Cándido way of life

Jorge Pérez
+LETRAS
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5 min readSep 27, 2016

“Todo en la vida no es otra cosa que ilusión y calamidad”, Voltaire, en el Cándido.

El primero de noviembre de 1755, la ciudad de Lisboa sufrió un terremoto al cual se le atribuyen por lo menos sesenta mil muertes. Cálculos más catastróficos elevan el número a cien mil. Actuales estimaciones geológicas le cuelgan al fenómeno natural una gravedad aproximada de 9 grados en la escala de Richter.

El suceso impactó Europa no sólo como una noticia que se esparció, sino también como un hecho que motivó discusiones filosóficas. Una de ellas la expresó François-Marie Arouet, alias Voltaire, en sus versos titulados “Poema sobre el desastre de Lisboa, o examen de este axioma: Todo está bien”. Dicho texto vio la luz ese mismo año, y en él se lee “Todo es bueno”, una frase satírica frente a la bonachona e ingenua metafísico-teólogo-cosmonigología simplista frente a la crueldad de la naturaleza, en ese caso.

Voltaire relataría la crueldad de la condición humana en otro libro surgido de esa anécdota, el mucho más famoso Cándido, o el optimismo. Es un libro clave en la obra del autor francófono, crítica a la filosofía de Leibniz, satirizado como el filósofo Pangloss cuyo aforismo de batalla es que “vivimos en el mejor de los mundos posibles”. (Toda nación tiene su Pangloss, pues no falta quien afirme que vivimos en el mejor de los Méxicos posibles, por cierto, que me recuerda al eslogan noventero de “¡Ú-ne-te a los op-ti-mis-tas!”).

Cándido, sinónimo de ingenuo, es el personaje central con la peor suerte posible, pero adoctrinado por Pangloss, cree firmemente que aún con sus pesares, habita en el mejor de los mundos posibles (lo que me reafirma que tener un mal maestro es también una señal de infortunio). Todo comienza con un beso: al final del primer capítulo (breve), Cándido besa a Cunegunda, hija del Barón, por lo que éste lo echa de su castillo en Westphalia. Reclutado, mancillado por los búlgaros, el viaje de Cándido seguirá entre terremotos, tormentas y naufragios, reencontrándose con terribles noticias (la violación y muerte de sus seres queridos), recorriendo Eldorado, Latinoamérica, de vuelta a Francia, Inglaterra y Constantinopla…

La portada del FCE.

Una edición muy recomendable para leer esta obra de Voltaire es Cuentos completos en prosa y en verso, edición preparada por Mauro Armiño, con traducción de él mismo y M. Domínguez: mi ejemplar es de la coedición de Siruela con el Fondo de Cultura Económica.

Las adaptaciones, “tropicalizaciones” o “remixes” de libros son un tema por demás viejo en la literatura (véase la Eneida y Homero, por ejemplo).

American Candide or Neo-Optimism es una adaptación donde el autor retomó las aventuras (o desventuras) de Cándido, habitante de la nación Freedonia (no ya Westphalia): “la mejor nación posible” y un espejo distorsionado de Estados Unidos (se habla de la “Freedonian way of life” y del “Freedonian Dream”).

Cándido gabacho o el neooptimismo (como se podría titular esta versión en español) es una obra de Mahendra Singh, ilustrador y escritor afincado en Canadá.

La portada de Singh.

Además de Freedonia, en este Cándido está Funkistan y Costaguana, representaciones (queremos pensar) de Afganistán y México, lugares por donde el personaje de Singh se pasea en su accidentado viaje. En él se toma con jihadistas terroristas, policía secreta, mercenarios corporativos, narcotraficantes y una cadena de televisión. La enumeración es del propio narrador, quien se disculpa, pues incluso más adelante dirá “Cada una de mis desventuras es más estúpida que la anterior”; y aún después, en voz de otro personaje y en un guiño metaficcional: “Si hay un guión para esto, siento pena por el escritor”.

Esos detalles metaficcionales persisten, pues el propio Cándido gringo se topa con una primera edición de la obra de Voltaire: “Desconcertado por las implicaciones postmodernas y metatextuales del asombroso título del libro”, dirá el personaje: “Es muy extraño, es como si fuera el héroe de mi propia historia”.

Habiendo leído previamente la obra de Voltaire, la lectura de la novela de Singh me pareció atractiva, pero desconocer la referencia original no reducirá el goce estético. Mientras el texto de Voltaire se centra más en exponer las ingenuidad de Cándido con una narración trepidante, Singh ve más la crítica a la sociedad contemporánea que impera en Estados Unidos.

En pos de retratar la realidad actual, en Freedonia el entretenimiento se da a través de la televisión, regido por las noticias en formato de comedia (modelo adoptado ya por Televisa en México), con toques de reality show.

La hípercélebre frase final (no spóilers) de Cándido, “Il faut cultiver notre jardin” (“Hay que cultivar nuestro jardín”), es retomada por Mahendra como un comentario sobre la “guerra contra las drogas”.

“Make Freedonia Rage Again”, imagen del Tumblr de Singh.

American Candide or Neo-Optimism, de Mahendra Singh, fue publicado este 2016 por Rosarium, en Estados Unidos. Cada uno de sus treinta capítulos (mismo número que la versión original) está encabezado por una pequeña viñeta. La obra gráfica de Singh se puede ver en su Tumblr.

OTRA ADAPTACIÓN

Antes de Mahendra Singh, otros se han aventurado a adaptar o contar de nuevo el cuento filosófico ideado por Voltaire. Entre ellos, el gran Leonard Bernstein, quien compuso la música para opereta en los años cincuenta. Los textos para Candide, como se titula en su versión original, son de Richard Wilbur en su mayoría, con algunos versos de otros autores, entre ellos el propio Bernstein e incluso la escritora Dorothy Parker.

Otro que ilustró Cándido fue Paul Klee, quien sólo hizo 26 viñetas:

La expulsión de Cándido, por Klee. Imagen de la edición de Pantheon Books.

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