BAFICI 2023: Otra película maldita, documental de Alberto Fasce y Mario Varela
Cabalgata infernal
Pasaron muchos años, décadas en realidad, de la época en que el cine revisaba cada tanto su historia en películas de montaje que incluían fragmentos de films del pasado. En los 70s fue sensación novedosa “Erase una vez en Hollywood” (That’s Entertainment 1974), sobre los musicales clásicos de la Metro a la que siguió “Erase otra vez en Hollwood” (That´s Entertainment, Part 2,1975) y en la década siguiente “Cuando Hollywood baila” (That’s Dancing, 1985). “La atracción del siglo” (America at the movies, 1976) ampliaba el panorama a cómo USA había sido mostrada en la pantalla -era el bicentenario de su independencia-.
En Argentina, el revisionismo propiciado por el regreso democrático derivó en “La república perdida” (Miguel Pérez, 1983) el film de montaje de noticieros tantas veces citado y reciclado y después “La república perdida 2” (1986). La llegada del video hogareño y la TV por cable facilitaron el contacto con material de otras épocas y la puesta en pantalla de material histórico, y así series como “Esto es Hollywood” o “Así es Hollywood” (That´s Hollywood, 1976) funcionaron muy bien e influyeron en más de cuatro en la manera de relatar lo antológico. En esos años se pudo ver en cines “Erase una vez el terror” (Terror in the Aisles, 1984), muy celebrada y modélica en cuanto a trazar un panorama histórico acerca del género con una inquietud narrativa que excedía el simple desfile de clips pretéritos.
Este tipo de películas o material funciona para dos tipos de espectadores: quienes visionaron anteriormente las películas citadas y aquellos que se enfrentan con algo nunca visto. En el primer grupo se activará la evocación; en el segundo, lo fascinante de la novedad.
Otra película maldita toma la posta abandonada durante décadas para dejar un testimonio sobre el cine de terror argentino. Se trata de un trabajo de enciclopedia en el que se repasa desde el increíble Hombre bestia rosarino de los 30s hasta las fatigas de realizadores y realizadoras de casi un siglo después, por trascender los cotos de nicho -nunca mejor empleado este término.
El super especialista Dario Lavia oficia de conductor radial para recorrer clásicos gloriosos o malditos que son presentados en fragmentos enmarcados en una acertada e informativa gráfica.
Es muy buena la selección y ver a Mario Soffici como el Mister Hyde de El extraño caso del hombre y la bestia o a Olga Zubarry atemorizada por El vampiro negro,vuelve a emocionar o despertará curiosidad por ver esos films enteros. También veremos fragmentos de rarezas poco vistas como El familiar, La casa de las 7 tumbas y alguna gema reservada para el final.
Esta cabalgata está enriquecida por una nutrida y selecta presencia de protagonistas y entendidos que aportan sus saberes enriqueciendo el material histórico. A partir del valioso testimonio de Cristina Zacaría la hija del misterioso C.Z. Soprani, director de la citada El Hombre Bestia, unos 40 realizadores y realizadoras, críticos, actrices, y fans aportan lo suyo. Siguiendo un hilo cronológico, la segunda parte de la película nos pone en contacto con títulos de los últimos 40 años. Brillan Diego Curubeto, Ayi Turzi, Daniel de la Vega, el infaltable Fernando Martín Peña, Pablo Parés de Farsa Producciones, Emilio Vieyra desde el más allá. Más allá de lo gore, la sangre, pruducciones Z solo vistas en el Buenos Aires Rojo Sangre, hay espacio para la reflexión (cierta timidez culposa) sobre el desequilibrio entre la producción numerosa de los últimos años y la llegada al público y hasta para una fantasía de docuficción protagonizada por Christian Aguirre de CineClub Nocturna (revelación actoral y gran reconocimiento a su labor infatigable como difusor y programador ) y su hija, imaginando un hallazgo con mucho de santo grial. Mucho de esto hay en este cuidado documental para atesorar. Que haya más sobre los distintos géneros por la memoria de nuestro cine de antes y nuevos sustos vistos por más espectadores.
