CONGRUENCIA 2.0

Sol Disla
Let’s Communicate
3 min readJun 22, 2016

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Esa foto en traje de baño en tu Facebook, la comida del restaurante al que fuiste y colocaste en Instagram, la descripción de tu perfil en LinkedIn, el video de la canción que cantaste en el bar y que compartes en tu Snapchat están comunicando sobre la clase de profesional que eres.

Todo lo que escribimos y compartimos en el entorno digital evidencia características de nuestro comportamiento social. El contenido que publicamos en nuestras redes define mucho sobre nuestra personalidad, estudios recientes demuestran la relación que existe entre nuestra profesión y la red social que más utilizamos.

La fotógrafa Viktorija Pashuta dio vida en forma de mujer a los navegadores web más usados, y ha querido seguir la serie dando vida en forma de hombre a las redes sociales reflejando sus personalidades.

Ser una persona coherente en nuestro accionar nos permite desarrollar una imagen respaldada por la credibilidad. Si eres de los que aman las fiestas y a la vez te desempeñas en una carrera de estricta formalidad, lo ideal es evaluar prioridades hasta llegar a una resolución que te permita demostrar lo mejor de ti sin faltar a tus preferencias.

Esto no quiere decir que hay que tener doble personalidad, es justamente todo lo contrario. No te avergüences de ser tú mismo/a en ningún lugar, menos en el entorno digital, considerando la imagen que quieras proyectar como norte, haciéndote responsable de las consecuencias que esto trae consigo.

1 Identificar la imagen que queremos proyectar es el primer paso, saber cómo queremos que nos perciban los demás nos ayudará a colocar contenido adaptado a tus aspiraciones. ¿Transmite esa foto/video los valores que quiero que los demás vean en mí?

Congruencia: esta es mi palabra favorita, en tus redes debe existir una relación directa con lo que haces, piensas y dices en todo tu entorno.

2 Si te interesa tener un perfil solo para tus amigos y otro para tu desempeño laboral es totalmente válido, pero considera que una vez colocas algo puede difundirse sin tu permiso y esta posibilidad es la que valida la no privacidad de las redes. Cuando el ambiente laboral llega a las redes sociales estamos expuestos a ser juzgados por quienes nos ven en un espacio más formal diariamente, lo que implica que nos juzguen con mayor severidad.

Conversando con una amiga que dirige una institución privada me decía: “Tengo mis redes totalmente privadas, no me interesa que mis empleados califiquen detalles de mi vida personal” por su parte. Otra persona de igual jerarquía me comentó: “Tuve que llamarle la atención a una asistente por subir al chat de la empresa una foto en traje de baño, no por la foto sino por la cantidad de comentarios de doble sentido que generó, cuando ella vino a reclamarme para que le llamara la atención a sus compañeros la hice reflexionar sobre su responsabilidad de enviar este tipo de fotos sin pensar en lo que podía suceder”.

3 Considera las consecuencias a largo plazo, quizás hoy esa foto o comentario no te afecta pero mañana puede ser tu principal dolor de cabeza.

Sucede actualmente con figuras de los medios de comunicación que anteriormente defendían posturas políticas, marcas y empresas contrarias a las que defienden hoy. Consecuencia: muchos de los que antes éramos sus seguidores nos preguntamos sobre la credibilidad que tienen en la actualidad estas personas.

Construir la reputación de una persona toma años; destruirla solo un segundo.

Mi reflexión final es que consideremos que TODO COMUNICA y por tal debemos de pensar bien antes de hacer un clic y que salga publicado.

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