Bafici 2025: Leyenda feroz, de Denise Urfeig y Mariano Frigerio. Amor perdurable
“El cine ya no tiene a Chaplin/pero sus luces aún encandilan” (Litto Nebbia, El otro cambio los que se fueron)
Tanguito es un mito. Tango, el de la película, un ícono. Personaje que tiene algún contacto con el real Raúl Cobián, pero que para muchos lo ha superado. Tango Ferozfue un hito del cine nacional. Años después generó una obra de teatro con Fernando Dente en el protagónico. Y hoy, tres décadas después de su estreno, este documental que se exhibe en el BAFICI, deja de lado al personaje para mostrarnos cómo fue que llegó a concretarse como tal y cómo aún sigue resonando con el paso del tiempo: es un hallazgo ver la reacción del público en su exhibición en el Gaumont cuando su reposición.
Desde adentro, se cuenta la génesis y desarrollo del proyecto, con emoción y amor por parte de todos sus hacedores con Marcelo Piñeyro a la cabeza, y los protagonistas Fernán Mirás, Cecilia Dopazo, Leonardo Sbaraglia.
De experiencia teatral previa (Mirás/Leo), o televisiva (Cecilia/Leo), el director y la directora captan en su testimonio actual esa emoción juvenil presente ante ese momento artístico fundamental. Es un acto de amor y agradecimiento a un film que cambió la vida de mucha gente.
En un buen material de archivo alguien llama al programa de Mariano Grondona para denunciar que una película transmite subliminalmente ideología marxista.
En testimonios actuales, los críticos de cine -salvo uno y una- manifiestan su estupefacción ante aquel éxito arrollador de esa misma película.
Equivocados. Tango Feroz fue en su realización lo más mainstream que podía encontrarse en ese momento en plaza. Tal vez ese fue uno de sus logros, llegando a un público juvenil hasta entonces poco menos que ignorado en nuestra pantalla.
Y los que escribían sobre películas, con la revista El Amante/cine (que sacó en una tapa El lado oscuro del corazón de Eliseo Subiela) a la cabeza, no entendían por qué las multitudes acudían a las salas.
Esta película es un testimonio espejo de cómo se hacía cine en 1993 y de aquel momento. Más que el 1968 que quiere mostrar.
Recorriendo con precisión milimétrica las locaciones de la película original, acudiendo a los testimonios de figuras claves como Claudio Pustelnik, Gabriel Arbós o la presencia invisible y perdurable de Aída Bornik a través de sus valiosas cajas de archivo que muestra Fernando Castets.
También hay espacio para una polémica siempre vigente en la palabra de próceres como el fallecido Pipo Lernoud o Javier Martínez que trata de justificar que decir infinidad de veces “vos compusiste La Balsa en un baño de La Perla de Once” no era para ningunear a Litto Nebbia, de quien sólo vemos un email en el que se niega a aparecer en la película, como se negó en su momento a ceder los derechos de La Balsa. La narración detalla muy bien todo ese infructuoso proceso que derivó en la toma de decisiones de rodear al protagonista con mayoría de personajes ficticios. Siguiendo con la música, David Lebon aparece en la otra vereda y hasta hay un homenaje y reconocimiento en Luján de Cuyo a los creadores de El amor es más fuerte, el hitazo de la película.
Ha pasado el tiempo. Fernán Mirás hoy podría interpretar a Litto Nebbia. Cecilia Dopazo luce sus cabellos blancos. Pero verlos como esos jóvenes en blanco y negro mirando a cámara en la Costanera, con Tango diciendo “todo no se compra, todo no se vende”, acuñado en tiempos de la convertibilidad, conmueve más allá de su slogan y hace pensar sobre la vigencia de un clásico del cine argentino. Sobre la circularidad argentina. Sobre lo que el cine moviliza.
Leyenda Feroz (Argentina, 2024, 75 minutos)
Dir: Denise Urfeig y Mariano Frigerio.
22 de abril, 19. Hs, Cinépolis Houssay
26 de abril, 21.45, Gaumont.
