Yo soy espía: El agente Topo, de Maite Alberdi (Chile, 2020)

Raul Manrupe
Sitio Leedor
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3 min readMar 16, 2021

Los adultos mayores como se los llama ahora, la tercera edad como se los denominó hasta hace un tiempo, la ancianidad, los viejos. Parte de un sector de la población olvidado por el mundo occidental, incluyendo este tercer mundo (se le llamará así aún?). Maite Alberdi vuelve a ocuparse de ellos, como ya lo había hecho en La Once en su Chile natal.

El agente topo está aquí y no para pasar desapercibido. Al éxito en su país de origen, le ha seguido el boca en boca de los espectadores de todo el continente, obligados a permanecer encerrados, como los protagonistas de este largo, que tiene como escenario excluyente, un geriátrico de Santiago. La nominación como aspirante al Oscar a mejor documental es un logro para la joven realizadora.

Un detective de los de verdad, de esos ocupados en miserias humanas, organiza un reclutamiento/casting para encontrar un colaborador especial. A pedido de una de sus clientes, el elegido deberá infiltrarse en el geriátrico donde vive la madre, para comprobar las sospechas de maltrato. Sergio (80 años) cumplirá su misión con gran empeño, audacia y finalmente, con criterio propio que sorprenderá a su contratante.

Esto supondrá manejar gadgets que si bien no están a la altura de un Bond, pueden ser difíciles para una persona mayor (otro eufemismo). Lapiceras trucadas, smartphones, grabadores, inspecciones de cajones. Todo eso más la simulación de llegar como nuevo interno e relacionarse con sus compañeras -básicamente- en busca de la verdad, que podrá tener diferencias con la que el resto supone.

Ficción y realidad se entrelazan para dejar testimonio de algo tan real como la dolorosa indiferencia humana.

La reconstrucción de los hechos puede hacer carraspear a algún fan del Cinema Verité, por que en el Hogar (otro eufemismo) al parecer estuvieron todos de acuerdo en que las cámaras ingresen y tomen, aunque se dice oficialmente, no sabían que Sergio era un infiltrado. La directora declara que siempre tuvo temor de que la descubrieran durante el rodaje. Este manejo produjo cierta polémica en Chile. En todo caso cabe preguntarse, qué fue verdad y qué ficción de lo quedó en el metraje final. El visionado de la película deja al espectador esa tarea, que se suma al disfrute. Como dirán los teóricos de los documentales, la reconstrucción es ya un recurso más en función de lograr comunicar una idea. Como sea, se trata una reflexión humana, gentil y tierna de algo sabido por todo el mundo, pero que como tantas cosas que molestan, es algo ante lo que se gira la cabeza para no mirar.

No es el caso de El agente Topo, que merece mirarse y está siendo mirada como un sutil llamado de atención sobre la soledad, el aislamiento, el abandono, el ninguneo, como muchas veces se le dice ahora a la indiferencia.

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Raul Manrupe
Sitio Leedor

Investigador, Curador, Documentalista, Creativo, Gestor cultural