Afire, una obra maestra en la Sección Trayectorias del 24° BAFICI

Ezequiel Obregón
Sitio Leedor
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2 min readApr 23, 2023

El realizador alemán Christian Petzold ofrece con Afire (2023) un relato teñido de una pátina de enigma que, sin estridencias, potencia el drama interno de su personaje principal.

“Tengo que trabajar”, dice Leon (extraordinario Thomas Schubert) para excusarse cuando le proponen participar de cualquier actividad recreativa. Pero Leon no trabaja. O, al menos, no lo logra. Intenta sin éxito corregir su segunda novela que, tras el éxito de la primera, le exige superarse. Además de la imposibilidad de cumplir con su principal objetivo, su situación en sí es frustrante, porque cuando pretende pasar una estadía tranquila junto a su amigo fotógrafo Felix en una casona cercana al Mar Báltico, más pronto que tarde se enteran de que no estaba desocupada.

En aquel lugar está instalada la bella Nadja (Paula Beer), inquilina de la madre de Felix que, como en una película de Fassbinder, será quien active un deseo que orbita sobre todos. Cotidiano, pero a la vez extraño. Un deseo esquivo, difícil de aceptar, pero al mismo tiempo irresistible para el escritor en conflicto consigo mismo. El grupo se completa con un guardavidas amante de Nadja y, más tarde, con el agente literario de Leon.

Resumido el argumento de Afire, resulta evidente que poco puede decir sobre las sensaciones que gesta en los espectadores. Parte de su potencia queda muy bien graficada en esos incendios forestales que lentamente se acercan a la casona, y que representan las múltiples constricciones que afectan a Leon. Mientras que todos parecen divertirse menos él (todos juegan, se bañan en el mar, andan en bicicleta, disfrutan de la comida, la bebida y el sexo), la película se tiñe de sus inseguridades. Y si hay bastante patetismo en el modo en el que intenta enmascarar sus frustraciones, al mismo tiempo hay nobleza en los encuentros personales que ponen al descubierto su fragilidad.

Colaboran en esta suerte de sinfonía emocional que construye Petzold un soberbio trabajo fotográfico de Hans Fromm, que enfatiza los matices entre el ambiente diurno y el nocturno (las noches en esta zona comienzan con luz de día) y esboza el drama de los incendios en un solo plano; y la sensualidad de la canción In My Mind, de Wallners que, como ocurre con los trabajos de Tindersticks para las películas de Claire Denis, opera como una caja de resonancia de los sentimientos de los personajes.

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Ezequiel Obregón
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Escribo sobre cine, teatro y literatura. Cuenta de Medium para Leedor.