¿Por qué estoy obteniendo estos resultados?

El Camino de un Líder más Consciente

Gustavo Quiroz
Liderazgo Consciente
4 min readMar 30, 2016

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¿Has sentido que no consigues resultados con tu equipo de trabajo o tu empresa? ¿Te gustaría que las personas muestren más iniciativa y compromiso? Es probable que el no conseguir lo que buscas te haya traído emociones negativas como insatisfacción, frustración e ira.

Para lograr resultados distintos, un camino es observar aquello que estamos haciendo y también aquello que estamos siendo. Esa base de conciencia nos permitirá hacer cosas distintas e, incluso, cambiar nuestra forma de ser hacia nuevas estructuras más efectivas.

El liderazgo comienza por aquello que el líder debe “ser”, los valores y atributos que definen su carácter. El liderazgo es cuestión de “cómo ser”, en lugar de “cómo hacer”. Be-Know-Do: Leadership the Army Way

¿Qué sentido le damos al “ser” en este contexto? Podemos decir que comprende los pensamientos, emociones, actitudes y formas de ver la realidad que nos permiten hacer cosas en el mundo y responder ante los eventos que se nos presentan.

Aunque el “hacer” es importante, sin una gestión adecuada del “ser”, el “hacer” se vuelve inefectivo e insostenible.

La Historia según Lucas

Lucas es Jefe de Compras en una empresa de Logística. Llegó a ese puesto de la mano de quien era el Gerente en su anterior trabajo, quien lo valoraba mucho por su compromiso y esfuerzo. Es habitual verlo después de hora terminando tareas extra. Su disposición a asumir desafíos es constante, y la calidad con que realiza sus tareas fue siempre un rasgo distintivo.

Fuera del trabajo, en conversaciones con amigos, Lucas cuenta que está contento con la empresa y que le gusta su profesión. Y sin embargo, lo que expresa no es felicidad: siente que las personas en su equipo tienen poco compromiso e interés, que lo dejan sólo, que tiene que hacer todo él. Lucas siente que esa falta de compromiso lo lleva a sobrecargarse para terminar lo que otros dejan pendiente. En las reuniones siente que las otras personas no aportan ideas, no proponen, no se interesan.

La otra Historia de Lucas

¿Qué vería un observador atento en una reunión con él? Vería un Jefe que da poco lugar a que se realicen propuestas alternativas a las suyas. Esto no quiere decir que no permita otras opiniones, pero sí que cuando alguien las expresa, rápidamente hace una evaluación y defiende la que había propuesto inicialmente. Es decir, un Jefe que cuando pregunta es para confirmar que tiene razón o mostrar los puntos débiles de la otra propuesta, alguien que responde sin casi dejar tiempo luego de que la otra persona termina su frase.

Habitualmente, cuando las personas no nos sentimos escuchadas y valoradas, comenzamos a abstenernos de seguir aportando alternativas o argumentos y comenzamos a tomar distancia mental y física de las conversaciones. De esta manera dejamos de aportar información valiosa y también reducimos el apoyo que damos a la implementación de la decisión.

Lucas no estaba considerando que todos, como miembros de una realidad común, por ejemplo un equipo o una empresa, somos responsables de los resultados que generamos colectivamente. Además, desde posiciones de autoridad formal, nuestro comportamiento tiene un efecto significativo sobre la dinámica del grupo. Él valoraba sus propios esfuerzos por lograr buenos resultados, y veía en los demás la razón de lo que no se alcanzaba.

Detrás de los resultados que no obtenía estaba su concepción de lo que significa ser jefe: había aprendido que el jefe es la persona que tiene que saber más que los demás, equivocarse menos y hacer mejor. Esto lo ponía en un lugar de rigidez y a la defensiva.

Además, al creer que las demás personas no tenían compromiso, estaba predispuesto a pensar que las ideas que aportan no serían tan buenas como las propias. Era una bola de nieve que crecía cada vez más.

Su modelo mental, sus creencias, su ser, estaban generando aquellos resultados de los que se quejaba.

El Abogado de Lucas

¡Lucas quería que las cosas funcionaran! Preparaba la reunión y se esforzaba por llegar con un buen análisis. Si cualquiera le preguntaba, él decía que le gustaría que el equipo participe y se comprometa, ¡y no mentía! La distancia entre su intención y sus resultados era la conciencia. Lucas no era consciente de sus modelos mentales y comportamientos recurrentes.

Entendemos conciencia como la capacidad de ver, percibir y entender lo que ocurre, tanto dentro de nosotros como a nuestro alrededor. Un alto nivel de conciencia nos otorga una alta capacidad de acción, de adaptación, de gestión de la complejidad inherente a los contextos laborales donde nos desenvolvemos.

Quien no es consciente de su ser y su hacer genera resultados que van en contra de lo que quisiera.

Un camino a la conciencia

¿Te animas a hacer un ejercicio para entrenar tu conciencia? Te proponemos que durante la próxima semana, al final de cada día, respondas las siguientes preguntas en un diario personal. Escribe en relación a resultados que no estés obteniendo, de manera seguida, sin detenerte a pensar o editar lo escrito:

  • ¿Qué ocurrió hoy durante mi jornada laboral?
  • ¿Cómo me siento con lo que ocurrió?
  • ¿Qué me gustaría que fuera distinto?
  • ¿Qué puedo hacer para contribuir a que las cosas cambien?

Al finalizar la semana, lee todo el conjunto de escritos e identifica acciones concretas que deseas emprender y que tiendan a aumentar tu nivel de conciencia respecto de tu ser, tu hacer y tu contexto.

Te invitamos a contarnos tu experiencia y los resultados que vas logrando en la sección de comentarios.

Artículo escrito en colaboración con Rodrigo Monelos.

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Gustavo Quiroz
Liderazgo Consciente

Organizational Agility Consultant, Agile Coach since 2009, Conscious Business Coach, Idealistic Pragmatist. Co-Founder @agileperu. Ex-McKinsey / Kleer