Orlán, Orlanoide, Orlando:
“No desaparecer. No marchitarse. No envejecer”
En el contexto brasileño de la Bienal de São Paulo, la artista francesa ORLAN presenta Tornar-se. (Convertirte en Orlan) la primera gran muestra antológica de su obra en Brasil.
Orlan nuevamente toma su propio cuerpo como soporte de las transformaciones que sobre el mismo realiza. En el arte, desarrolla una manera de apropiarse de sí misma, haciendo foco, como es habitual en ella, en la problemática de la identidad, la territorialidad del propio cuerpo y su derecho inalienable al mismo.
Orlan, no es solo pionera del body art desde 1965, es también su perfecta representante. En los años 60 trabajó con autorretratos distorsionados, en los años 90 recurrió a uso artístico de la cirugía cosmética para luego trabajar con programas digitales en los que editaba su propia imagen en un programa de auto hibridación de su cuerpo en combinación con otras imágenes. En 2018 en ocasión de la muestra Artistas y Robots en el Grand Paláis de Paris, Orlan presentó Orlanoide, su escultura animada que habla, desde una máscara de silicona que reproduce su propio rostro, mientas que su cuerpo está representado a modo de maquinaria robótica. Es un trabajo complejo que incluye los adelantos de la inteligencia artificial.
Enorme en su presencia, no deja duda que ella, es su propia obra. Con más de 70 años de edad, se ha constituido en la muestra viviente de que estilo mata lozanía y que la persistencia y la coherencia de su discurso lo validan.
“No desaparecer. No marchitarse. No envejecer”
Estas palabras no pertenecen a Orlan, sino a Orlando, tal vez la novela más accesible y más exitosa de Virginia Woolf que aborda temas arriesgados para su época: homosexualidad, género, derechos de las mujeres, -o la falta de los mismos, como la imposibilidad de heredar. La trama de la novela atraviesa distintos períodos históricos. Comienza, en plena época Isabelina cuando la reina Isabel de Inglaterra en su lecho de muerte entrega tierras, un castillo y una generosa donación de dinero a un joven de nombre Orlando con la promesa de que “no envejecerá, no se marchitará ni desaparecerá”. Así transcurre la historia y tras su muerte, las peripecias de Orlando propias de un héroe, continúan por Estambul. A su regreso de medio oriente, aparece ataviado como dama y se le reclama que ha sido mujer desde su nacimiento, careciendo así del derecho a sus posesiones terrenales. El rasgo autobiográfico de la trama está tanto en Virginia Woolf como en la vida de Vita Sackmann Ville su novia, quien atravesó una problemática similar.
También es similar la problemática artística que presenta Orlan en su escultura Orlanoide, una de sus obras más espectaculares la cual
sin duda remite a Orlando, la historia citada.
https://youtu.be/ctvisjNMhYU?si=VtcqJ4D3VVZwKmod
Esta versión de su Orlanoide fue especialmente creada para esta muestra en el SESC en la Avenida Paulista, ciudad de San Pablo y la escultura comunica en idioma portugués.
Orlan, la artista, es su propio experimento, su construcción fuera de las construcciones a las que el rigor de las costumbres nos tiene acostumbradas. Citando a Michel Foucault,
“Tenemos que crearnos a nosotros mismos como una obra de arte”
La “auto hibridación” nombrada anteriormente, no refiere a una única obra sino a la totalidad de su proceso artístico.
Ya la hemos visto en Buenos Aires, en 2017, su cabellera aumentada y a dos colores; blanco y negro, anteojos de estridente marco amarillo por encima de los cuales dos medias lunas se ponen relieve en la frente por debajo de su piel y por encima de sus cejas. Medialunas que ella pinta de plateado brillante, como un aura que completa con el plateado de sus snickers. Su abrigo, estampado con coloridas calaveras. Desde su aspecto, nos habla de lo atemporal y anticonvencional en su forma de vestir.
En aquella oportunidad su llamada no se centraba en el body art ni en las cirugías plásticas como soporte, sino en las técnicas fotográficas que mostrando la imagen de rostros de mujeres y los efectos que la cultura africana y su poder tienen sobre los cuerpos, produciéndolos en el propio. Desvíos de lo natural y artificios estéticos, diferentes y comparables a los empleados hoy en occidente según parámetros de sometimiento e intimación.
Lo universal, en la territorialidad del cuerpo y la perspectiva de género desde la obra de Orlan, libera la identidad femenina de los diversos parámetros. Orlan se erige en soporte de esas imágenes para que con ella nos preguntemos por la relevancia del cuerpo y de las decisiones que las mujeres y por extensión las minorías, podemos tomar sobre nuestro propio cuerpo, que es decir sobre nosotras mismas, ya que cuando digo “mi cuerpo” estoy diciendo “yo”.
Si el body art fue desde 1965 la declaración del poder sobre una misma, hoy en esta presentación la artista conceptual va más allá en su discurso artístico para hablarnos con sus palabras y desde el escenario con una voz tan clara y fuerte como la confianza y seguridad que emana de sus conceptos.
Orlan no se conforma con lo que la naturaleza le ha otorgado de manera genética, ni con lo que la sociedad le ha impuesto a través de la cultura. “No dudamos en ponernos una prótesis de cadera si lo necesitamos, pero pensamos que en la apariencia tenemos que ser felices con lo que tenemos por defecto” [Orlan, en Cross. 2004]
Hoy su discurso se coloca del lado de los derechos de las minorías oprimidas. Desde el uso genérico del masculino “hombre” para nombrar a todas las personas, en su presentación nos trae el tema del lenguaje y la arbitrariedad tanto francés como en castellano, para construir identidades de género a partir del mismo.
Desde fotografías, pasando por vídeos y esculturas, la exposición curada por Alain Quemin y Ana Paula C. Simioni traza un recorrido que empieza en los años sesenta y que se expande hasta la actualidad. Cierra el 28 de enero de 2024.
https://youtu.be/J1zLb8dh1KA?si=2FAyRk29WohxrmLp
https://youtu.be/Y3egb9DmLqM?si=tpetWnimdG63s66Y
Desde hace tres años, ORLAN está representada por una nueva galería internacional, Ceysson & Bénétière Gallery, que, en muy poco tiempo, ya ha dedicado dos exposiciones en París, además de una en Nueva York, sacando a la luz toda la historia, así como la importancia histórica de su trabajo. En 2021, ORLAN obtuvo la máxima distinción que otorga el Estado francés, la Legión de Honor (Legion d’Honneur), por su obra y, ese mismo año, Gallimard publicó su autobiografía.
Esta temática resulta oportuna y necesaria frente al avance de los derechos para decidir sobre el propio cuerpo, abarca el debate y transforma estas cuestiones tan sensibles a la integridad e integración de las personas, en vectores de cambio por la reflexión sensible, propia del arte.
