Póker de damas de Teresa Margolles en el MUAC de México.

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3 min readJul 15, 2020

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La muestra que Teresa Margolles despliega en la sala 10 del MUAC, sala virtual surgida en el contexto de la pandemia, es un intento por recordar a Karla, una trabajadora sexual trans,asesinada brutalmente en Ciudad Juárez en 2015.

Un video registra parte de una conversación entre un grupo de trans, que tuvo lugar el 11 de mayo de 2016 en la habitación 10 del Hotel Bombín, ubicado en el centro de Ciudad Juárez. La intención original de Margolles, comisionada por la bienal Manifiesta 11, era invitar a Karla a Zúrich para jugar póker con Sonia, una ecuatoriana con el mismo trabajo e identidad sexual y de género que radica en la ciudad suiza. Pero el crimen, que permanece impune, obligó a replantear el proyecto entero. Fue Sonia la que viajó a Juárez para reunirse con otras trabajadoras sexuales trans, amigas de Karla: Valeria, Berenice y Vivian.

https://muac.unam.mx/exposicion/sala10-teresa-margolles

Desde hace tiempo Margolles se ha concentrado en investigar la destrucción sistemática de Ciudad Juárez, debida a la violencia que se ha mantenido durante décadas. (Su participacion en la Bienal de Venecia en 2019 por ej).

Margolles conoció a Karla en 2010, cuando investigaba la desaparición de la vida nocturna del centro de la ciudad. Karla formaba parte de ese corazón vital de la urbe y participaba en espectáculos de variedades en el club nocturno El Palacio de las Estrellas. Cuando el club cerró temporalmente, el trabajo sexual se volvió la principal actividad de Karla.Margolles investiga los lugares donde el progreso se une perversa y sangrientamente con el placer y juntos crean islas de impunidad, reforzadas por la manera en que los medios de comunicación y el Estado manejan esta violencia. La criminalización de las víctimas ha sido una de las estrategias centrales que utilizan los gobiernos para esquivar su responsabilidad de impartir justicia. Las organizaciones civiles han denunciado una y otra vez que el Estado activamente ignora los crímenes de odio hacia ciertas comunidades.

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el promedio de edad que vive una persona trans en América Latina es de 35 años. México ocupa el segundo lugar mundial en crímenes de odio contra las trans y la mayoría de esos crímenes son perpetrados contra trabajadoras sexuales. En ese contexto, Karla era ya una sobreviviente, una hermana mayor cuya edad (64 años) le confería cierto liderazgo entre ellas. Aun así, al morir, su cuerpo se entregó a la familia biológica y su familia escogida no pudo despedirse. Al reclamar la identidad post mortem de Karla para su comunidad trans, Margolles no sólo se opone a que sea definida por la forma en que murió,[5] sino que ofrece una especie de ritual de despedida para sus amigas y compañeras.

En su investigación sobre los efectos de la pérdida en una comunidad, Margolles lleva años desarrollando mecanismos estéticos de duelo-denuncia, que se han vuelto cada vez más complejos. Sobre todo, insiste en rascar la misma llaga: así esté en Zúrich o en otra ciudad europea, Margolles vuelve a crear piezas acerca de la violencia en Ciudad Juárez. Para vincular estos espacios, tan distintos entre sí, busca que el duelo se hospede en cuerpos que comparten condiciones de vulnerabilidad, en este caso, los de Sonia, Valeria, Berenice y Vivian.

Margolles ha usado la imagen de la pared de la morgue que separa a la familia y al cadáver para hablar de su trabajo. Esa pared tiene la función de filtrar sin anestesiar, de modo que el público sea capaz de recibir el cuerpo, la pérdida, el dolor.

https://muac.unam.mx/exposicion/sala10-teresa-margolles

Texto de Alejandra Labastida

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