Otra visita al renovado MOMA en New York
encuentros con obras que amamos
En verdad, ya nadie habla del “nuevo” MOMA, porque su ampliación data de octubre de 2019. Por otra parte, los grandes museos del mundo, no cambian por más que se amplíen, somos nosotros quienes podemos ver con nuevos ojos las obras maestras de siempre, así como la novísimas que este museo ofrece.
En esta “nueva visita”[1] el encuentro con obras que amamos, “Las Señoritas de Avignon” o el “Objeto” de Meret Oppeinheimer, se nos brindan renovadas y vigentes, nunca solas, parecen actualizarse en el diálogo con otras cuya carga de sentidos y significados todavía divide opiniones, como veremos a continuación.
Ya con entrada en mano, y antes de iniciar el recorrido por las galerías, inevitable y a la vista de todos, una nueva obra nos detiene tomándonos por sorpresa (si bien su imagen ya ha sido difundida).
Hablamos de “Unsupervised” de Refik Anadol (b.1985) quien se vale de la inteligencia artificial para interpretar y transformar más de doscientos años de arte en MOMA. Conocido por sus descollantes instalaciones públicas, Anadol ha creado una meditación sobre tecnología, creatividad y arte moderno. Para esto el artista trabajó programando una sofisticada maquina capaz de aprender la información relativa a la colección del museo re imaginando la historia del arte moderno y los sueños de aquello que podría o que puede llegar a ser.
https://youtu.be/M_SIjJo0ugM?si=xuqu40MebZYIDfsk
Esta instalación da nueva forma a la relación entre el mundo físico y el virtual, lo real y lo irreal. Es fantástica, explora la fantasía, lo irracional, y crea una nueva concepción en el sentido de que es, hacer arte.
La instalación se basa en trabajos codificados en cadena de información que un lector digital redistribuye como revivificando o remodelando los archivos y convirtiéndolos en este nuevo “producto arte” que Anadol espera evolucione en el futuro.
El público se sienta a observar la pantalla tamaño cine y calla, no sabemos si en asombro o porque no tiene nada que decir…la obra habla o tal vez grita, sin dejar lugar a la interpretación reflexiva… vemos a espectadores retirarse sin comentarios, sin afectación visible. Paradójicamente, siendo efectista como la que más, solo el tiempo ajustara valor y precio de esta obra.
Diferentes obras se distribuyen por los 6 pisos del edificio.
El helicóptero verde Green poetics que pende desde el techo de más altura sigue siendo el DNI del museo, está allí desde el principio regido por el concepto “verde sobre gris” slogan del arquitecto Emilio Ambasz, (arquitecto argentino, 1943. Resistencia) que alude a los diseños sobre problemática ambiental, considerando el problema desde la arquitectura como practica poética capaz de integrar humanidad y ambiente ecológico circundante. El arquitecto Malcom Wells ppor su parte, completa la idea afirmando que la “naturaleza salvaje” tiene prioridad sobre humanos para dar forma al ambiente que nos rodea.
La muestra temporaria en estos días, corresponde a Ed Ruscha, cuyas obras discurren sobre el impacto del lenguaje en relación al ambiente, allá por los ’60: objetos de consumo y arquitectura propia de rutas, imágenes familiares que supo hacerlas singulares y únicas.
“A diferencia de Monet, no tengo ningún Sena para pintar… solo la R.66 entre Oklahoma y Los Ángeles”. Ed Ruscha
En esta retrospectiva, con más de 40 años de pintura, trabajos sobre papel, fotografías y libros de artista, lo capturan interpretando un paisaje que fluye en forma constante.
Una de sus obras más reconocidas, OOF de 1962 es famosa por la forma en que Ruscha se relacionó con palabras y sus sonidos, el veía las palabras como imágenes y sonidos. Sus estudios de diseño priorizaban precisión y balance, mientras que los de bellas artes proponían mirar la tela y “dejar que suceda”. El artista pudo combinar ambas cosas, en los años ´50, viajó intensamente, muchos viajes de rutas, la famosa Ruta 66 entre otras, plenas de carteles publicitarios y señales del camino. Así fue que Ruscha combinó ambos abordajes ordenando textos e imágenes en composiciones pictóricas. Sus referencias a la cultura del consumo se alinearon con el creciente movimiento burgués del Pop art.
