Por qué leer a Ryszard Kapuscinski

Su obra, por lo menos, puede considerarse esencial por su contenido antropológico e histórico

Daniela Razo
+LETRAS
2 min readJan 9, 2017

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La carrera literaria del polaco Ryszard Kapuscinski (1932–2007) es muy extensa como para no dedicarle algunas palabras a través de este bonito blog en algún momento. Para no aburrirlos, serán pocas.

Lejos de lo que su obra puede significar para jóvenes, y otros no tanto, periodistas, los libros de este polaco ofrecen una visión cercana a países asiáticas y africanas; el acceso que nosotros lectores, pobres occidentales, podemos tener a esas culturas a través de sus textos es casi tan bueno como si estuviéramos ahí -es sólo un decir, vaya.

Y he aquí el por qué: obsesionado con comprender a los otros, Kapuscinski observa y se mezcla con ellos, trata de empaparse del color de países como India, Nigeria, Etiopía, entre otros, y describirlos, desde las diferencias entre unos y otros, como iguales que son al resto. Así lo explica en el librito Encuentro con el Otro:

Debemos intentar comprenderlo y buscar diálogo con él. Mi experiencia de convivir con Otros, muy remotos, durante largos años me ha enseñado que la buena disposición hacia otro ser humano es esa única base que puede hacer vibrar en él la cuerda de la humanidad.

Todo, todo, puede reducirse a eso.

El periodista polaco durante una visita a la Ciudad de México en 2002.

Ahora, recientemente leí Viajes con Heródoto, el cual cuenta las anécdotas del Kapuscinski, cuando joven aprendiz de reportero emprende sus primeros trabajos fuera de Polonia, en la lejana década de los 1950. El poco experimentado Ryszard deja su país para convertirse en un corresponsal en otras tierras, acompañado por el regalo de su jefa, la Historia de Heródoto.

Kapuscinski comienza así su viaje por países africanos (a algunos de ellos les dedica libros completos, en caso de que estén interesados). Mientras comienza a aceptarse como un extranjero en tierras desconocidas, y nace dentro de él la curiosidad por saber más sobre los países que visita (no se limita a observar, sino que se interesa por leer sobre su filosofía y sus costumbres), reconoce en la obra de Heródoto (errante curioso, indagador) al tipo de reportero que él quiere ser y se convierte, así como sin querer queriendo, en su discípulo.

En medio de conflictos que trascienden la temporalidad, de Heródoto y Kapuscinski nos quedamos con el hambre de viajar y conocer, satisfacer la curiosidad, comprender y compartir lo aprendido en otros países.

Por esto, su obra puede considerarse esencial por su contenido antropológico e histórico. Respecto a su carácter literario, dejaré que los que tienen un ojo más crítico y conocedor que yo lo juzguen.

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Daniela Razo
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Escribo porque solo así me entiendo. A veces.