Martina Vogelfang
Sitio Leedor
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4 min readAug 16, 2020

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TRANSRADIO, vivir el presente habitando el pasado.

Transradio es la historia de volver a lo familiar en busca de refugio, de reencontrarse con un pasado lejano que se interpone en el presente a cada paso.

Isabel, una mujer joven, decide abandonar su vida en Capital para volver al pueblo de su infancia. El motivo de su decisión: huir del presente, del profundo dolor del que parece imposible escapar y le impide seguir. Quizás, la única forma de poder encaminarse hacia el futuro sea desandar el recorrido y volver al pasado.

La protagonista y su novio emprenden la mudanza en busca de un lugar de escape. Una vez llegada a la casa en donde creció, vacía por la muerte de sus padres, encuentra todo igual: la pintura descascarada, los muebles de madera, los azulejos amarillos que hacen que el baño se vea naranja cuando le da el sol y hasta la mancha de humedad que quedó marcada en las paredes por la noche de una terrible inundación. Parece que lo único que cambió en Transradio son los vecinos, quienes se entrometen curiosamente en la vida de la nueva habitante y logran generar un clima de tensión constante en la novela.

La protagonista no vuelve solamente a un lugar, vuelve a una persona. Se mete ella misma en la niña que era cuando vivía ahí y se olvida del mundo para concentrarse en una figura: la materna. Aquella madre recurrente aparece en recuerdos, sueños y en los relatos de los vecinos del pueblo que le acercan para recordársela. Ambas, Isabel y su mamá, son los personajes principales de la historia. La primera, una mujer envuelta en un presente tan trágico como su pasado, lleno de pérdida y dolor. La segunda se aparece en forma de relato, a través de la voz de una hija que no puede dejarla ir. La novela está en verdad contada por una nena enamorada de su mamá libre y despreocupada, que sabía cruzar la ruta esquivando los autos.

Isabel viaja constantemente en el tiempo, confundiendo pasado con presente, habitando ambientes de la casa mientras observa en ellos momentos de su infancia. Ve a un padre que intentaba ocultar la tragedia en un cuarto bajo llave para alejarla de su hija, sin saber que años más tarde aquella hija iba a estar viviendo en ese cuarto, viéndolo todo como si estuviera ocurriendo frente a sus ojos. A medida que la novela avanza y la protagonista se instala más firmemente en aquella casa, las historias pasadas y la figura materna toman más fuerza y se tornan oscuras y cargadas de misterio, lo que provoca en el lector un estado de incertidumbre ¿Qué fue lo que pasó de verdad? ¿Isabel nos cuenta recuerdos o fantasías?

Los vecinos de Transradio, entrometidos y conocedores de todo, se ocupan de adentrarnos de lleno en la vida de pueblo. Estos personajes se van metiendo en el jardín de la protagonista como en los capítulos de la historia: aparecen de todos lados para quedarse o para extender invitaciones imposibles de rechazar. Siendo necesarios para atar los cabos sueltos de un pasado desordenado, Isabel los va dejando entrar de a poco, para intentar de algún modo reunir las piezas del rompecabezas de su vida, aquellas que tiene desplegadas enfrente y no puede juntar: la noche de la inundación, una amiga del pasado que reaparece para invitarla a jugar en su pileta, una relación estancada en el tiempo, una madre muerta pero viva en el recuerdo y un pueblo olvidado que la recibe sin muchos brazos abiertos.

La novela es dinámica por sus diálogos envolventes y sus personajes extraños, e intensa por las memorias oscuras y distorsionadas que invaden al presente sin previo aviso, manteniendo al lector alerta. Transradio habla de una mujer buscando refugio en una figura que no existe y que solamente existió en su utopía, distorsionada por el tiempo; de un pasado agazapado que amenaza al presente; del amor de cuidar a un hijo, una casa, un recuerdo, una huerta. Habla de todo esto contado desde la perspectiva de la protagonista adulta, que vuelve al pueblo de su infancia para hablarnos desde el lugar de la nena que creció ahí.

Maru Leonhard logra, en su primera novela, con simpleza, las cosas más profundas. Escrita en primera persona, Transradio es casi una secuencia de pensamientos de una narradora que en aquel lugar familiar puede dar rienda suelta a sus memorias dolorosas y que no distingue pasado de presente, ni realidad de imaginación: “Siempre me obsesionaron esas fantasías infantiles que se confunden con recuerdos verdaderos…”.

Maru Leonhard, Transradio, Cía. Naviera Ilimitada, 2020, 137 páginas.

Maru Leonhard nació en Buenos Aires en 1983 y se crió en Ramos Mejía. Estudió Diseño de Imagen y Sonido. Actualmente trabaja como editora audiovisual y guionista. Transradio es su primera novela.

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