Seguimos nuestro recorrido por las salas, entrando… saliendo, encontrando y descubriendo obras del acervo del museo, nuevas y las de siempre, como ya lo hemos señalado en nota anterior, las salas están nombradas según las obras que muestra, así “Surrealismo “lo explica y lo muestra en las obras maestras de la historia. Dalí, Leonora Carrington, y otras que mostramos a continuación.
Matisse…
siempre tiene su lugar en el museo, aunque cambia según los temas de sus obras, el museo lo presenta hoy, desde su experimentación en color y forma según él lo escribió en su ensayo “Notas de un pintor” donde explicaba que soñaba con “un arte de equilibrio, pureza y serenidad, desprovistos de todo problema o tema deprimente”.
En sala aparte presenta su Piscina (Swimming pool). Una tarde de 1952 Matisse le comunicó a su asistente que quería ver gente en el agua en una famosa piscina en Cannes, agobiado por el calor volvió con la idea de crear su piscina. Para esto empapeló en blanco y hasta la altura de su cabeza, las paredes de su comedor en el Hotel Regina en Niza, con la sola excepción de puertas y ventanas. Matisse hizo recortes en papel color azul ultramarino con formas humanas nadando o zambulléndose en agua y las pego en la pared creando así un site specific de recortes haciendo de la obra una síntesis perfecta de medios y objetivos.
Esta obra es la culminación de su trabajo con recortes en los últimos 10 años de su vida. Se corresponde con las decoraciones en vitrales que se pueden apreciar en el Art Institute de Chicago.
Un favorito en Nueva York y la segunda mitad del siglo pasado ha sido y es Mark Rothko, expresionista abstracto quien, como reacción a las atrocidades del Holocausto, la guerra y la bomba atómica creía en el poder del arte abstracto para reafirmar los ideales de la humanidad.
En 1943 con su colega y amigo Adolph Gottlieb, escribió varias declaraciones filosóficas que vendrían a guiar su obra en los años siguientes. Como expresionista abstracto manifiesta,
“Favorecemos la expresión simple del pensamiento complejo, elegimos las grandes formas porque impactan como inequívocas, queremos reafirmar el plano en la imagen, especialmente las formas planas que destruyen la ilusión y revelan la verdad”.
En esta obra tamaño y superficie reflejan estas ideas. Múltiples capas de pigmentos oscuros provocan una variada opacidad que dan la sensación de planitud, aunque parece sacudirse y temblar como con profundidad atmosférica.
Desde fines de los años `40 hasta su muerte en 1970, Rothko se ocupó de probar las infinitas posibilidades de establecer densos campos de colores en telas de gran tamaño, sus telas nos invitan a “envolvernos” en ellas. Mientras su paleta temprana vibraba con rojos, azules y amarillos, con el tiempo desarrolló una paleta de rojos y púpuras oscuros y sombríos, con la intención de comunicar “la escala de sentimientos humanos, del drama de la vida”. Sus obras invitan a una silenciosa contemplación.
Louise Bourgeois, siempre presente, siempre visitada en Moma, hoy con una obra totémica que pertenece a un grupo de otras 80 similares realizadas entre 1945 y 1950. “Mis figuras parecen abstractas, tal vez, ni parecen figuras humanas, porque son la expresión tal vez en términos abstractos de emociones y estados de conciencia”.
También en nuestro deseo de cubrir todas las salas posibles en un día, pasamos frente a obras que traemos en la memoria propia y del celular, también hablan por sí solas y dialogan entre ellas. Cerramos acá con imágenes siempre vigentes, obras que esperamos volver a ver.
[1] Nuestra nota primera en medium.com/leedor :https://medium.com/leedor/te-contamos-sobre-la-nueva-museograf%C3%ADa-del-moma-parte-1-e56c826b64d0
