“El orden inevitable de las cosas” de Andrea Racciatti, en Galería Jacques Martínez
Por Guadalupe Neves
“Su menuda conciencia debía estarle revelando hechos importantes: que la vida es un movimiento hacia arriba con un clic final…” Julio Cortázar
Las tintas y acuarelas de Andrea Racciatti resultan de un proceso que se inicia con horas de lectura diversas: Agota Kristof, Cortázar, Solnit, Houellebecq, Coccia, Orwell. Voces que le sugerirán sensaciones y la búsqueda de imágenes para la producción de collages considerados simplemente bocetos. Finalmente nacen los dibujos.
Este largo y minucioso proceso deviene en estos cuatro polípticos. Estas cuatro series, Recapitulación, Intercambios, Metamorfosis y Mujeres derivadas son sucesivas y existe entre ellas un tejido que las vincula. Se trata de un proyecto que Racciatti comenzó en 2021.
Los dibujos de Racciatti son microrrelatos. Porque develan economía de recursos, registro de color austero y línea precisa. Un lenguaje gráfico contundente que nos cuenta una y otra vez hechos fugaces, terribles o imposibles. Una característica esencial de los microrrelatos es su brevedad: no necesitan ser extensos porque lo que es narrado es desarrollado en forma precisa y concisa. David Lagmanovich dice de ellos que son “bellos como teoremas” Podemos decir lo mismo de los dibujos de Andrea Racciatti. Sus dibujos son poemas como haikus.
La serie Recapitulación se inspira en algunas ideas de la Teoría biológica del mismo nombre, hoy cuestionada y revisada. Constituye el punto de partida, el germen, de las otras tres series.
Intercambios gira en torno al intercambio de aire y de especies. El aire en tiempos de pandemia es vida, pero también es riesgo de enfermedad y muerte. Los dibujos muestran intercambios felices o imposibles. A veces, siniestros. Dice la artista: “Los seres vivos inhalan el prana y exhalan apana. Las imágenes, entonces, devienen en manifiesto”.
En Metamorfosis y Mujeres Derivadas Racciatti crea un mundo en donde habitan seres que transmutan: una mujer-lémur, un hombre-babosa, una mujer conejo, una mujer casi pájaro, otra que es invadida por pulpos. Seres que, como en la novela de Kafka, pierden su forma humana. Quizás estos seres de Racciatti compartan también con Gregorio Samsa la necesidad imperiosa de comunicarse.
Andrea lee a Emanuele Coccia: “el haber nacido, el comer y ser comidos hasta por los gusanos mismos son la experiencia de pasar al cuerpo de otros, o de incorporar el cuerpo de otros.” Las especies serían configuraciones efímeras de la vida.
En un mundo que no registra las muertes de vidas no humanas que deja una tonelada de plástico arrojada al mar, un río contaminado o un misil, Andrea Racciatti nos dice con Coccia que la vida es sustancia de la Tierra que no cesa de multiplicarse en rostros diversos. Nos recuerda que somos uno de esos tantos rostros. Que en las múltiples maneras de existir “todavía hoy somos la misma vida.”
Hechos desesperantes se suceden a cada instante. Un pez trata de tomar el agua de una columna, pero no la alcanza. Unos piecitos tratan de sostenerse sobre un puercoespín a pesar del dolor causado por las espinas. Una noche se derrama y un conejo intenta escapar de un laberinto. Una mujer escupe conejos. Unos seres intercambian su aliento, que es soplo y es color, en momentos en que el aire es sinónimo de peligro. Otros se ahogan en sus lágrimas. Seres al límite, seres que somos.
Decía Marcel Duchamp que en lo posible el paso de lo uno a lo otro se da en lo que él llamaba “lo infraleve”. Son infraleves las caricias, los movimientos impulsivos del miedo o asombro, la risa, la caída de las lágrimas o la ira. Los infraleves son hechos que escapan al sentido común y a la observación científica, “energías perdidas” que pasan desapercibidas. Duchamp habló de un aparato que los coleccionaría y los transformaría: lo llamó “Transformador”. Como el Transformador de Duchamp, estos polípticos son encarnaciones de situaciones inasibles captadas por Racciatti y transformadas en imágenes poéticas. Y nos hablan de hechos, sensaciones y terrores que pertenecen al orden inevitable del instante.
Lo inevitable es irremediable y Andrea lo dibuja y nos lo muestra.
El orden inevitable de las cosas, exposición de Andrea Racciatti en Galería Jacques Martínez, del 28 de octubre al 24 de noviembre. Roque Saenz Peña 267, San Isidro.
La exposición podrá visitarse de lunes a viernes de 15 a 20 horas.