¿Libros o películas? El trabajo fílmico-literario en México

O. Onetti
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7 min readMay 27, 2017

Diez películas del cine mexicano que han sido desarrolladas a partir del trabajo literario nacional.

El cine y la literatura tienen un fin común: ambas buscan contar historias. En común también está otra cosa: la palabra. La cinematografía surge como el reto de narrar una historia determinada, haciendo uso de otros elementos que no están presentes en artes como la literatura o la música -de forma individual, claro-, siendo la imagen lo más importante, pero empleando precisamente los que mencioné antes. Y es que toda película, si no es que la mayoría, están basadas de algún modo en guiones, montones de páginas escritas que dan forma a una historia, y que son exhibidas valiéndose tanto de la música como de la imagen, porque hay cosas que son descritas en los textos, pero que en el juego de las sensaciones no son de algún modo tangibles, visibles, audibles…

Con el paso del tiempo hemos podido ser testigos de cómo el cine ha evolucionado, y por supuesto, de cómo este llamado “séptimo arte” se ha servido de la literatura -la base del guión cinematográfico- para llevar a la pantalla anécdotas, y sí, muchas nos han decepcionado, otras nos han gustado, influenciados nosotros la mayoría de las veces por los ojos de un lector que busca la fidelidad de las líneas en la pantalla, o por los de aquellos que esperan una representación fidedigna de la literatura en la imagen siempre que somos conscientes de que un filme está inspirado en un libro. Y es que desde los inicios del cine como un medio más para contar historias han existido adaptaciones, transposiciones, copias, y han servido a directores, productores e histriones las novelas, cuentos, obras de teatro. Muchos reflexionamos lo complicado que es generar una cinta buscando descifrar el funcionamiento del cine, y nos percatamos de que los cineastas han recurrido al uso de, como dije antes, música e imágenes: buscan ser lo más fieles posibles ya sea al texto en sí, o a la idea de una obra literaria en concreto.

Expuesto eso, preguntémonos, ¿qué ha pasado tanto con la literatura mexicana como con el cine mexicano? Porque tenemos material por ambos lados, es cierto. Platicaba yo una vez sobre las obras de las letras que han sido filmadas y hechas películas, y conseguí armar una lista basta con las que considero que han sido las mejores y más importantes adaptaciones de libros al cine. Esta semana les hablaré de eso, aunque mi interés está enfocado en hablar de las novelas, y en una entrega posterior mencionaré los cuentos que han sido hechos películas-porque claro, han apoyado mucho a los creadores-; sin embargo, la que presento a continuación es solo una muestra, por lo que elegí diez películas del cine mexicano que han sido desarrolladas a partir del trabajo literario:

  1. Santa (1903), de Federico Gamboa. La novela ha sido adaptada en cuatro ocasiones (1918, Luis G. Peredo; 1932, Antonio Moreno; 1943, Norman Foster y Alberto Gómez de la Vega; 1969, Emilio Gómez Muriel), y es una de las favoritas y más exitosas en el país, una historia que promueve los valores de la época porfiriana, y que refleja los vicios de las escalas más bajas en la sociedad de aquellos años. La primera versión en el cine es sumamente importante, pues se trata de nada menos que de la primera película del cine sonoro en México.
  2. Los recuerdos del porvenir (1963), de Elena Garro. Este fue el primer trabajo literario publicado por quien fuera esposa de Octavio Paz, y fue galardonado con el premio Xavier Villaurrutia en 1963. Como cinta fue llevada a la pantalla grande por Arturo Ripstein en 1968, y cuenta la historia de amor de un federal con su amante, en plena guerra cristera.
  3. Los albañiles (1963) de Vicente Leñero. La novela muestra la lucha de clases en las ciudades, mientras se desenvuelve una trama policíaca; se hizo acreedora del Premio Biblioteca Breve de 1963. Fue adaptada al cine por Jorge Fons en 1976, siendo fiel a los valores personales de cada caracter.
  4. Al filo del agua (1947), de Agustín Yáñez. El autor publicó una de las obras consideradas cumbre de la literatura mexicana. En ella se cuentan una serie de acciones simultáneas que muestran la vida cotidiana de un pueblo, a la par de un movimiento armado en Jalisco. Como dato: ha sido traducida a varios idiomas como el francés y el polaco. La película fue llevada al cine en 1977 por Rafael Corkidi y Carlos Illescas bajo el título de “Deseos”, y se trata de una adaptación libre -no fidedigna- en la que lo visual predomina sobre la trama. El filme estuvo prohibido por varios años debido a la censura y por aparente molestia por parte del autor de la novela, que decía que la historia había sido trastocada, traicionada.
  5. El gallo de oro (1958), de Juan Rulfo. Es cierto que lo más conocido de este escritor son su antología de cuentos El llano en llamas (1953) y la novela Pedro Páramo (1955), sin embargo, también trabajó otros rubros. Esta, a veces descrita como cuento largo o novela corta, ha sido adaptada dos veces para el cine, una en 1964 por Roberto Gavaldón (uno de mis cineastas mexicanos favoritos), y la otra en 1986 con el título de “El imperio de la fortuna” dirigida por Arturo Ripstein; en la primera, trabajaron en el guion personalidades como Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y el propio Roberto Gavaldón.
  6. Las batallas en el desierto (1981), de José Emilio Pacheco. La novela corta apareció como parte del suplemento sabatino del diario Unomásuno en el año de 1980, pero fue publicada como obra aparte en 1981. Seis años después, el director Alberto Isaac hizo un trabajo para cine bajo el título “Mariana, Mariana”, que se hizo acreedor a ocho premios Ariel de la Academia de Cine Mexicana.
  7. Ensayo de un crimen (1944), de Rodolfo Usigli. Se trata de una de las primeras obras que dieron paso al auge de la novela policíaca en el país, en la década de los cuarenta. En el año de 1955, el cineasta español Luis Buñuel realizó su adaptación con el título de “Ensayo de un crimen” o “La vida criminal de Archibaldo de la Cruz”; la cinta resalta por su marcado humor negro y el surrealismo, característica importante en el trabajo de su director.
  8. El Apando (1969), de José Revueltas. Es una de las obras más comentadas por la crítica y considerada por muchos como una “verdadera obra maestra del relato breve”. Fue escrita entre febrero y marzo de 1969, cuando Revueltas se encontraba recluido en la Cárcel de Lecumberri, sitio descrito en la historia que fue llevada al cine en 1975 por Felipe Cazals: refiere a la celda de castigo donde los reos eran llevados para purgar penas.
  9. Macario (1950), de B. Traven. La novela corta de B. Traven es vista como una de las mejores y que han sido mejor recibidas por lectores de todos lados. La película basada en esta fue estrenada en 1960, dirigida por Roberto Gavaldón. Además de ser una de las más importantes y destacadas del cine mexicano, fue premiada en numerosas ocasiones, e incluso fue elegida finalista para recibir el premio Oscar de la Academia en la categoría de Mejor Película extranjera.
  10. Pedro Páramo (1955), de Juan Rulfo. El segundo libro de Juan Rulfo, una novela publicada en 1955, ha estado muy en boga en estos últimos tiempos debido a la celebración del centenario del nacimiento de quien fuera su creador. Pues bien, destacada entre los críticos por un fascinante manejo narrativo en el que sobresalen técnicas como saltos en los tiempos y la muerte como eje de la historia, ha sido llevada al cine en tres ocasiones, la primera por el director Carlos Velo en 1967, la segunda por José Bolaños en 1978, y una tercera en 1981 por Salvador Sánchez. Es la primera versión la más reconocida, pues en la adaptación trabajaron Carlos Fuentes, Carlos Velo y Manuel Barbachano Ponce, además de que fue presentada en el Festival de Cannes de 1967.

Los clásicos de la literatura mundial han sido base del cine en numerosas ocasiones. Pensemos, por ejemplo, en todas las versiones que hemos visto de Los Miserables de Víctor Hugo, las Grandes Esperanzas de Charles Dickens, el Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes, o el Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, sólo por mencionar algunas. Además, los nuevos libros -que ya será juicio del lector decidir si son literatura o no- como la saga de Harry Potter de J. K. Rowling, la de El señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien también han generado éxitos y buenos filmes que muchos lectores y espectadores ven como ejemplos de que toda obra literaria puede ser llevada al cine para mostrar una forma más del arte de la palabra experimentando con otras combinaciones. Esta lista es apenas una muestra del trabajo que han realizado directores en nuestro país, intentado llevar a los espectadores una manera diferente de narraciones que hemos conocido a través de los libros, y que tiene como finalidad invitar a todos, en primer lugar a sumergirse en la lectura de los textos en que fueron basadas, y por supuesto, mirar las películas con los ojos de un espectador y ya no los de un lector.

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O. Onetti
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Escribiente por oficio. Letrosa de formación.