La partida de un amor

Neryz Hernández
Letras del alma
Published in
2 min readJun 16, 2020

En la penumbra de mi soledad vuelvo a hundirme en la tristeza y en un silencioso llanto.
Quisiera poder despertar sin extrañar la calidez de tu cuerpo, sin anhelar tu abrazo que me cobijaba cada madrugada.

Percibir el adictivo aroma de tu piel, aquel que me embriagaba completamente y provocaba en mí unas ganas insaciables de hacerte mío.

Tu figura aún está plasmada en mi cama y duele que siga ahí, porque cada vez que la veo, recuerdo tu cuerpo que yacía plácidamente a mi lado. Observar tu cándido rostro mientras velaba tu sueño, me daba paz, me daba amor.

Recuerdo y vuelvo a caer en mi tristeza.
Me hundo en la apatía hacia mi persona. Me lleno de lágrimas al ver que lo que amo ya no está, anhelo que te encuentres en un lugar mejor, sin maldad, rencor, solo tranquilidad eterna.

¿En dónde estas ahora amado mio? Ven que necesito un por qué de tu partida. Si tan solo pudiera asimilar tu ausencia, si tan solo tuviera de nuevo la dicha de sentir tu piel, besar tus labios, oír tu profunda voz mientras susurras “aquí estoy”.

Quizá pudimos disfrutar mejor las cosas, quizá también solo era cuestión de tiempo para que todo lo soñado culminara.

Ahora ya no estás y debo confrontarme al duelo que me espera, a esta sensación de vacío que me invade noche tras noche.

Deseo conciliar el sueño, pero el solo hecho de cerrar los ojos hace que tu imagen llegué estrepitosamente a mi cabeza. Te extraño, te amo, te necesito y tú ya no estás, ya no más.

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