El despertar del Gala

El beatmaker paisa debuta formalmente en Afterclass Records con ‘Awakenings’, su primer trabajo en largo de instrumentales.

Cristian Cope
Lenguaje Roto
9 min readAug 17, 2020

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Foto: @pablomonsalve07 / Diseño: @invade.design.

Vivir feliz conforme a la virtud y a la verdad. Acudir a la autodestrucción como un placer necesario y engrandecedor. Hacer del perder el más sincero de los ecos, dejando una obra que valga por sí misma sin importar el actuar de una sociedad que parece obsesionada con las estrellas fugaces del triunfalismo.

Alcanzaría la fama si me mandan a la cana / Soy el que gana incluso cuando pierde como Maturana, rapea Vic Deal en “Royal With Cheese”, uno de los trece temas que conforman el primer álbum instrumental del Gala en Afterclass Records. Y es que en estas dos líneas de VD se podría resumir tácitamente lo que ha tenido que afrontar Mateo Gutiérrez en su corta carrera como productor musical y beatmaker.

Para los ajenos al juego, Mateo viene siendo el verdadero nombre de El Gala, quien a través de los últimos años se ha ganado un puesto dentro del rentado del rap local al ser el enganche que surte de beats las sucias barras de su buen amigo Maco Maat.

Ambos se criaron juntos en la Urbanización Ibiza, una de las tantas unidades residenciales que abundan sobre la tradicional Loma del Escobero en Envigado. A pesar de estar más sumergido en la música electrónica, el Gala siempre veía en Maco ese irrefutable amor por el rap. Aunque estudiaban ingeniería de producción y psicología, respectivamente, la música se fue encargando de encarrilarlos por la misma carrera del hustle.

“Parce, estando en el colegio estuve a punto de decidirme por estudiar ingeniería de sonido en la San Buenaventura. Pero acá en Medellín vos sabés cómo es la cultura de los cuchos, hay que estudiar algo comercial, de manufactura, algo que ayude”, cuenta Gala. Aun así, a la par de sus estudios de ingeniería en la EAFIT, pudo comenzar a estudiar piano y a explorar los diferentes programas que le recomendaban sus amigos. Se inició en Reason y al poco tiempo pasó a Ableton. Compró su par de monitores, y en poco tiempo ya tenía un pequeño estudio en la casa de sus papás.

Un día, dice, no logró contenerse más y salió a buscar a Maco: “Parce, venga pues hagamos un tema a ver qué sale”. Así, con el Gala en los controles y Maco en el mic check, nace entonces “Apocalipsur”, su primer tema juntos.

Maco Maat y El Gala.

El Gala seguía aprendiendo de su parcero. “De las personas que conocía hasta el momento, el Maco era el único man que tenía la misma pasión para sentarse concentrado a sacar un tema. Toda la otra gente, generalmente, cogía la música como un simple hobby, güevón. Ahora que uno conoce a Luis o a Víctor, gente que en verdad es profesional en todo sentido, ya uno sí ve todo esto como una vuelta más constante… y lo mismo veía yo en Maco”.

El rap se convertía en un proceso más, pero esta vez no estaba ligado a la ingeniería. Luego de trabajar en empresas reconocidas de la ciudad como Corona y Marketing Personal, además de especializarse en cinco diplomados distintos, el Gala se percató de que su valor agregado no era supervisar la gestión de calidad de una compañía, ni tampoco buscar soluciones a problemas de logística: “Parce, en esa última etapa de marketing, siempre a la hora del almuerzo arrancaba para la casa a hacer música, a hacer pistas… ese era mi verdadero valor al proceso”.

Sin titubeo alguno renunció, y enfocó todo su plan de trabajo a repasar día y noche videos y tutoriales en línea de producción y mezcla. Caso contrario a Maturana, acá perder era ganar bastante.

Un sendero empírico se fue trazando solo. Ahora su cubículo de oficina pasaba a tener monitores, un teclado y un par de controladores: la cancha estaba lista para las paredes de Maco y Gala. Desde entonces llegaron “Solo”, “Y yo sonrío” y, en marzo de 2018, Realismo sucio, el primer trabajo en largo de ambos, MC y beatmaker. El lanzamiento se hizo en Selina Medellín, con Anyone/Cualkiera, Vic Deal y Luis7Lunes, quien contó con tres colaboraciones en el disco, haciéndoles el aguante.

