El gran(dísimo) simulador: El coso, documental de Néstor Frenkel sobre Federico Manuel Peralta Ramos

Raul Manrupe
Sitio Leedor
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3 min readDec 15, 2022

Néstor Frenkel realizador de varios largos con un estilo propio, por primera vez pone como objeto de su análisis una figura ya fallecida. Frenkel ha reconocido su preferencia por el trabajo de campo cámara en mano. Así, sus películas tratan sobre distintas personalidades (Amateur, El Gran simulador), lugares y sus gentes (Construcción de una ciudad el mercado), fenómenos (Todo el año es navidad, Los ganadores). Prima la mirada humorística, a veces un poco por encima de la personalidad de sus protagonista. No es el caso.

En El coso, el protagonista no es -aun muerto- precisamente alguien que se deje avasallar o tomar a la chacota por un documentalista. Federico Manuel Peralta Ramos (1939–1992), ese artista, performer, ser psicodiferente, delirante, músico, bon vivant de cuádruple apellido, puente entre el Di Tella y el postmodernismo, está en cuerpo presente mucho después de su velatorio en esta película.

Conocidos, galeristas, artistas y hermano, nos dan pistas de lo que fue mientras, enigmáticamente vemos como se va construyendo una réplica de aquel huevo que expuso -sin chanche de salida- en el santuario de pop de la calle Florida. Sus apariciones en televisión (quería ser payaso) con Tato Bores, la relación con sus padres (como un niño, contento cuando su padre ya grande fue a verlo, a él, el hijo loco de la familia) lo muestran recordando o descubriendo a ese símbolo de aquel momento en que las vanguardias de verdad y las otras circunvalaban la llamada “Manzana loca” alrededor de la Galería del Este, la torre de Paraguay y Florida donde estaba Cícero Publicidad (y donde se filmó parte de Pajarito Gómez) y el bar Moderno. Una fauna que descubrimos en películas como “Tiro de gracia” (de la que se ve un fragmento). Su obra plástica, sus pensamientos, su carácter de homo ludens habitante del Florida Garden, declarándose “de acá”, están presentes en este documental que a la inversa de otros trabajos sobre esta figura, no hace hincapié en el artista sino en el ser humano, algo que lo hace más valioso. Damián Dreizik, en sorprendente mimetización contribuye con su voz que por momentos es la de Federico.

El Frenkel juguetón está contenido aquí, dejando ese lugar al espíritu burlón del inefable Gordo que le imprime a lo largo de la hora y algo más de la película, una buena dosis de poesía (muy logrado y sugestivo el final ). Cuando como tantos en los 60s grabó su vinilo simple, Peralta Ramos lo puso a la venta en farmacias. Esta película se puede ver en el Gaumont y es un buen remedio en estos tiempos para salir del cine inspirados. “Una forma de argentinizar una idea es no concretarla” dijo FMPR. Que bueno que se concretó este largo.

Estreno en Espacio INCAA Km 0 Gaumont, 15/12/22, ATP

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Raul Manrupe
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Investigador, Curador, Documentalista, Creativo, Gestor cultural