Arte y Naturaleza, en Caixa Forum Madrid.

Kekena Corvalan
Sitio Leedor
Published in
5 min readApr 18, 2024

El encanto de recombinar las obras de una colección con un tema sensible en una museografía melancólica y comprometida.

Exclusivo desde Madrid para Leedor

Caixa Forum pertenece a esa tipología posible de museos monumentos. Desde el año 2021 es Patrimonio Mundial de la UNESCO, e integra el patrimonio del Paseo del Prado y el Buen Retiro, Paisaje de las Artes y las Ciencias, que se conoce en Madrid como Paisaje de la luz. Fue central eléctrica a comienzos del siglo XIX, hoy es un centro cultural que ofrece una programación popular, con buena propuesta de mediación. Lo visitamos un lunes, la exposición que estamos reseñando estaba repleta de gente. Y debemos decir que mayormente local. En una Madrid donde la presencia del turismo internacional es abrumadora, se destaca este detalle.

La cuestión turística de Madrid en este abril 2024 no es menor. Algo que se observa en la calle es la proliferación de tiendas, especialmente de ropa, y de locales de gastronomía. Es difícil encontrar un lugar público, libre y gratuito, con espacio para sentarse a conversar, a la sombra. Creo que es evidente la política municipal por hacer de esta ciudad un lugar de consumo. Ya comenté en mi instagram que en la Plaza Mayor han instalado una cancha de tenis de polvo de ladrillo, como parte del sponsoreo y promoción del Open Madrid. Todo esto hace de la zona céntrica de Madrid (que cada vez es más grande), una urbanidad global, que está desplazando el eje fuertemente al consumo de objetos y prácticas masivas y de clase.

Por ello entrar a la Caixa a ver una exposición que revisa los posibles vínculos entre el arte y la naturaleza es un estímulo más para seguir interpelándonos. Porque propone una lectura de alrededor de 80 piezas que pertenecen a la prestigiosa colección del Musée National d’Art Moderne Centre d’Art Georges Pompidou de París, mayormente de las vanguardias y de la primera mitad del siglo XX: pintura, escultura y fotografía, y también incluye piezas de diseño y arquitectura. El relato se organiza en cuatro grandes temas: metamorfosis, mimetismo, creación y amenaza.

Así, se exhiben artistas fundamentales para la historia del arte europeo de comienzos de siglo: Kandinsky, Picasso, Arp, Dalí, Paul Klee, Alberto Giacometti, Le Corbusier, Alvar Aalto, Jean Dubuffet, Raoul Hausman, intercalados con videos documentales sobre insectos o temas de la naturaleza, tomados de archivos de época, en muchos casos anónimos.

Max Ernst, Los tres cipreses. 1951. Óleo sobre lienzo.

El corte teórico, estético y político de esta propuesta da cuenta de una manera también moderna de pensar la naturaleza. Como lo explica el texto de sala: “En una presentación que renuncia a la categorización didáctica o a la cronología, los visitantes se adentrarán en el universo de la naturaleza, que, en la era digital, parece ser la última muestra de pureza y verdad”, (la itálica es nuestra, claro está).

Pureza y verdad de la naturaleza, pureza y verdad del artista, que sigue siendo esa figura dispositivo de iluminación al que le creemos algo en este occidente roto y voraz. La naturaleza es un universo al que adentrarse, porque es externo a nosotres. Quizás los únicos que están dentro son los artistas, reivindicados por el puente de la espiritualidad, agrego yo, como si tuvieran un estadio superior por ser individuos especiales y sensibles. Interesante. Nuestras sociedades avanzadas no le creen a los políticos, ni a los economistas (ojo que no dije financistas, ¡eh!, que pareciera que a esos sí les creemos), ni a los líderes religiosos. Pero podría pensarse que aún le creen a los artistas. Kandinsky o Ernesto Neto entran en otra categoría de productores de sentido, como muestra la imagen que ilustra la tapa de esta nota, donde vemos a un grupo de gente observando y escuchando atentamente la explicación de la obra de Neto. Y por supuesto, hoy más que nunca el gran público añora y admira la naturaleza, románticamente, como el último buen salvaje que nos da de comer, en todas las acepciones.

Detalle: en la exposición hay una suerte de encuesta para completar donde la gente expresa la necesidad de un compromiso total con el cuidado del ambiente, y la gente realmente interactúa con ella. Esto está muy bueno, sin dudas.

Salgo de la exposición -que no entiendo por qué es una propuesta tan oscura, apagada y melancólica a nivel museográfico, hasta les diría, sensacionalistamente en este aspecto-, y me da en la cara la luz primaveral y calenturienta, el sonido de la ciudad ajetreada, el olor a comida típico del mediodía. Madrid nos rescata a pura cotidianeidad y algo sigue ahí: los pares cultura/naturaleza, ciencia/arte, razón/emoción, capitalismo/comunidad, individual/colectivo… tan vigentes en todo su binarismo que da asombro y miedo. Las colecciones, los museos, los centros culturales masivos, las avenidas plenas de gente recorriendo urbes europeas con bolsas de marcas en sus manos, tienen tanto por decir, que aquí estamos, preguntándonos cosas desde adentro de ellas.

Galería de imágenes:

Arte y Naturaleza.
Hasta el 9 de junio de 2024.
Caixa Forum Madrid.
P.º del Prado, 36, Centro, Madrid.

--

--

Kekena Corvalan
Sitio Leedor

Escritora, curadora y profesora feminista. Especialista en artes vitales, visuales, viajeras y domésticas. Ig @kekenacorvalan @nosotrasviajando @redtesoras