Berta y Pablo, de Matías Szulansky

Csaba Herke
Sitio Leedor
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5 min readJul 7, 2024

Seguimos en una constante, y ésta constante es: las historias de mujeres habladas por hombres, a pesar de que el guión está escrito por el dúo conformado por una mujer y un hombre: Jenni Merla y Matías Szulansky, el director.

Menos mal que en la escritura del guión alguien del género femenino.

La frase de Szulansky describe con acierto, todos los errores, desaciertos y rémoras del film: “La idea era salir a hacer una película lo antes posible con lo que haya a mano y olvidarse de cómo se hacía una película, hacerla de la manera más intuitiva y autodidacta” ; igual que su lacónico: “Creo que las decisiones en el INCAA no siempre benefician realmente a la industria, ya que parece haber falta de idoneidad y voluntad efectiva para avanzar”1, que en este momento no son las más agraciadas y apoya la idea de cine a la carte, un cine oportunista, errático, que es consustancial con forzar la ida de jóvenes que viven en babia.

Con (supuesta) candidez edulcorada, el film construye (si se puede decir construir) su relato en un universo que se abstrae completamente de la realidad, la cual sólo emerge como elemento agresivo a los inocentes ideales o imaginarios de las protagonistas (la dueña del pequeño estudio de sonido).

La historia tiene correlato con todos aquellos otros filmes donde la muerte de un ser querido abre el baúl de los secretos, pero aquí en una clave tan ingenua, tan banal y burda, que nuestra heroína hasta encuentra sin mayor trabajo libros autografiados por uno y otro amante desconocido por la historia oficial (Berta (abuela) y Pablo otro, de quién nos enteramos que…(no viene al caso spoilear el film.) precisamente en CABA donde las librerías germinan por doquier; evidentemente la experiencia de este muchacho buscando libros no es vasta.

Un film sin densidad, cuyo mejor logro es la musicalización, el resto es más que peregrino, aunque si se quiere ver en qué pasan su (no) tiempo los jóvenes en su segunda adolescencia, es posible que revista algún tipo de interés.

Nos dice el director (bah, a Infobae) “Para mí, el cine no debería ser serio ni solemne; encuentro que la comedia ofrece una forma ligera y agradable de conectar con el espectador, sin caer en la seriedad excesiva que a menudo caracteriza a muchas películas, especialmente en Argentina. Prefiero que una película sea ligera y entretenida, en lugar de pesada y solemne”.2

La película merece algún que otro comentario, de lo que concedo puede ser incluso un “autoengaño”, cosa que en lo personal me disgusta bastante (o mucho). Por ejemplo, el ocultamiento que hace del ser judío; de la absoluta negación de la memoria, también de tradiciones o por su negación como tantas familias judías de izquierda o asimiladas; cosa que por seguro, el director vivió en carne propia, cosa que en el resultado del film, tiene el aspecto de oportunista y no la intención de hacer una historia universal; ya que se encarga para el que conoce, de dejar bien en claro la procedencia de la abuela. Lo lamentable, es que el autor lo firma como un manifiesto de amor a su abuela, cosa que frente a la actuación hierática de la protagonista, más que amor o empatía, suscita distancia.

Pero también hay cuestiones políticas serias en la historia, que están directamente borradas, por ejemplo es que la abuela lea Emilio Salgari, no es solo una custión de aventuras, Sandokan era un guerrero enfrentado con el poder ingles, y su autor un socialista, también borra el significado de la colección Robin Hood, que hacía accesible la posibilidad de acceder a literatura universal en un edición ilustrada y tapa dura a todo el mundo, incluso el significado mismo de pasar notas en dentro de libros; el fil opera en esta dirección, creer que se puede borrar todas estas cosas, como hoy se quiere borrar gran parte de la historia y contar algo que adolezca de los pesares del SXX que sea feliz a toda costa, incluso la del olvido y por qué no, falseamiento de los sucesos del siglo XX, es quizás igual o peor de lo que en el fondo critica, la manía de la felicidad banal, es mucho más peligrosa que la constante creencia de ver “nazis debajo la cama” cosa que en definitiva resultó ser cierta .

¿Acaso Pablo es de otra religión? ¿Acaso ella y él son judíos asimilados?, o sea ¿posiblemente socialistas?, no hay un solo momento en todo el film algún rastro de ese amor que el director dice profesar a su abuela.

Realmente si es por homenaje, hay poco de la abuela, no hay nada interesante con respecto a la búsqueda; sólo dos cosas me llamaron la atención la primera es la que se sucede en la casa del cineasta y en la que él mira fijamente a la coprotagonista porque no sabe la diferencia entre el S8 y el 8mm, cosa que también suena a oportunista, critica a los que provienen de la academia acaso, parece más bien un exabrupto machista. No queda claro, a mi me da más para pensar que la confusión proviene de algo más profundo, que delata lo que el director piensa sobre las mujeres y esto lo apoyó en la música que compuso para el film, dice:

Son canciones ingenuas y dulces, casi como canciones infantiles, que creo que reflejan un tono general presente en toda la película”.3

Definitivamente creo que, igual que los Estoicos (ya que están de moda) introdujeron la moral ascética y ciertamente misógina, y no el cristianismo 4); Séneca, Plinio o Marco Aurelio tratan a las mujeres de caprichosas, volubles, maliciosas o sea eternas adolescentes; con la música en el film, sólo está subrayando dicho argumento.

1,2, 3) https://www.infobae.com/cultura/2024/07/05/berta-y-pablo-un-cuento-de-hadas-sobre-el-amor-y-la-memoria/

4) Séneca dice que en la relación conyugal, la mujer debe ser obediente y Marco Aurelio, se felicita por tener una mujer sumisa.Pg 56. Historia de la vida Privada, T1, del imperio romano al año mil, Philippe Ariès, George Duby, Taurus 2006.

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