La nuit du 12, de Dominik Moll, en el 37° Festival de Cine de Mar del Plata

Ezequiel Obregón
Sitio Leedor
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2 min readNov 12, 2022
La nueva película de Moll aborda la violencia machista.

Un policial puro y duro basado en un hecho real es el que presenta Dominik Moll con esta película que pudo apreciarse en la Sección Nuevos Autores.

Con sus películas Harry, un amigo que te quiere bien (2000) y Lemming (2005), Dominik Moll se convirtió en un realizador más que atendible, en las lindes del thriller psicológico y el noir francés. Este año se estrenó en la cartelera local Solo las bestias (2019), película que deambulaba por los mismos géneros, pero con un poco menos de suerte. Ahora, desde Cannes hasta el Festival de Mar del Plata llega La nuit du 12 (2022), un relato más conciso en sus resoluciones (de puesta, pero también dramáticas) con el que Moll vuelve a levantar la puntería.

Al igual que en Zodíaco (2007), de David Fincher, en La nuit du 12 hay un caso irresoluble que sirve para instalar dilemas en las mentes de quienes deben investigarlo. Esos dilemas se enquistan en algo más profundo; tal vez, una crisis (¿laboral, religiosa, existencial?). Como en otros tantos policiales, aparece la dupla del detective más novato y el más experimentado; dos aristas de un mismo sistema que parece estar en eterna crisis.

El enigma radica en el brutal asesinato de Clara, una joven de 21 años que es quemada viva por un encapuchado a la salida de un encuentro con amigas en las afueras de Grenoble. La película de Moll se posiciona sobre una trama llena de hombres sospechosos, pero sin demasiadas pruebas que los inculpen. Y cuando éstas aparecen, de inmediato aparecen elementos que los benefician.

Sin decirlo a gritos, el relato adquiere una mirada sobre la violencia machista. Cuando este aspecto aparece en boca de uno de los investigadores (que gira y gira en un velódromo, como si el caso se hubiera extendido hacia su vida privada), por suerte, ya había quedado claro. Esta elección se corresponde con la totalidad del filme, de una sutileza que construye una morosidad tan oscura como esas premisas heteronormativas que modelaron un crimen no resuelto.

Como todos los días pasa, a veces no se sabe quién cometió un asesinato, pero queda claro qué condiciones de posibilidad lo hicieron un hecho consumado.

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Ezequiel Obregón
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Escribo sobre cine, teatro y literatura. Cuenta de Medium para Leedor.