Instrucción 4 — Leila Guerriero

Leticia Estevez
Letras Viajeras
Published in
2 min readJul 31, 2020

Hace un tiempo escribí algo sobre las despedidas. Y hoy retomo el tema por razones obvias. Hace unas semanas despedí a mi mamá. Leo y releo esta oración y aún no me la creo. Pero así fue. Pero escribiré sobre ello en otro momento, cuando sienta que las astillas de esta realidad ya no duelen.

Lo cierto es que mientras cuidaba de ella no tenía mucho tiempo de leer, y aprovechaba algunos momentos para ojear escritos cortos, que me permitan salir de la realidad que era, sin dudas, abrumadora. Así fue que llegue a este hermoso texto de Leila Guerriero (periodista y escritora argentina), llamado “Instrucción 4”. Habla también de las despedidas pero lo hace de manera muy visual y descriptiva, tal como se suelen dar las instrucciones para que sean cumplidas con éxito. Me pareció un texto simple pero bello. También contundente, como deben ser algunas despedidas.

Aquí comparto este fragmento, que lo disfruten.

INSTRUCCIÓN 4

Dígale adiós en un aeropuerto (o en una estación de tren, o de autobuses). Después, camine hacia la salida y no se dé vuelta. Repase los últimos rastros de su olor en la memoria (recuerde el último beso). Pregúntese si ella se habrá dado vuelta. Dese vuelta. Vea cómo ella ya ha desaparecido. Camine hacia la salida. Sienta una opresión en el pecho. Piense: “Si esto fuera una película, yo debería correr hacia ella y ella debería estar corriendo hacia mí”. Siga caminando; esto no es una película y usted no tiene tiempo que perder: debe empezar a sufrir. Sufra. Diga: “Hola, aquí está el dolor”. Diga: “Hola, bienvenido dolor”. Sepa que sentirá eso durante mucho tiempo. Pregúntese si va a soportarlo. No encuentre respuesta. Camine hacia la calle. Encienda un cigarrillo. Sienta náuseas. Piense: “El tiempo pasó demasiado rápido”. Sienta que sería capaz de recordar todos los días que pasaron juntos, hora tras hora. No lo haga: déjelo para después, para cuando su ausencia se vuelva insoportable. Camine hasta el auto. Meta la llave en la cerradura. Abra la puerta. Piense: “Hace media hora estábamos aquí”. Respire el aire de la cabina. Mire el asiento trasero, donde hasta hace poco estaba la valija. Sienta cómo cada poro de su cuerpo se abre como una boca llagada. Pregúntese qué estará haciendo ella ahora. Pregúntese si pensará en usted. Pregúntese cuándo va a volver a verla. Pregúntese si volverá a verla. Suba al auto. Ponga el auto en marcha. Salga del estacionamiento. Respire. Mírese en el espejo retrovisor. No se reconozca. Piense: “Ese no soy yo”. Diga en voz alta: “Te necesito”. Diga en voz alta: “Te extraño”. Maldígase. Sienta que nada tiene sentido y que no lo tendrá por mucho tiempo. Piense en morir. Elija no morir. Siga adelante. Leila Guerriero.

Photo by Kristina Tripkovic on Unsplash

Hay que seguir

adelante

siempre.

Leticia

--

--

Leticia Estevez
Letras Viajeras

| Aquí todo es Viajes y Poesía | It´s all about travel and poetry ✨