“La oscuridad de los colores”, Martín Blasco

Adriana Santa Cruz
Leedor
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3 min readSep 3, 2023

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Publicada por primera vez en el 2015, la novela La oscuridad de los colores está incluida en una colección de literatura juvenil, pero esa clasificación es engañosa (quizás como lo son todas las clasificaciones en el fondo). En su segunda edición del 2016, nos encontramos con una presentación de lujo con una tapa que envuelve el libro en una especie de caja que debemos abrir. Ese acto de abrir se refuerza con la imagen de una cerradura y su llave, y al hacerlo accedemos a otra tapa donde aparecen las palabras “extrañeza, misterio, ensueño, belleza, espiritualidad”. La novela tiene todo eso y atrapa de distinta manera a jóvenes y a adultos.

El presente de la historia se ubica en 1910, en el Centenario de la Revolución de Mayo, en una Buenos Aires que prepara los festejos para la ocasión y que ya muestra las características que todos conocemos: una ciudad de contrastes y desigualdades, de oportunidades para algunos, de encuentros y desencuentros; una ciudad que progresa rápidamente, pero donde se empiezan a vislumbrar los problemas económicos y sociales que aún hoy seguimos arrastrando. Similar a algunas capitales europeas, tiene también su lado oculto de pobreza y marginación que los gobernantes intentan ocultar de cara a la gran fiesta del Centenario.

Con el telón de fondo de los preparativos, se presentan dos tramas que convergen en una sola: la que se relaciona con Alejandro, narrada en tercera persona; y la que tiene como protagonista a J. F. Andrew, contada a través de su diario personal. Las dos transcurren en tiempos distintos: la primera comienza en 1910 y llega hasta la década del 70; la segunda está rigurosamente fechada en el diario: 28 de febrero de 1885 hasta 3 de enero de 1900. Ambas están atravesadas por una historia policial, por un misterio que Alejandro debe develar en 1910: qué pasó con cinco bebés secuestrados hace 25 años, cinco hijos de emigrantes que desaparecieron la misma noche sin dejar ningún rastro y que son parte de un macabro experimento. Contar algo más del argumento equivaldría a quitar a los lectores y lectoras la intriga de ir descubriendo lo que pasa y de sorprenderse con cada capítulo.

¿Por qué esta novela se publicó en una colección de literatura juvenil? En principio, Martín Blasco es claramente una autor de literatura juvenil, pero este libro tiene ciertas características que escapan a ese encasillamiento: su protagonista no es niño ni adolescente; hay una gran peso del contexto histórico, político y económico; invita a reflexionar sobre cuestiones que escapan a los temas que usualmente se eligen para los jóvenes: la violencia social, las políticas de Estado, los peligros del abuso del poder; y obviamente tampoco hay un lenguaje con el cual puedan identificarse. Sin embargo, el libro también fue muy buen recibido por los adolescentes, en parte porque maneja muy bien el suspenso y, además, porque tiene algo del bildungsroman, de la llamada ‘novela de aprendizaje o novela de formación’, donde el protagonista realiza un crecimiento interno a la par que va pasando de una edad a otra. Esto último es un componente que define la literatura infantil y juvenil.

Las lectoras y lectores adultos nos quedamos pensando en la cercanía de los experimentos de J. F. Andrew con el nazismo y reflexionamos acerca de nuestro pasado como país que prefigura este presente que transitamos. También nos detenemos en la descripción de la Buenos Aires de 1910 con sus conventillos, los vendedores ambulantes, los chicos jugando en las calles, la vestimenta de hombres y mujeres, las vidrieras de Harrods y Gath & Chaves, el puerto.

La oscuridad de los colores resulta entonces una muy buena novela policial donde se destacan el manejo de los puntos de vista, el ritmo, la construcción de personajes ambiguos y la dosis de misterio para que la lectura nos atrape desde la primera línea.

Martín Blasco, La oscuridad de los colores, Norma, 2016, págs. 288

Martín Blasco estudió dirección y guion de cine. Otros de sus libros son En la línea recta (premiado con el White Ravens en 2007) y El bastón de plata, ambos traducidos al alemán. La oscuridad de los colores fue publicado en varios países de Latinoamérica.

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Adriana Santa Cruz
Leedor

Profesora y Licenciada en Letras, redactora y gestora cultural