Otra versión de ‘La la land’

La historia de un guionista y una aspirante a actriz en Hollywood

Daniela Razo
+LETRAS
3 min readMay 10, 2017

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Como es convencional, quiero empezar esta recomendación con una generalidad. A todos nos resulta imposible resistirnos a las historias de amor; no importa cuántos estereotipos tenga, ni qué tan trillada pueda ser. Es lo de menos, a muchos nos recuerda -corrijo, nos hace creer- que situaciones así, el amor a primera vista y la inevitable atracción, a veces son posibles.

Ahora, también siguiendo lo convencional, introduciré una línea dramática para que quieran continuar la lectura (si funciona o no, ya me lo harán saber). La novela que quiero recomendarles no es, aunque pudiera parecerlo, una historia de amor.

Que el mundo me conozca (1958) de Alfred Hayes, publicado en español por La bestia equilátera, se lee como una película. Desarrollada en Hollywood (ambiente que el autor conocía muy bien porque trabajó allí durante varios años), cuenta el corto romance entre un guionista cínico y una depresiva aspirante a actriz. La historia comienza cuando él la salva de suicidarse en el mar; un inicio oscuro, fuerte, que despierta la curiosidad del protagonista-narrador, y así también nuestra propia curiosidad.

Los dos personajes de Hayes siguen los arquetipos de una novela romántica. Él, cansado de la vida superficial del ‘mundito’ hollywoodense, hastiado de su ambición sin fondo y de su necesidad de sobresalir; además, por supuesto, atorado en un matrimonio que no le gusta y el que no va a dejar. Ella, por su parte, es una joven con el sueño de ser una gran actriz -Emma Stone, ¿eres tú?-, sola y con tendencias autodestructivas -ah, no, perdón-. Es esto, como ya lo escribí con anterioridad, lo que despierta el interés del narrador.

En apenas 150 páginas, Alfred Hayes presenta una historia que algunos han calificado como “una novela negra sentimental”. El narrador funciona como un detective, intentando descifrar a la actriz rota por dentro, y por eso irresistible; un detective curioso que termina por involucrarse en el caso que investiga, y que termina por hundirlo, de la misma manera que él la hunde a ella.

Como en La la land, el personaje femenino está construido en torno al masculino. En este caso podemos argumentar que se debe al enfoque narrativo: es él quien nos está dirigiendo en la lectura, la única voz por la que conocemos los hechos. Ella es un ser secundario, quien al final termina por darle más sentido al personaje principal.

Nada más por el hecho de que la novela está ambientada en Hollywood e involucra a una aspirante a actriz, resultó bastante fácil relacionarla con la película de Justin Hurwitz. Sin embargo, mientras el filme nos hace pensar en lo bonito que es el amor y lo complicado que puede ser escoger entre éste y los sueños, la novela de Alfred Hayes no implica ninguna de estas cuestiones: el amor no es bonito cuando los involucrados cargan demasiados demonios internos (esto se asemeja un poco más a la realidad, compañeros), así como tampoco es fácil mantener vivos los sueños.

Que el mundo me conozca abarca una historia romántica con fecha de caducidad, una que jamás debió iniciar. Analiza la parte oscura de las relaciones: lo siniestro de los sentimientos. La curiosidad, la atracción, el miedo y el amor desde su lado más natural e instintivo, entre humanos imperfectos, que sufren y hacen sufrir. El horror, en términos de novela negra, radica en las personas y en las relaciones humanas, y Alfred Hayes lo pone muy bien en esta novela.

Cierro esta entrada a modo convencional: con una pregunta retórica, una muy buena punch line: ¿qué puede ser más romántico que las relaciones que nunca debieron comenzar, y que olvidaremos en cuanto llegue la otra?

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Daniela Razo
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Escribo porque solo así me entiendo. A veces.