Entrevista a Fernando Juan Lima, Presidente del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

Ezequiel Obregón
Sitio Leedor
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4 min readNov 17, 2021

A partir de este jueves 18 de noviembre comienza el 36° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en formato presencial y online, luego de una edición enteramente virtual. Leedor dialogó con Fernando Juan Lima, su presidente, quien remarcó la importancia de volver al encuentro con las salas de cine y celebró el convenio de colaboración al que El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) llegó con la Municipalidad de General Pueyrredón.

Tras la muerte del mítico José Martínez Suárez, quien durante más de una década se desempeñó como Presidente del Festival, lo sucedió Fernando Juan Lima ya desde la trigésimo cuarta edición. A Lima le tocó comandar la experiencia del Festival durante la pandemia y ahora el retorno a las salas es un hecho concreto, aunque con los consabidos cuidados que los tiempos actuales todavía exigen.

La experiencia virtual del año pasado, ¿qué alcances positivos tuvo y cómo se pudo recuperar en esta edición?

Nosotros el año pasado también intentamos que el festival, hasta último momento, fuera lo más presencial que se pudiera. De hecho, hubo proyecciones en nueve provincias. Pero en cuanto al resto, fue enteramente online. Y la experiencia fue muy buena. Mucha gente se acercó y, en particular, muchos de los que antes no habían accedido al festival. Se trata de una herramienta que, como toda herramienta, depende de cómo uno la use. Porque la esencia del festival está en el encuentro, en la presencialidad.

La apertura de este año es el filme póstumo de Pino Solanas, Tres en la deriva del acto creativo. ¿Qué nos podrías adelantar sobre esta película?

El año pasado se lo dedicamos a Pino. Su muerte fue pocos días antes del comienzo del festival. Y a un año de su partida tenemos la premiere mundial de su última película, que es “muy Pino”. Es una película sobre su relación con Yuyo Noe y Tato Pavlovsky, hecha poco después de que Tato sobreviviera a una terrible enfermedad. Y falleció posteriormente. No obstante, creo que es una película muy vital y que tiene mucho que ver con nuestro presente; crear, compartir, disfrutar, comprometerse y seguir peleando. Algo que Pino siempre hizo y que, creemos, también debe hacer el festival.

Durante la gestión de Liliana Mazure en el INCAA se había llegado a un convenio tripartito entre Nación, Provincia y, finalmente, Municipio. Ese convenio fue frágil porque duró apenas un año. Ahora, a pocos días del comienzo del festival, se anunció un nuevo acuerdo. ¿Qué implicancias considerás que tiene?

Hacés bien en referir a la experiencia durante la gestión de Liliana Mazure, porque lo comparto. En todos los festivales del mundo uno ve la colaboración de la ciudad donde se hace el festival, sobre todo porque genera mucho turismo. Es lógico que tenga participación, también desde lo simbólico porque es el festival de Mar del Plata. Desde el ’96 (al menos, porque lo realizó históricamente Cronistas Cinematográficos), recibió el apoyo del INCAA y de Provincia. Pero el apoyo del Municipio ha sido variable, para ser amable. Es lógico que todos los que se benefician del festival y tienen un grado de responsabilidad puedan colaborar. Para tratar de hacerlo lo más “normal” posible, tenemos que sumar todos. Hay que reconocer este acuerdo y pensar en que podemos avanzar en este sentido. Ojalá que no pase lo que ocurrió en la época de Liliana, ojalá que se pueda mantener porque creo que es lo que corresponde. Es un festival muy importante y muy grande y, para que crezca, tenemos que tener un compromiso la mayor cantidad de actores involucrados. También es importante el aporte de privados y del Banco Nación, que es el main sponsor del festival.

En los últimos años, el festival sostuvo un equilibrio entre la identidad del público histórico de Mar del Plata y una reorientación hacia un sesgo autoral más contemporáneo. Es un evento en el que vemos muchos jubilados en las filas de los cines, pero también sectores más jóvenes. Hay una mixtura y una mística interesante. ¿Cómo se llega a este equilibrio?

Es un trabajo consciente, que tiene que ver con las particularidades del festival. Vos bien decías –y me parece un antídoto contra los prejuicios- que hay un público absolutamente diverso, que no necesariamente cumple con los pretendidos lugares comunes de lo que sería la cinefilia. Y que sin embargo se involucra y se compromete con una programación para nada complaciente, muy exigente, y al mismo tiempo con un costado popular. Es buenísimo que sea así, no es algo habitual en otros festivales. Es bueno animarse, correr los límites, proponer películas de las que antes decían “cómo vas a poner eso en Mar del Plata”. En la sala encontrás una señora de noventa años al lado de un chico que entra con una patineta.

¿Con qué festival nos vamos a encontrar?

Nos vamos a encontrar con una programación realmente estupenda. Muy potente, exigente, única, diversa y hasta contradictoria. Y lo asumimos con orgullo. Hay mucho de lo mejor que ha pasado por el mundo del cine de este año. Hay mucha presencia argentina, retrospectivas que son hermosas y presentaciones de libros. Lamentamos este año no tener todas las salas de Mar del Plata como las tuvimos antes. Estamos en el momento del mundo en el que estamos, y estamos en el momento del país en el que estamos. Hay dificultades para viajar y a la vez hay una dificultad para contar con divisas en un contexto en el que hay que cuidarlas. No podemos pasar eso por alto. Pero el festival tiene una fuerza, una potencia y un amor del público que, aún en este punto, contamos con una programación increíble.

Toda la programación del Festival está disponible en: https://www.mardelplatafilmfest.com/36/es/

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Ezequiel Obregón
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Escribo sobre cine, teatro y literatura. Cuenta de Medium para Leedor.