Las metáforas visuales de Louise Bourgeois en MOMA N.Y.
Formas orgánicas, manchas rosadas y flotantes, flores que se abren y globos como úteros, objetos de puntas romas cual falos que entran y salen de cuerpos mórbidos. Jaulas, arañas, espirales de bronce y figuras humanas gozosas o dolientes nos envuelven como quías de enredaderas trepadoras…colores aguados, rojos sangre y azules vena…Un vértigo de emociones primarias y elaboraciones secundarias nos toman casi por asalto.
El conflicto vida y muerte puesto en papel, tela, metal y pintura, los medios expresivos varían, el significado profundo permanece. Es Louise Bourgeois.
Una muestra antológica de LB en el MOMA es todo un acontecimiento, y sigue siéndolo hoy, cuatro años después de haber tenido lugar. Louise Bourgeois nacida en Francia (1911), vivió en E.U. hasta su muerte (2010. Celebrada escultora y ávida grabadora -notablemente, con noventa y pico de años, arribó a su período floreciente en el grabado, sin duda, ha sido una creadora genial y prolífica y nos sigue deslumbrando desde un museo -MOMA, que posee los medios para mostrarla y lo hace de la mejor manera, con obras provenientes de la colección del museo y de préstamos poco frecuentes, lo que permite un despliegue artístico extraordinario, digno de la artista, quien desde su obra ha podido interpretar sus estados emocionales en sus propios términos:
“la vida está hecha de experiencias y emociones, los objetos que he creado las hacen tangibles”
El eje organizador de la muestra es nada más y nada menos que el proceso creativo de L.B. quien a lo largo de su carrera volvió una y otra vez sobre temas y emociones que la han motivado fuertemente, desplegando sus vivencias de neto corte emocional, arraigadas en su niñez, que hoy apreciamos gracias a la resolución plástica que las ha hecho tangibles.
Esculturas, dibujos y pinturas giran en relación a una selección de grabados propios de las dos últimas décadas de su carrera entre sus ochenta y noventa años y desde el principio de la misma en los años ´40 cuando joven.
La organización de la muestra es temática, gira alrededor de metáforas visuales enmarcadas bajo títulos que ordenan la visita y que aquí traemos según hemos visto y recorrido.
Arquitectura hecha cuerpo:
“Así como la conciencia arquitectónica de la forma construye, la conciencia psicológica del miedo disminuye” L:B:
En su búsqueda de estabilidad emocional, Bourgeois empleó signos derivados de la arquitectura. Atraída por las matemáticas desde su juventud, parecía apasionarse por la racionalidad de planos y líneas aunque el resultado fuera una forma humana, muy idiosincráticas para reflejar sus propias vulnerabilidades. Para L.B. las estructuras arquitectónicas son como habitaciones, o casas que pueden dar seguridad y ofrecer refugio, o por el contrario, confinamiento. Esta dualidad refugio/prisión se hace más evidente en la serie escultórica Cell (células) que comenzó alrededor de 1990.
Emociones abstraídas
“No es la imagen lo que busco. Ni la idea. Busco recrear la emoción” L.B.
Sin duda reconocemos a Bourgeois en las enormes esculturas “Araña”, en las provocativas representaciones del cuerpo humano entero o en algunas de sus partes aunque también incorporó formas abstractas a lo largo de su carrera, no desde un lenguaje formal, sino de efectos y connotaciones psicológicas.
Tales efectos se aprecian en pinceladas y formas que al repetirse parecen apaciguarse pero que al re-ordenarse geométricamente aportan una cierta estabilidad o fuerza. Tal es el caso en las espirales que ocupan un lugar significativo en la obra de Bourgeois, Para ella, las espirales representaban “emociones, que pueden estrangular y retorcer”.
Espirales
“La espiral como intento de controlar el caos” L.B.
Esta forma abstracta, albergaba un amplio espectro de emociones, todas expresadas a lo largo de su carrera: miedo, tensión, ira. También esperanza y bienestar. Algunas veces la espiral se combina con figuraciones, efecto que muestra direcciones que se oponen, yendo hacia afuera o retirándose hacia adentro.
