Cómo trabajar de forma remota y no morir en el intento

Ya son casi cuatro meses desde que inicié la gran aventura de realizar mi trabajo de manera remota. Por razones personales tuve que mudarme a otra ciudad, una pequeña y tranquila que queda a más de 700 kilómetros de los HQ de Lemontech.

Lo primero que hay que superar es el síndrome del farsante que llevamos dentro, esa sensación de que debes esforzarte el triple para que nadie piense que estás disfrutando de unas tranquilas vacaciones pagadas, lo que lleva a un desgaste emocional y mental innecesario. El hecho de estar libre de las múltiples distracciones que hay en la oficina y poder concentrarse todo lo que uno necesite en realizar una tarea ya es un factor importante en el aumento de tu productividad.

La comunicación es otro obstáculo, resulta muy natural levantarse del asiento y caminar hacia el puesto de tu compañero para preguntarle algo o enterarte de qué está haciendo, pero cuando estás lejos, eso se transforma en varios minutos de espera a que alguien de tu equipo lea el mensaje que dejaste en #slack. Para eso no queda más que ponerse de acuerdo con tu equipo y hacerles entender que para ti las herramientas de comunicación son vitales, es muy bueno también hacerles ver cuando estás ausente y cuando volviste de preparar ese rico café que tanto ayuda a llevar el día.

Las distracciones son muy diferentes cuando estás trabajando de manera remota, por lo general es tu propia familia la que te interrumpe ya que al ver que estás en casa se olvidan de que estás trabajando. Para eso es muy bueno acordar cómo y por qué razones te pueden interrumpir, por ejemplo, en vez de llamarte desde el comedor para avisarte que está listo el almuerzo, un mensaje de Telegram es lo suficientemente efectivo. Entrégale a tu hijo unos minutos cuando llegue de clases para enterarte cómo estuvo su día y luego ya no te interrumpe el resto de la tarde. Aprovecha la hora de almuerzo para conversar con tu familia en vez de jugar Urban Terror. El apoyo de la familia es sumamente importante para que el trabajo remoto funcione sin problemas.

Otra cosa que puede llegar a frustrarnos es el no poder tomar la “temperatura” de la oficina y no enterarte cuando hay problemas que calientan un poco los ánimos. Esto es especialmente dañino cuando todo tu equipo está tratando de resolver un problema bloqueante y no te enteras hasta que alguien lo comenta en #slack, entonces es cuando sientes la impotencia de estar lejos. Esto también se puede superar abriendo un canal directo con algún miembro del equipo usando jitsi o algún otro similar para poder “ver” lo que está pasando y poder aportar con ideas en alguna discusión que lleve a la solución de el problema, para esto, el apoyo del equipo es fundamental, es necesario que no olviden que perteneces a ese equipo y que pueden contar contigo siempre.

Resumiendo, lo más importante es tener disciplina y una buena comunicación con tu equipo y con tu familia, el resto es hacer lo que has hecho siempre, pero sin tener que perder horas valiosas en el transporte público.