Los 7 Franceses. La aproximación al Streaming desde los ensayos hasta el público.
Meterse al mundo del streaming es una apuesta fuerte entre los artistas de todas las áreas, las especificidades del medio y la mediación de la cámara hacen que las aguas se dividan entre quienes han quedado paralizados por la situación presente, quienes juntan fuerzas para el después que vendrá y quienes tienen dadas las condiciones para seguir adelante, buscan la forma de adaptarse a los medios que esta situación nos impone, crean y comparten.
La metodología de acceso es similar a todo lo que venimos ensayando en la virtualidad: a partir de un mail te envían un link a youtube donde la gráfica de la obra funciona como antesala. Extrañamente, aún encontrándonos en el mismo living de casa, la propuesta nos llevó a percibir esa magia convivial que tanto amamos del teatro.
La pantalla se encuentra dividida casi toda la proyección en seis ventanas, la cámara de cada uno de esos espacios puede permanecer encendida o apagada, pero conserva su porción en esa estructura, casi finalizando la obra, un séptimo personaje aparece, cuyo estatuto tiene algunas leves diferencias, como la capacidad de aunar por momentos las voces y las líneas de conflicto que presentan los personajes, que se mantienen en su propia espacio temporalidad hasta estos leves momentos de “encuentro“ en el cual las diferentes ventanas se unen.
La dramaturgia propone un texto con estructura coral, 7 monólogos, cada uno escrito por diferentes autores y autoras de diferentes procedencias e interpretados por actores y actrices también de diferentes latitudes, lo cual hace que la obra haya sido ensayada vía streaming, algo de esa familiaridad con el recurso puede percibirse en la dinámica que proponen.
La frase “la única revolución posible es la honestidad“ cruza las historias de estos personajes, testigos de revoluciones que han dejado una marca en sus pueblos: la revolución francesa, el golpe de estado que derrocó y asesinó a Salvador Allende en Chile, la revolución libertadora y el bombardeo a la Plaza de mayo en Argentina, el Apartheid en los años 80´s en Sudáfrica, la Guerra Civil Española, la 2da Guerra Mundial en Berlín, el conflicto de Siria.
El movimiento de las diferentes ventanas dinamiza la acción, al igual que los momentos en los cuales la cámara del dispositivo recorta la imagen de un detalle, como un ojo, o algún fragmento del cuerpo.
La ambientación es austera, la luz no es un elemento que entre en tensión en la puesta, aunque la sonoridad atraviesa la sala y es percibida por los personajes, rompiendo la soledad de las celdas en que habitan atemporalmente, en el que parece ser un NO tiempo desde el cual no pueden salirse de sus recuerdos, pero tampoco terminar de habitarlos, ni compartirlos. Algo que nos toca en esta virtualidad y que suma una capa más de análisis a las propuestas por la puesta.
Extrañamos los aplausos al finalizar la función e intuimos la diferencia que la puesta pensada para la escena viva teatral tiene, en relación con esta versión en streaming que hoy ingresa a la intimidad de nuestras casas, sin embargo, algo de esa apuesta atraviesa la pantalla y nos acerca.
Texto: Camila Barcellone
Fotos Sebastián Romanía
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Autoría:Florencia Aroldi, Marcelo Camaño, Raul Garavaglia, Héctor Levy-Daniel, Sergio Lopez Castillo, Marcela Marcolini, Pablo Razuk
Actúan:Sol Ajuria, Hernán Caleca, Ariel Chavarría, Gastón D’Angelo, Natalia Marcet, Analía Marcolini, Viviana Suraniti
Vestuario:Paula Taratuto
Escenografía:Pablo Razuk, Paula Taratuto, Anita Tolosa
Iluminación:Gustavo Dimas Garcia
Música original:Sergio Vainikoff
Banda de sonido:Sergio Vainikoff
Asistencia de vestuario:Federico Noir, Mayra Eva PflegerA
sistencia técnica:Fernando Raíces
Asistencia de dirección:Ana Tolosa
Coreografía:Mecha Fernández
Puesta en escena:Pablo Razuk
Dirección:Pablo Razuk