Ese pequeño estudio del Gala pasó a ser un laboratorio creativo serio, y por ende merecía un nombre propio: OP Music. A partir de allí el catálogo siguió engordando: presentaciones en Club 1984, Jam Sessions, Catorce, Verano Negro y El Quilombo se conjugaban con nuevos sencillos como “Sin equipaje”, con María María.

Con la carne bien asada, el Gala decidió jugársela por una movida incierta, pero que siempre lo ha acompañado de forma ubicua. “Un muy buen parcero mío, Pablo Monsalve, se había tirado a Nueva York un par de meses atrás, y pues yo en lo único que pensaba era tirarme a ver qué pasaba, güevón. Me abro y dejo que todo este rap con el Maco coja fuerza”. A finales de 2018 llegó a la llamada Gran Manzana, y a las dos semanas consiguió su primer trabajo como productor en un estudio llamado Jambox, ubicado a dos cuadras del emblemático Madison Square Garden. Su dueño, Lee Evans, además de haber trabajado como uno de los directores musicales del legendario Afrika Bambaataa, encuentra en el Gala un reflejo honesto de sus comienzos.

“El man me decía que se identificaba mucho conmigo, porque él también, siendo del Bronx, montó su propio estudio sin nada y ahora es el único afroamericano que tiene uno en la Séptima Avenida. Me preguntó, ‘¿Usted sí sabe utilizar las cosas?’, y le respondí que solo me soltara el Ableton. ‘Hágale a ver, yo veo lo que sabe’. De una me metí a darle, con la fortuna que al man le gustó mucho y pude quedarme con el camello”.

Estando allí se pudo codear con ingenieros respetados, gente que le había maniobrado el sonido a gigantes como Travis Scott, French Montana o Post Malone. El Gala observaba y asistía, listo para parársele a lo primero que saliera. Efectivamente, algo salió, pero no tal cual lo esperaba.

“Parce, allá tocaba estar listo para darle a lo que fuera, a veces hasta tocaba tener listo un tema en menos de tres horas. Un día llegó un man como árabe, con otro man que tenía una cámara. Solo me dijeron que necesitaban un beat con unos violines, porque ya tenían lista la letra. ‘Queremos hacer un reggaetón y necesitamos la canción para esta noche’, me dijeron los manes. Marica, sin mente busqué un preset y empecé a camellar. Al ratico les mostré y quedaron felices. No entendía ni chimba de lo que cantaban pero sonaba bien. Cuando se fueron busqué el nombre del man y resulta que había sido tres veces campeón mundial de squash, se llama Ramy Ashour”.

Pero no todo era risas, pistas y comer la mejor pizza del mundo. Un amigo le ayudó a conseguir su primera morada en Nueva York, un apartamento de $600 dólares en Washington Heights, parte alta de Manhattan. “Uno viniendo de Medallo hace la conversión y, pues, con $600 dólares uno se imagina un sitio bien, ¿no? Parce, eso era un hueco, ¡pero un hueco! Llegué y la casa no tenía chapa, la cocina estaba vuelta mierda, y para acabar de ajustar nos contaron que hasta hace poco había sido un laboratorio de crack. Igual uno viene es a frentear la vuelta”, concluye.

Durante esos seis meses finales de 2019 trabajó en Jambox, pero también volvió el empalme con Maco. Desde la distancia, entre ires y venires a Medellín por temas de visado, le dan forma a Soberano, el segundo álbum de Maco con producciones de Gala. También, escuchando los consejos de la gente de Jambox, comienza a estudiar una especialización en estudios de música en la BMCC (Borough of Manhattan Community College).

Fruto de todas estas vivencias neoyorquinas, algunas enriquecedoras y fantasiosas, otras más densas y angustiantes, fueron saliendo las instrumentales de Awakenings, su carta de presentación formal como beatmaker.

Al responder sobre el concepto del álbum, prefiere tomarse unos segundos para ser lo más transparente posible. “Uno no es consciente de muchas cosas, de lo que se tiene y no se tiene, ¿sí o qué? Cuando uno se pone en situaciones incómodas, casi que por obligación te detenés a analizarte para poder buscar una solución a esos problemas. Aparecen cosas que uno no sabía que tenía, pero es cuestión tuya empezar a ser más consciente de ellas. Cuando yo llegué a NYC pensé: ‘Parce, ¿cómo voy a hacer para lograr algo aquí?’. En esos trayectos del subway meditaba mucho y pensaba que solo metiéndole sin miedo a la música podía sobrepasar todas estas situaciones difíciles”.

