localización y parten en grupos de a cuatro o cinco cargados con ropa, medicinas, agua y hasta aparatos para ecografias portàtiles cuando advierten que hay mujeres embarazadas en situación de riesgo.

Al grupo de jóvenes activistas se suma una psicóloga polaca que vive cerca de la frontera y decide colaborar con la ayuda, mientras que uno de los militares polacos adiestrados para maltratar en la frontera termina por ayudar también cerrando los ojos cuando puede.

No hay final feliz para este film porque no es una narración sino el registro que llevó a cabo durante meses la Holland de la crudisima realidad de estos refugiados que empezaron a llegar hace ya más de una década, y que en su fuga perdieron parte de sus familiares, padres ancianos o hijos como el caso de Samir, tragado por las aguas pantanosas del Green Border.

La directora polaca recuerda que en los últimos dos años más de dos millones de ucranianos entraron en Europa por la frontera polaca, aayudados a llegar a destino con todos los medios a disposición, mientras que el tema de los refugiados mediorientales no tiene espacio en el tablero internacional.

Un verdadero golpe al corazón de la Mostra asestado por la veterana Holland quien llamó a asumir sus responsabilidades a los artistas para dar espacio a las voces de quienes padecen estos dramas aún en acto.

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