¿Cómo fomentar la interdependencia de equipo?

Willy Rodríguez Molina
Leemons Edtech ES
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6 min readJul 8, 2022
Equipo de alumnas y alumnos formando un puzzle con piezas

En mis visitas a centros educativos, muchas veces he visto equipos docentes que, queriendo implantar el aprendizaje cooperativo en sus aulas, se han obsesionado con el tema de la distribución de roles en los equipos porque en algún curso de iniciación les han metido a fuego: “Si no hay reparto de roles no hay aprendizaje cooperativo”. Y hay quienes han terminado un poco desbordados y con ganas de abandonar: “Está bien esto de la cooperación y que se ayuden unos a otros, pero ¿no se nos está yendo esto de las manos?”.

Y es que la distribución de roles no es un requisito sine qua non para poder asegurar la cooperación en el aula. Lo que pasa es que sí es un medio que, bien utilizado, favorece el cumplimiento de algunos de los principios cooperativos que ya he abordado en artículos anteriores (responsabilidad individual y participación equitativa). Y especialmente facilita la interdependencia positiva, un principio cooperativo que abordo en este artículo.

La interdependencia positiva y el objetivo común

Muchos docentes intentamos apostar por la cooperación y las relaciones de ayuda en las aulas frente a modelos basados en el individualismo o la competitividad tóxica. Y para ello diseñamos actividades en las que los alumnos trabajan juntos. Pero, ¿nos planteamos si ese “trabajar juntos” es realmente cooperativo?

Para que eso sea así, es necesario que la tarea que vayan a realizar los alumnos plantee un objetivo común, que puede ser:

  • Elaborar un producto entre todos: el clásico mural del aparato respiratorio, preparar una exposición sobre física cuántica, realizar una representación teatral sobre las relaciones feudales de vasallaje, etc. Un solo producto elaborado entre todos los miembros del equipo.
  • Lograr algo entre todos: dinero para financiar un viaje de fin de curso, que todos saquen una nota más alta que en el examen anterior, que un experimento funcione, que una compañera alcance un objetivo individual, etc.

Pensemos en un equipo de baloncesto (aunque luego veremos que existen diferencias evidentes entre un equipo de baloncesto y un equipo de aprendizaje en el aula). Las jugadoras de un mismo equipo tienen un objetivo común: ganar el partido. Para lograrlo deben implicarse y trabajar juntas. No es posible que una jugadora gane el partido y las demás compañeras lo pierdan, o al revés. O ganan todas, o pierden todas. Por eso les interesa que todas y cada una den lo mejor de sí mismas, y no pueden permitir que ninguna compañera de equipo salga a dar un paseo relajada a la cancha de juego. Imagina a una de las jugadoras diciéndole a otra: “Bueno, si tú no quieres jugar bien… allá tú, ese es tu problema”. 🤔

En un equipo en el aula pasa lo mismo, y en esto consiste el principio cooperativo de la interdependencia positiva: cuando las alumnas y alumnos trabajan juntos con un objetivo común, deben tener claro que se necesitan unos a otros, que tienen que sumar fuerzas y poner en común el trabajo de todos y cada uno de los miembros del equipo. Pero no sólo eso, además deben asumir que, en ese trabajo, o todas y todos obtienen resultados positivos o tienen resultados negativos. Y si un miembro del equipo quiere tener buenos resultados debe asegurarse de que el resto arrima el hombro y saca lo mejor de sí mismo en beneficio del equipo. Me gusta, en ese sentido, utilizar con los alumnos la expresión de “Los tres mosqueteros”: Uno para todos… (y todos para uno).

Cuando alguien perjudica al equipo

Volvamos al baloncesto. Cuando en un partido una jugadora no está dando lo mejor de sí misma y sudando la camiseta, el equipo se resiente y la entrenadora se puede permitir el lujo de apartar a esa jugadora para que el rendimiento del equipo aumente. Las demás integrantes del equipo se sienten aliviadas. Incluso algún improvisado entre el público con ganas de protagonismo puede gritar: “¡Ya era hora, entrenadora!”.

