A veces es mejor olvidar.

Solo a veces.

Francis M. Lara
Letras en castellano

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En ocasiones no terminas; es así. Dejamos cosas inconclusas, pasamos página y empezamos a mirar para otro lado con la esperanza de no volver a acordarnos de algún momento concreto, bien por necesidad, bien por egoísmo. Así suele empezar.

En un mundo ideal podríamos volver a una cafetería que solíamos compartir con esa persona y encontraríamos una nota, un teléfono apuntado o alguien preguntando “¿Eres Enrique? Hay una chica que ha preguntado por alguien parecido a ti y dijo que si te acercabas a esta mesa te diera esta carta”. Pero esas cosas nunca suceden. Existe un momento para tomar decisiones y si desperdicias ese momento te quedas solo y sin munición.

Aún con todo, sigues visitando ciertos lugares con la esperanza de volver a ver algo que se te pasó en un primer momento; una señal, un guiño que te hizo y no supiste descifrar, una palabra que pudo haber significado algo más (o algo menos) o simplemente juegas con el romance de volver y ver si eres la única persona lo suficientemente estúpida como para querer volver a dar un paso atrás y probar suerte. ¿Conclusión? Puede que algunas cosas solo fueron buenas para uno de los dos.

Y así terminan pasando los años; recordando las veces en que coincidisteis como anónimos, las veces en que podías haber hablado con esa persona con el pretexto más absurdo o simplemente poder haber tenido el coraje para haber intentado entrar en su mundo. Un mundo que ahora avanza sin ti y donde la idea de un momento con esa persona puede que sea mejor que comprobar si realmente podría haber funcionado. O puede que no…

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