“La señorita Berta”, Nora Cristina García

Adriana Santa Cruz
Leedor
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4 min readJul 31, 2023

Una nena de diez años, la protagonista de la novela, nos narra una etapa significativa de su vida: el tiempo de la primera comunión, de la jura de la bandera, del descubrimiento de verdades familiares, pero también de las preguntas acerca del mundo adulto que no termina de comprender. Y en cada hecho que relata siempre está la señorita Berta: “A mí no me gustaba la señorita Berta: olía a viejo. Nos mandaban a estudiar declamación por lástima. Se había jubilado y no tenía plata…”.

El epígrafe del libro nos puede resultar engañoso: las palabras de Abelardo Castillo nos hablan de las dos patrias del escritor, su idioma y su infancia. Digo “engañoso” porque lo que menos importa en ese libro es que la autora nos esté contando sus propias vivencias, sino cómo recrea la particular mirada infantil acerca de la realidad. Aunque lo biográfico siempre subyace en la escritura literaria, lo que interesa es la construcción que resulta a partir de ese material. Además, cuando se elige narrar desde el realismo, como en este caso, esa construcción es fundamental para lograr un texto no solo verosímil, sino que también trascienda la mera anécdota.

La escritora tiene muy claro lo que implica atrapar al lector. Primero, a través de sus personajes, luego a través de los diálogos y de un eficaz uso de los sobrentendidos. La narradora protagonista se caracteriza por su curiosidad y su desconfianza; repone significados cuando no entiende o no le dicen las cosas. Todo se tiñe de su subjetividad, ya que siempre vemos a través de sus ojos; y esa mirada, incluso, hace referencia a temas que exceden lo estrictamente infantil: la religión, la maternidad y el rol de la mujer, la política, la justicia, la ética. Es ella la que nos presenta a la señorita Berta, esa vecina omnipresente, cuyas decisiones marcan el destino del resto de los personajes; y la que nos cuenta acerca de su madre, su abuela, su hermana, su padre y el cura Iñaki. En este sentido, el texto delimita claramente dos universos: el familiar, regido por las mujeres; y el político, territorio de hombres, aunque también se juega con el “poder” femenino de intervenir incluso fuera de la casa. En la Argentina gobierna Juan Carlos Onganía, presidente de facto desde 1966 a 1970, pero los “secretos de estado” circulan a través de las esposas de los militares que tejen relaciones más allá de la esfera de gobierno.

En cuanto a los diálogos, en ellos se debaten los temas antes mencionados con un toque de humor que evita caer en el drama, incluso al hacer referencia a cuestiones graves como el abuso de poder o la corrupción policial. De ahí que lo que dicen los personajes sea también vehículo de una crítica social, a pesar de que hay muchas cuestiones que aparecen veladas porque no son temas para chicos. Sin embargo, en ese recurso de escatimar información, se habilita un espacio mayor para la interpretación de la protagonista y se juega con la confrontación entre el mundo de los adultos y el mundo infantil.

A partir de lo dicho La señorita Berta se constituye, asimismo, en un testimonio de una época, donde familia, religión y Estado estaban muy relacionados, y donde todavía había una imagen estereotipada e idílica de lo que era nuestro país. En uno de los capítulos, la maestra les pide a sus alumnos y alumnas que califiquen a la Argentina: “Habían dado tres posibilidades para calificar a nuestra nación: desarrollada-subdesarrollada-en desarrollo. Marqué la segunda opción y eso me valió no solo un aplazo, sino un reto. La maestra dijo que no podía creer que yo no supiera en qué lugar vivía: lleno de trigo, vacas, los mejores climas de mundo, el subsuelo rebosante de petróleo, tierras fértiles que todos los países vecinos querían robarse, una plataforma continental que llegaba hasta unas islas que nos habían arrebatado los ingleses hacía ya tanto tiempo que nadie se acordaba de reclamarlas, ausencia de problemas raciales y religiosos, y una movilidad social que causaba envidia al mundo”.

Costumbrismo, novela de iniciación, crítica, humor e ironía, todo está en esta primera novela de Nora García, que nos introduce en un microcosmos familiar que simboliza el macrocosmos de la sociedad argentina durante los años sesenta.

Nora Cristina García, La señorita Berta, Velasco Ediciones, 2023, 236 págs.

Nora Cristina García es abogada, escritora y correctora literaria. Recibió varias distinciones por sus cuentos, y La señorita Berta es su primera novela publicada.

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Adriana Santa Cruz
Leedor
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Profesora y Licenciada en Letras, redactora y gestora cultural