Pero las aulas no son equipos de baloncesto. Nuestras alumnas y alumnos están en equipos de aprendizaje, y una profesora no puede “sentar en el banquillo” a una alumna y desentenderse de ella. Tampoco puede avalar que lo hagan los miembros de equipo. Seguro que alguna vez has dicho algo parecido a esto (yo sí lo he hecho): “Si no quiere trabajar, vosotros no sois responsables. Continuad sin ella y ella sacará un cero”. El resto del equipo, que experimentaba una carga que no sabían gestionar, ahora respira. En vez de enseñarles a gestionar esa carga, les has liberado de ella. Y sin ser consciente, estás favoreciendo de alguna forma el aprendizaje individualista y no el cooperativo: “vosotros id a lo vuestro, a vuestro objetivo. El que quiera que se sume, y el que no quiera que se las apañe, que ya tenemos una edad”.

Cuando un miembro del equipo no aporta, el trabajo en equipo queda incompleto.

Otra cosa diferente es si alguna persona del equipo de trabajo no cumple con la tarea porque lo que se le ha asignado no se corresponde con su nivel de competencia. ¡Cuántas veces lanzamos a ciertas alumnas y alumnos a un actividad de equipo sabiendo que no van a ser capaces de aportar gran cosa! “Bueno, por lo menos está con sus compañeros”. 🤦🏽‍♀️

Cómo favorecer la interdependencia positiva

Aparte de asegurar que los miembros del equipo comparten un objetivo común, es necesario que sientan que se necesitan unos a otros y que están todos en el mismo barco. Aquí van algunas pistas (hay muchas más) que pueden ayudar a favorecer esa interdependencia positiva:

  • Reserva tiempos especiales para realizar actividades no académicas que fomenten la cohesión dentro de los equipos y entre las compañeras y compañeros de una misma aula. Porque no sólo basta con saber trabajar en equipo, también hay que querer. Estas actividades pueden perseguir diferentes objetivos: generar confianza, fomentar la identidad de equipo, acoger y valorar la diversidad, experimentar y valorar tanto la necesidad del apoyo mutuo como los beneficios del trabajo en equipo, etc.
6 personas realizan una actividad de cohesión de equipo haciendo un juego de manos.
Las actividades de cohesión facilitan el trabajo en equipo posterior.
  • Proporciónales recursos limitados: entrega una sola copia del problema para todo el equipo. Así, se verán obligados a compartirla.
  • Limita el acceso a los recursos de equipo: da a cada miembro del equipo sólo una parte de la información, o restringe a cada miembro el acceso a algún material (sólo Marta puede utilizar las tijeras y sólo Miguel puede utilizar el pegamento).
Si sólo un miembro del equipo puede utilizar las tijeras, se convertirá en necesario para el equipo.
  • Divide una tarea compleja en otras más simples, y asigna cada subtarea a un miembro del equipo. Así, el objetivo final sólo se logra con la implicación de todos. Pero cuidado, no confundas esto con la yuxtaposición de cuatro trabajos individuales (cuántas veces nosotros, como alumnas y alumnos, hemos dividido un trabajo en cuatro apartados y hemos grapado el trabajo justo antes de entregarlo a la profesora).
Juntar en el último momento cuatro trabajos individuales NO es una producción de equipo.
  • Propón una serie de tareas secuenciales de tal forma que en cada equipo realicen juntos dichas tareas y no puedan pasar a la siguiente fase hasta que no se aseguran de que todos dominan la actual.
  • Y sí, distribuye tareas (o roles) dentro del equipo. Estas tareas pueden estar enfocadas a la organización y funcionamiento del equipo (coordinación, supervisión, representación, etc.) o a la consolidación de los aprendizajes (incentivar la participación, verificar la comprensión de todos, sintetizar los aprendizajes, etc.).

Preguntas para la reflexión:

  • ¿Utilizas ya alguna de las estrategias descritas en este artículo?
  • ¿Cuáles te ayudan a promover la interdependencia positiva? ¿Qué dificultades o conflictos detectas?
  • ¿Crees que es posible promover la autonomía en un ambiente de relaciones de ayuda?

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Willy Rodríguez Molina
Leemons Edtech ES

PhD in Development, learning and education. Specialized in cooperative learning. Trainer of teaching teams. Currently part of the Leemons Edtech Solutions team.