Antifémina: Colita y Maria Aurelia Capmany en el Círculo de Bellas Artes, en Madrid

Kekena Corvalan
Leedor
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3 min readApr 14, 2024

En exclusiva, desde Madrid para Leedor

Permítaseme comenzar así: Colita (Isabel Steva Hernández) y Maria Aurelia Capmany fueron dos mujeres vecinas en Barcelona, fotógrafa y escritora, que, felizmente, se volvieron amigas y compañeras, es decir, se dieron cuenta que juntas podían volver más potente lo que querían decir, y decidieron hacer obra juntas.

Colita (cuyo apodo fue puesto por su padre cuando le explicó que había nacido de una col, o sea de un repollo), era una fotógrafa autodidacta que, según ella misma dice, tuvo la suerte de estar junto a los grandes de su época, todos varones, de los que tuvo la inteligencia de aprender lo que precisaba para dedicarse a fotografíar mujeres. María Aurelia Capmany fue escritora, pedagoga y política (diputada), que le puso palabra corrosiva y crítica a las imágenes de Colita. Ambas comprendía que el franquismo, que rima con fascismo, también se asimilaba sin dudas al machismo. Y que ambas tres formas de violencia hegemónica y excluyente (franquismo, fachismo y fascismo) establecían qué era ser una mujer en función de qué servía para el varón.

Con las fotos que Colita recolectaba todos los días, en la calle, en los eventos sociales, en el ámbito doméstico, editaron un libro conjunto, Antifémina, en 1977, fue rápidamente censurado y retirado de la venta, y recién pudo volver a ver la luz en 2021. Es entonces que empieza a prepararse esta exposición que hoy vemos, que nos entusiasma y nos despabila, y nos hace decir, como diría nuestra querida Mafalda: ¡qué modernas las antiguas!, y agregar, sin ellas, para nosotras, nada de este presente sería posible.

Años 60 y 70, años dorados de la publicidad sexista y patriarcal (bueno, no sé si hay otra publicidad, pero estos años fueron terribles para la representación hegemónica y el disciplinamiento de los cuerpos, ¿no?) en los que la ultraderecha montada de la dictadura de Franco acentuó ese lugar de la mujer como ama de su casa y objeto de su hombre. Un video hermoso de la exposición da cuenta de una entrevista a ambas mujeres donde Maria Aurelia explica que el 90% de las mujeres que conoce no entran en la categoría de femeninas, ya que ser fémina es una ficción. Entonces, se pregunta, ¿qué son esas mujeres que no se adaptan al canon femenino? Porque hombres no son. Son antiféminas. Monjas, prostitutas, ancianas y bastoneras, gitanas, rebeldes y comunes, aquella enorme mayoría minorizada que anda por los bordes de la clasificación de utilidad a su provecho que le da a nuestros cuerpos, edades y profesiones, el patriarcado.

Esta exposición nos deja mucho. Nos sitúa en debates que hoy sostenemos acerca, por ejemplo, del trabajo sexual, la vejez, las tareas de cuidado, el trabajo no pago, el matrimonio, el amor romántico y hasta la misma poligamia. Lo que es seguro, que nos potencia de ternura y nos fortalece en estas tramas de amigas compañeras que lejos de competir, reafirman que las mujeres somos colaboradoras y codiseñadoras siempre. Cuántas historias por aprender, cuántas memorias por recuperar. Para eso andamos, y creemos, en la cultura, el arte, los museos, las exposiciones y las curadurías.

Galería de imágenes:

Antifémina. Fotografías de Colita en relación a su libro con Maria Aurèlia Capmany.
Círculo de Bellas Artes, Alcalá, 42. Madrid.

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Kekena Corvalan
Leedor
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Escritora, curadora y profesora feminista. Especialista en artes vitales, visuales, viajeras y domésticas. Ig @kekenacorvalan @nosotrasviajando @redtesoras