Biblioteca Estación Coghlan
En una de las estaciones más lindas de Buenos Aires, al lado de la vía del tren, con mucho verde alrededor, hay una biblioteca que merece ser visitada: la de la Estación Coghlan. Es este un barrio muy pintoresco, con construcciones de estilo inglés, y que invita a hacer una pausa y disfrutar de su recorrido.
Marisa Orrú, la bibliotecaria, me recibe y me cuenta que el espacio se sostiene gracias a la Asociación Amigos de la Estación Coghlan, que en 2023 logró integrar a la biblioteca –fundada por un grupo de vecinos en 1967– a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) de manera formal. El ingreso a la Conabip fue muy productivo, ya que permitió la llegada de nuevos ejemplares y una mejor sistematización del material. Además, la incorporación de Marisa significó que la biblioteca ahora tenga un horario fijo de atención y que la gente del barrio acceda mejor a los libros.
A pesar de que la biblioteca puede parecer pequeña, ofrece un gran número de ejemplares, cuidadosamente catalogados, y hasta tiene un altillo con otros no tan pedidos. La idea para el futuro es poder construir una escalera más accesible para que también arriba las lectoras y los lectores puedan recorrer tranquilos las estanterías. Hay clásicos, poesía, infantiles, filosofía, política, educación, economía y hasta un sector dedicado a Liliana Bodoc. En cuanto a la literatura contemporánea, Marisa nos cuenta que recientemente se adquirieron varios libros de autores y autoras actuales, como Mariana Enríquez.
La sección de infantiles sigue creciendo y, además, los libros salen al aire libre junto con algunos juguetes: aprovechando el verde y el sol, los chicos y las chicas pueden sentarse afuera de la biblioteca, leer o escuchar las historias que les leen padres y abuelos.
Cursos, lecturas y talleres son opciones que se suman al préstamo de libros y que nos hablan de la importancia de las bibliotecas populares: espacios de encuentro, de intercambio de saberes, de acceso a la cultura.
Son cerca de las cuatro de la tarde, el sol entra a través de la ventana e ilumina las estanterías creando un espacio cálido. Le agradezco a Marisa y pego la vuelta a casa convencida de que mientras haya libros, y gente dispuesta a cuidarlos y compartilos, vamos por buen camino. Como dice Ray Bradbury en Farenheit 451: “Puede que los libros nos saquen un poco de esta oscuridad. Quizá eviten que cometamos los mismos condenados y disparatados errores”.
Para tener en cuenta
· La biblioteca está abierta de martes a viernes de 15 a 19 y los sábados de 10 a 14.
· Suele recibir donaciones, aunque primero hay que consultar qué tipo de libros y cuándo los recibe.
· La cuota para asociarse es de $ 1500, pero también puede hacerlo el grupo familiar por $ 3000.
