Paolo Sorrentino y Jane Campion desembarcan en el Lido en el segundo dia de la mostra.

Cristina Taquini
Sitio Leedor
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4 min readSep 2, 2021

Paolo Sorrentino presentó en la 78 Muestra del Cine de Venecia un film autobiográfico que narra un episodio dramático de su adolescencia y las circunstancias que lo llevaron a transformarlo en una narración cinematográfica.

Hablando en rueda de prensa a conclusión de la proyección de “E stata la mano de Dio” — “Fue la mano de Dios”- Sorrentino explicó que el título de la película evoca una frase de uso común en muchas circunstancias de la vida, como la que salvó la suya, al decidir ir a Empoli para ver jugar a Maradona, la estrella del Nápoli y un verdadero semidios para los partenopeos.

Sus padres murieron durante su ausencia en un accidente doméstico, un hecho dramático que dió un vuelco definitivo a su vida, hasta entonces rodeada de amor y despreocupación.

Hablando con su sobriedad habitual, Sorrentino explicó este nuevo vuelco, esta vez en su cinematografía, relacionándolo con el hecho de haber cumplido 50 años el año pasado y sentir que ya podía abordarlo con madurez.

Respondiendo a las preguntas de la prensa el director de “La grande belleza” y otros films muy elaborados tanto en su narrativa como en la estética dijo que esta vez quiso hacer algo muy simple ya que se trata de una historia de “sentimientos y emociones”.

Una vez más tiene entre sus actores a Toni Servillo, que es su padre en la ficción, y que junto con él realizó algunas de sus peliculas mas premiadas como “La grande bellezza”, “El divo” y la serie televisiva “El joven Papa”.

La cordialidad mediterránea de Servillo contrasta con la sobriedad y distancia de Sorrentino, y de alguna manera refleja lo que el mismo director cuenta en el film, el recuerdo de su padre siempre alegre y disponible y la del joven retraido que siempre se sintió inadecuado hasta que comenzó a hacer cine.

Fabietto, el joven que en el film evoca la adolescencia del director, está protagonizado por Filippo Scotti, quien admite haberse identificado mucho con ese otro joven ya que él tambien se sintió muchas veces desorientado e inadecuado.

La actriz italiana Teresa Saponangelo, que protagoniza a María, la madre de Fabietto, admite de haber sentido una inmensa responsabilidad por el rol que le tocó en la película.

Finalmente, respondiendo a una pregunta sobre la “simplicidad” de este ultimo film a veinte años de distancia del primero que trajo a Venecia, el director napolitano no quiso hipotecar el futuro e insistió en la necesidad que había sentido esta vez de hablar solo de emociones.

Un mundo completamente diferente es el que trajo a la Mostra la directora neozelandesa Jane Campion que regresó al Lido con “The power of the dog”, una historia dramática basada en una novela de Thomas Savage, protagonizada por Benedict Cumberbach, Kirsten Dunst , Jesse Piemons y Kodi Smit Mc Phee.

Con el pelo completamente blanco y anteojos con montura azul, Campion enfrentó el encuentro con los periodistas sonriente y cordial revelando muchos detalles de este film que escribió y dirigió, despues de haber leído la novela de Savage que “la sumergió completamente en su mundo”.

Su película está ambientada en un mundo masculino hasta el exceso y la directora enfrentó algunas críticas por no haber respetado la paridad de género.

Cumberbatch, que interpreta al ranchero que domina con el temor y sus modos agresivos un grupo de cowboys que trabajan en la propiedad de la familia hasta que su objetivo se centra en la viuda Rose— Kirsten Dunst- con la que se casó su hermano menor, admite que tuvo dificultades para interpretar a un personaje “tan malo” pero que finalmente también es víctima de su educación y de su propia tragedia personal.

Las demostraciones de machismo tradicional y los juegos recios entre cowboys cubren sin embargo una historia dolorosa que vuelve a la luz con la presencia del hijo de Rose y el ranchero — con un pasado de brillante estudiante universitario en Yale — cae en su propia trampa.

La crueldad del personaje aumenta con la proximidad de Pete, un adolescente frágil que vive en un mundo completamente ajeno a la rusticidad de la vida del ranch atraído solo por los animales pero que finalmente se demuestran ser solo un medio para lograr sus objetivo.

Las continuas agresiones del cuñado cowboy, y las burlas a su hijo por su manifiesta homosexualidad perturban profundamente a Rose que termina alcoholizada.

En esta historia de complejos sentimientos el cowboy revive dolorosos e inconfesables episodios de su propia vida, tejiendo una trama que acabará por convertirlo en víctima de su propio juego.

Todo el film está rodado en el sugestivo desierto de Arizona, ya que, según la realizadora, los paisajes son similares a los de la Nueva Zelanda original de la narración.

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