Las tramas de la memoria
“Podes recordar tu vida por la forma, el peso, el color…o el aroma de la ropa en tu placar” L:B:
Si bien Louise Bourgeois se crió en una familia de restauradores de tapices, recién a los 80 años comenzó a emplear telas en sus obras. Fue en ese momento cuando decidió que no tenía sentido seguir guardando atuendos o ropa de la casa durante años y comenzó a colgar vestidos, ropa interior o sacos, en sus esculturas llamadas Cell (Celdas). También las recortó para rellenar volúmenes o hacer collages. Fue tal la actividad que tuvo que contratar a una costurera ayudante. También imprimió sobre ropa de mesa o de cama. Apreció la manera en que la tela absorbe tinta y creó libros en los que cubría sus páginas de tela con diseños abstractos, grafismos, manchas, aplicaciones antiguas o marcas de cigarrillos. Testimonios historicos.
En soledad y con otros
“Nos preocupa contentarnos con el cuerpo humano, como luce, como cambia y se transforma, lo que pide, quiere y siente, -sus funciones” L:B.
A lo largo de su carrera, Bourgeois empleó la imagen figurativa tanto para auto retratarse como para analizar las relaciones con otras personas. En la configuración de la imagen combina lo real y lo su-real, la figura humana vehiculiza miedos, deseos y vulnerabilidades. Luego de haberse psicoanalizado en los años 50 y 60 se dedicó más de lleno al aspecto físico del cuerpo y a la sexualidad. Partes femeninas y masculinas tensionan entre si y dan cuenta de su preocupación por la relación entre los sexos como entre los géneros.
También exploró la maternidad y el nacimiento. Ya al final de su vida su mirada se volcó más a su propio nacimiento que a su maternidad o a su rol de madre.
Fuerzas de la naturaleza
“ Las metáforas son muy fuertes en la naturaleza …
La naturaleza es un modo de comunicación.” LB
Bourgeois fue una sagaz observadora del mundo de la naturaleza. De pequeña disfrutaba de la tierra y de sus frutos, de adulta, disfrutó del campo aunque viviera en Nueva York. Se relacionaba con plantas, animales o insectos, “Observando la vida en el jardín, compartimos el mismo amor…” decía refiriéndose a sus tres hijos varones. Los motivos de la naturaleza también aparecen en la obra de L.B. evocando la topografía de la tierra y las formas del cuerpo humano.
Impresiones duraderas
“Más que un medio de reproducción el grabado ha sido para mí, un medio de creación”. L.B.
Lo que parece el trazo de un lápiz, es en verdad un grabado cuya técnica ella desarrolló durante los últimos cuatro años de su vida, entre los 94 y 98 años de edad. Un suave grabado (aguafuerte) expandido luego con acuarelas, guache y lápiz. El resultado se aprecia en trazos fluidos, espontáneos, tumultuosos. Temas relacionados con nacimientos, bebés en sacos amnióticos, el amor de pareja, una figura femenina obras que en la sala rodean su reconocida obra el “Arco de la Histeria”.
Las arañas, ya mencionadas, también son para L.B. “criaturas de la naturaleza” a las que ella llama “amigas” colaboradoras en la lucha contra los mosquitos en su casa del campo. Claro que ella podía expresarse artísticamente y términos simbólicos también.
La araña como representación de su madre, tapicera de profesión quien lidiaba con los hilos que tejía. Para Bourgeois coser y producir redes son acciones íntimamente relacionadas.
La muestra logra que el discurso de Louise Burgeois se entienda mas allá de la construcción del género que la atravesó, o de una intención política, su mensaje trasciende los límites habituales.
De LB nos llega una subjetividad conformada por los órganos internos que la constituyen, otorgándole sexualidad, afectándola como persona y expresándola como artista. Su transmisión es visceral, física y emocional.
Una feminista que trasciende la lucha intelectual y militante hacia lo existencial.