Semana de cine italiano: Márgenes, de Niccolò Falsetti.

Csaba Herke
Sitio Leedor
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5 min readMar 22, 2023

Es bien conocida la historia de las urbanizaciones post guerra mundial. El corto, pero inigualable, estado de bienestar y su caída en manos del neoliberalismo destructor de fuentes de trabajo, creando nuevas capas de desocupados, de lo cual en general son los jóvenes los que más sufren, porque tienen todo el resto de la vida para sufrir.

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La historia del rock tiene algunas similitudes con la historia de la Iglesia católica como institución, nacida como un discurso benevolente que podía establecer un puente entre las diferentes “partes” del cuerpo social, y daba la bienvenida a pobres y excluidos en el sermón de la montaña en menos de cuatrocientos años se convierte en la institución más rica de Occidente.

El rock, que en principio prometía dar voz a los jóvenes, principales excluidos del sistema político en una situación que ya había sido alertada por Salinger (1951) entre otros. En poco tiempo se muestra un gigante hipertrofiado (Led Zeppelin volando de continente a continente con avión propio) que reproducía obscenamente lo que había criticado.

En Inglaterra, durante el gobierno de James Callaghan último primer ministro laborista antes de la era Thatcher, el Punk se va a constituir en la expresión de los jóvenes marginados, hartos de políticos mezclados en escandalos de folletín (Profumo) y promesas jamás cumplidas, donde el ascenso social no existe; el punk y los Sex Pistols, quizas su máximo exponente, se iban a convertir en los abanderados de los jóvenes centrifugados por la nueva Era que marcará el camino hacia un mundo inesperado.

Los Sex Pistols van a marcar con trazo indeleble, a pura inconsciencia muchas veces, brutalmente incluso con la muerte de Sid Vicius, la ruptura con esa cultura cuya música se había convertido en una catedral asimilada, de músicos dotados, unos a horas de conservatorio, otros a maníacas horas de ensayo; de técnicas que los elevaban a rango de dioses y buscaban el reconocimiento del sistema.

Los Pistols, y consiguientemente todo el Punk, venía a mostrar que cualquiera podía subirse a un escenario, que lo único que importaba era la actitud, como diría mas tarde David Byrne: “no importaba saber tocar, importaba el hecho de querer decir algo”.

De hecho fue y sigue siendo la única banda que firmó un contrato con un solo disco y varios sencillos y la grabadora les rescindió el contrato al año y medio (de octubre del 1976 a enero de 1977).

No se sabe bien de donde proviene la palabra Punk, en principio se dice que define a alguien, grupo o cosas pudiendo significar “basura”, “suciedad” o “vago”, “despreciable”, “sucio”también, “basura” y “escoria”) esencialmente cualquier cosa que lo defina como marginal; sin embargo a nombre personal personal lo ubico en un cuento de Algernon Blackwood “el Wendigo” (Eveleigh Nash, 1910) en donde un nativo americano de pelo cortado estilo mohicano, es llamado Punk.

Desde los días de la aparición de la revista Punk en el año 76 en Nueva York por John Holmstrom, Ged Dunn y Legs McNeil, que deseaban una revista que hablara de todo lo que les gustaba: las reposiciones por televisión, beber cerveza, el sexo, las hamburguesas con queso, los cómics, las película de serie B y el rock and roll que sonaba en los garitos más mugrientos de la ciudad: The Velvet Underground, The Stooges y New York Dolls, entre otros.

Más tarde el significado se expandió en principio a la izquierda pero también a la derecha y ultraderecha debido a que supo captar a los jovenes desplazados por las politicas neoliberales impulsadas por el binomio Thatcher-Reagan, jóvenes sin trabajo, muchos con escolaridad interrumpida, y sin futuro, atraídos principalmente por la actitud intransigente y violenta hacia el sistema con sus exponentes extremos en los skinheads o los Hooligans

El film Márgenes, relata la historia de un grupo de jóvenes en plena hegemonía del más cruel liberalismo, o sea, hoy. Un grupo de jóvenes que quieren tocar su música, con todas las condiciones adversas que les impone vivir en una urbanización de posguerra hoy pauperizada y convertido en bastión de indigencia; remilgo de la antigua alianza de Mafia y Estado que durante el plan de reconstrucción contuvo a costa de golpes a los sindicatos de origen comunista. Gente sin trabajo o con trabajos precarizados, viviendo del seguro social o de desempleo, sin futuro, para ellos tocar punk resulta un buen remedio, el problema es que hasta los remedios caseros cuestan plata. Hoy, momento en el que quizás hay mas activos acumulados en toda la historia pasada y presente, resulta que el famoso derrame nunca llega hasta abajo.

El punk es adolescente, y el film en algún sentido también lo es, no tanto su factura sino lo que cuenta, la eterna caída de personas que no se resignan a ser adolescentes, los avatares y desgracias, muchos autoinfligidos, cuyo unico proyecto es tocar resolviendo la vida día a día. De perdedores así no se sale y como tal de derrota en derrota, sin que los melle, todo lo convierten en inocente victoria, siempre que puedan sentir el orgulloso de ser punks, (lo que les queda) de manera que podría decirse un tanto epicúrea, sobrellevan la existencia a pesar de los permanentes contratiempos.

Márgenes es una película tadía en el sentido que todo lo que muestra ya es más que sabido, sin embargo lo diferente o lo que lo hace de su época es la resignación a una realidad que se impone demasiado constituida para producir ningún cambio, más que el de divertirse un rato. Y si hay alguna posición, ésta es declamada: no somos Skinheads, no somos nazis, el resto podría suceder tanto en Italia como en Latinoamérica, y no es por tener rasgos comunes, sino que al estar globalizada la economía (a grandes rasgos) también lo está sus producciones culturales emergentemente ahogadas por un sistema que ya tiene de sobra con qué comerciar.

PD: el final es un golpe de tristeza, pero también un acto de reafirmación de la italianidad, en un sentido quizás conservador o reaccionario que,sin embargo, lo que a mí me dice es que hoy como ayer esa música melosa se impuso hasta morir, a costa de festivales San Remo; y que fue el escape pero también el refugio y paliativo de los horrores de la guerra, que logró atrapar el alma de multitudes. San Remo no pudo ser opacado por Euromusic y es, y seguirá siendo mucho tiempo, el centro del corazón de Italia y por qué no del mundo, y que en tiempos de dolor pero también de amor nos brindó momentos de inolvidable pasión.

Quizás, lo que en principio se presenta como un homenaje al Punk, en el fondo es un monumento a la música pop italiana.

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