“La última niebla. La amortajada”, María Luisa Bombal

Adriana Santa Cruz
Sitio Leedor
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4 min readAug 3, 2024

Desde las primeras líneas, las obras de María Luisa Bombal nos envuelven y nos sorprenden con su poesía. Reconocida por Carlos Fuentes como “la madre” de todos los escritores del Boom latinoamericano, comparada por la crítica con Virginia Woolf y William Faulkner, elogiada por Ricardo Güiraldes y por Jorge Luis Borges, y considerada como antecedente de Pedro Páramo de Juan Rulfo, esta escritora nos ofrece una narrativa precursora del realismo mágico, donde la naturaleza aparece como una fuerza femenina con la que las protagonistas se identifican y a través de la cual a veces se liberan.

Nació en el Paseo Monterrey de Viña del Mar, el 8 de junio de 1910. A los ocho años se trasladó a París, junto a su madre y sus hermanas. Allí terminó su educación escolar e ingresó en 1928 a la Facultad de Letras de La Sorbonne. Cuando concluyó sus estudios universitarios, regresó a Chile, donde conoció a Eulogio Sánchez Errázuriz, un amigo de la familia, con quien inició una intensa relación amorosa, seguida por el pronto abandono. Como consecuencia, María Luisa Bombal intentó suicidarse, y en 1933 su madre terminó enviándola a Buenos Aires para que viviera con Pablo Neruda –de quien era amiga– y su esposa. El poeta la llevaba a las reuniones de escritores, por lo que se hizo conocida y pudo tener contacto con Federico García Lorca, Raúl González Tuñón, Oliverio Girondo, Conrado Nale Roxlo y Jorge Luis Borges, solo para mencionar algunos de todos los escritores a los que frecuentó.

En 1935 inició su carrera literaria con La última niebla; tres años después, siguió La amortajada, su novela más importante. En agosto de 1940 regresó a Chile con los manuscritos de los cuentos “El árbol” y “Las islas nuevas”. Al año siguiente, fue encarcelada por unos meses después de intentar asesinar a su antiguo amante Eulogio, ya que ella nunca dejó de pensar que él le había arruinado la vida. Después decidió irse a Nueva York, donde conoció al conde francés Fal de Saint Phalle, con quien se casó y tuvo una hija. Siempre siguió escribiendo y, además, trabajó para la Unesco. Cuando murió su esposo en 1969, volvió a Buenos Aires y en 1973 a Chile definitivamente.

La vida de cualquier escritor o escritora siempre está detrás de sus obras en mayor o menor medida, pero en el caso de Bombal, esto se hace muy notorio. En este sentido, hay una presencia de lo autobiográfico, en especial en lo que hace al tema del amor/desamor y sus variantes: celos, angustia, dolor, odio, desprecio. Incluso, sus textos han sido leídos en clave feminista en tanto aparece el tema de la sexualidad femenina, la mujer como sujeto de deseo o la denuncia sobre las desigualdades que conlleva el patriarcado. Sin embargo, la escritora declaró: “No me importó para nada el feminismo, porque nunca me importó”.

La edición de Seix Barral, contiene las dos nouvelles, varios cuentos, y un texto de Borges sobre La amortajada, uno de José Bianco sobre Bombal, y otro en la que ella misma habla sobre su vida y su obra. Esta pluralidad de voces dialogan con el lector para acercarle una imagen más completa de la escritora.

Al comienzo, hablé del lugar que tiene la naturaleza en las obras de Bombal. Hay muchísimas referencias a plantas o a animales, pero también aparecen distintos fenómenos como la niebla o la lluvia, y metáforas que describen a las protagonistas a través de árboles, ríos, pájaros. Unos pocos ejemplos bastan para mostrar esa íntima unión. En La última niebla, lo real se fusiona con el sueño en una historia de amores desencontrados: “No me sabía tan blanca y tan hermosa. El agua alarga mis formas, que toman proporciones irreales. Nunca me atreví antes a mirar mis senos; ahora los miro. Pequeños y redondos, parecen diminutas corolas suspendidas en el agua”. En La amortajada, una mujer observa todo lo que ocurre en su velatorio y reconstruye su vida: “Luego, llueve nuevamente. Y la lluvia cae, obstinada, tranquila. Y ella la escucha caer. Caer y resbalar como lágrimas por los vidrios de las ventanas, caer y agrandar hasta el horizonte las lagunas, caer. Caer sobre su corazón y empaparlo, deshacerlo en languidez y tristeza”. Por último, en “La historia de María Griselda”, una joven que sufre a causa de su extrema belleza, Rodolfo siente que “nunca se cansaría de verla […] Porque María Griselda cambiaba imperceptiblemente, según la hora, la luz y el humor, y se renovaba como el follaje de los árboles, como la faz del cielo, como todo lo vivo y natural”.

Borges define La amortajada como “libro de triste magia, deliberadamente surannée [“anticuado”], libro de oculta organización, libro que no olvidará nuestra América”. Creo que esta definición vale para toda la narrativa de Bombal, y como pasa con todo buen autor o autora, después de la lectura siguen resonando en nosotros sus imágenes y sus frases.

María Luisa Bombal, La última niebla. La amortajada, Seix Barral, 2023, 237 págs.

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Adriana Santa Cruz
Sitio Leedor

Profesora y Licenciada en Letras, redactora y gestora cultural