En este caso, cada una de esas trece instrumentales se convirtieron en sus propias meditaciones, abstracciones espirituales guiadas por el poder infinito que puede otorgar un simple snare o kick sobre una melodía. Awakenings suena a eso, a una diáspora bañada en hustle, a ese rebusque constante que tan bien se enseña en Medellín. El Gala perdió, sí, pero también está dejando que la música lo reivindique por su propia cuenta.

“Para mí cada una de esas instrumentales es una experiencia diferente. El arranque es un tema más funksudo que puede servir para la pista de baile, para que la gente se lo goce; el último puede transmitir una sensación más espiritual, por ejemplo. El cuarto, ‘Back in business’, tiene un aire más de jazz… Todos los temas vienen siendo como el cronograma de experiencias que he tenido durante este trayecto de mi vida”.

Ambas fotos del disco, portada y contraportada, son de Pablo Monsalve, y el diseño es crédito de invade design. Si observan de cerca la portada, verán que hay un pequeño cuarto iluminado. Como bien dice Madlib, un beatmaker no debe dormir más de dos horas.

Awakenings es, también, el debut oficial del Gala en Afterclass Records, el sello que conforma junto a Luis7Lunes, Vic Deal, Maco Maat y el Russo. “Siendo una persona que no ha sido tan íntima del rap, como sí lo han sido casi todos ellos, me han recibido con los brazos abiertos, tanto ellos como el resto del parche del gremio del rap local. Todos han sido muy cálidos conmigo”, confiesa Gala.

De igual manera, afirma que si en algo se distingue Afterclass, es en que a pesar de que cada uno tiene sus respectivas carreras y especializaciones, todos tienen esa misma pasión por hacer rap de una forma muy preciada, llegando a ese meticuloso nivel de detalle que tanto se necesita para seguir construyendo, con la misma moral y la misma constancia, una obra que valga la pena compartir con su público.

Afterclass Records.

Pero Gala no solo destaca a los MCs del colectivo: “Parce, vos no sabés lo que el Russo significa para el parche. Él nos ha colaborado mucho con los diferentes discos, pero sobre todo con los conciertos en vivo. Sin el Russo, lo más probable es que todas esas presentaciones hubieran sido horribles. Ese marica es un crack”.

Y es precisamente el triángulo ofensivo de Afterclass –L7L, VD y MM–, además de los scratches de DJ J.L.P, los únicos invitados a colaborar en el álbum.

Yo lo hago tan simple que quedan mal, igual no podrán evitar esta catástrofe / La mano que les hizo beats la muerden / Es Afterclass para que se acuerde, tira Luis. Lo sabe el Gala, me abrazó en la locura / Hicimos ‘Realismo Sucio’ sin ver en esto un negocio, cachetazo de Maco. Traducen raps al español, dicen que suenan ‘fresh’ / Wack rappers no saben robar, les dicen Odebrecht / Dicen ‘oh shit’, ‘oh god’, ‘oh yes’ / No azaran en español, qué van a azarar en inglés, clavada de Vic Deal.

Cambiando de banda, Luis7Lunes recalca de Gala lo bien dirigido que es como productor. “El Gala si quiere hacer algo va y lo hace, lo termina, lo entrega y lo muestra. Con este álbum se le notó de una la motivación y las ganas de hacerlo, y terminó mostrando lo que puede hacer sin estar limitado a un MC”.

Vic Deal, por su parte, señala que “Royal With Cheese”, con su aire funky, se adaptaba perfectamente a la forma en que se divierte al escribir temas de competición. “El Gala me parece que puede aportar mucho a la escena beatmaker porque tiene una visión profesional y muy respetuosa hacia el rap y el hip hop. Tiene hambre, y en esto del rap eso lo es todo”.

Ya a punto de concluir, Gala recuerda con gratitud a ese parcero de trincheras, borracheras y asados con rap de fondo. “Quincy Jones lo dice, uno es tan buen músico como buena persona. Cuando empezás a hacer música, empezás es a enfrentarte con vos mismo. Nadie más está ahí con vos. No te queda de otra más que desbloquearte. En este sentido, el Maco me ha dado unas llaves maestras, que de no ser por ellas, no estaría acá”.

Escucha acá Awakenings, el primer álbum de beats del Gala:

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Cristian Cope
Lenguaje Roto

A veces escribo. Devoto de Juan Román Riquelme. Trying to achieve a Daniel Dumile & Richard D. James lifestyle.