38 Festival de Mar del Plata: Partió de mí un barco llevándome, de Cecilia Kang
La realizadora Cecilia Kang construye con Partió de mí un barco llevándome (2023) un relato fluido que mixtura lo personal y lo político; lo contemporáneo y lo histórico, siempre desde una perspectiva de género.
Melanie Chong es una joven que vive en Argentina junto a su madre coreana. Su hermano ahora reside en Corea, con quien es su futura esposa. Melanie tomará conocimiento de la existencia de la “mujeres de confort”, eufemismo para nominar a las mujeres que fueron tomadas como cautivas sexuales por los soldados japoneses, durante la guerra. Un tema que, por otra parte, resuena en el maltrato que sufrió su propia madre, a quien su padre sometía verbal y físicamente.
Melanie indagará de diversos modos en la historia de aquellas mujeres vejadas. En su búsqueda, habrá mucho de empatía y de catarsis, de “ponerse en el lugar del otro”, algo que ella conoce, como estudiante de actuación. Pero también, como una mujer contemporánea, sensible, vinculada con el presente, pero también con el pasado injusto.
Cecilia Kang documenta los pasos de Melanie, los físicos (que la llevan a Corea), pero también los afectivos. Tal vez, ese sea el mayor logro de este film sencillo, en lo formal, pero altamente complejo en su red de asociaciones: la capacidad de hacer visible lo invisible. Partió de mí un barco llevándome, en suma, es una película que demuestra cómo lo personal es también político, cuando en la búsqueda de la identidad se indaga cómo hacernos caos del dolor de quienes nos precedieron.